LAS QUE NO PUDIERON (NI QUISIERON) SER PRINCESAS. ELIMINAR LA TOXICIDAD
LAS QUE NO PUDIERON SER PRINCESAS
ANTONIO FLORES - PONGAMOS QUE HABLO DE MADRID
Allá donde se cruzan los caminos
Donde el caldo se puede conseguir
Donde regresa siempre el fugitivo
Pongamos que hablo de Madrid
(De Madrid, de Madrid)
Donde el deseo viaja en ascensores
Un agujero queda para mí
Que me dejó la vida en sus rincones
Pongamos que hablo de Madrid, de Madrid
(De Madrid, de Madrid)
Las niñas ya no quieren ser princesas
Y a los niños les da por perseguir
El mar dentro de un vaso de ginebra
Pongamos que hablo de Madrid, de Madrid
Los pájaros visitan al psiquiatra
Las estrellas se olvidan de salir
La muerte pasa en ambulancias blancas
Pongamos que hablo de Madrid
El sol es una estufa de butano
La vida un metro a punto de partir
Hay una jeringuilla en el lavabo
Pongamos que hablo de Madrid, de Madrid
(De Madrid, de Madrid)
Cuando la muerte venga a visitarme
Que me lleven al sur donde nací
Aquí no queda sitio para nadie
Pongamos que hablo de Madrid, de Madrid
(De Madrid, de Madrid)
De Madrid
Lo intentamos mil y una veces. No sé si por los pelos negros, las lenguas largas o las cinturas de abejorro, nunca nos cupo la manoletina de cristal.
Nos pedían princesas y nos sentíamos elefantes. Transitamos atajos angostos para meter el pie dentro. Hiriendo nuestro cuerpo y nuestra mente. creyéndonos poco dignas de ser deseadas. Lloramos mucho, pero crecimos más. Y al final entendimos: el zapatito es estrecho, incómodo y no nos respeta. ¡Y las brujas nos revelamos!
(Descalza, pisando fuerte por el medio del camino voy rezando: hijas mías espero que nunca os quepa ese zapatito.)
(GLORIA VIVES)
Los errores no se niegan, se asumen La tristeza no se llora, se supera y el amor no se grita, se demuestra. Sé fuerte para que nadie te derrote, sé noble para que nadie te humille, sé humilde para que nadie te ofenda y sigue siendo tú para que nadie te olvide.
Un día despertarás y ya no habrá más tiempo para hacer las cosas que siempre has querido hacer. Hazlas ahora.
Pensamientos tóxicos que necesitas eliminar para vivir una vida mejor
Creo firmemente en el poder que tienen nuestros pensamientos. Tienen una manera de hacer que lo increíble suceda; lo único que necesitamos es nuestra fuerza de voluntad. Como dijo una vez el gran Buda: "La mente lo es todo. En lo que crees que te conviertes".
Lamentablemente, no todo el mundo cree en esta afirmación. El problema con la mayoría de las personas es que no son conscientes de sus pensamientos negativos cuando los persiguen. Inconscientemente han creado un lugar para ellos y después de un tiempo, se han acostumbrado a este dañino hábito suyo.
Éstos son los pensamientos tóxicos más comunes que debes eliminar para seguir adelante con tu vida:
1. Pensar que puedes cambiar a otras personas
Una vez pensé que con una pequeña charla podría inspirar y motivar a una persona a cambiar. Estaba terriblemente equivocado, y he aprendido por las malas que realmente NO PUEDES cambiar a una persona.
Necesitan estar dispuestos a cambiarse a sí mismos primero. Así que, si no te gusta alguien por como es, tienes la opción de terminar la relación. Pero no tienes derecho a cambiarlos.
2. Pensar que eres una víctima
Tú y sólo tú eres el responsable del resultado futuro. Deja de actuar como una víctima y deja de culpar a otras personas por tus problemas.
Sólo porque no estés satisfecho con tu situación actual en la vida, no significa que no puedas cambiarla para mejor. Deshazte de la mentalidad de víctima y comienza a vivir tu vida libre.
3. Pensar que “la hierba siempre es más verde al otro lado”
Sigo escuchando a la gente: “Si yo fuera tan guapa como ella, entonces sería muy feliz.” Deja de compararte con los demás. Sólo porque veas que alguien tiene algo mejor que tú, no significa que lo tenga todo resuelto.
Tal vez la chica bonita luchó toda su infancia con una familia disfuncional. Deja de cuestionar y de anhelar “la hierba del otro lado“. No sabes con seguridad cómo es realmente. Aprecia y valora lo que tienes.
4. Tener altas expectativas de otras personas
Tener todo tipo de expectativas para cualquier cosa puede ser desastroso para ti. Especialmente, si tienes dificultades para lidiar con cambios repentinos. Ten en cuenta que tus expectativas se basan en tus experiencias.
Sólo porque esperas algo de alguien no significa que lo haga. Cada persona tiene su propia lista de prioridades. O aceptas su comportamiento, o sigues adelante. Tan simple como eso.
5. Pensar que un ser querido te completará
Recuerda: Tu felicidad depende de una sola persona… y esa persona eres TÚ. Si no estás contento con tu vida, no pienses ni por un momento que tener una pareja puede hacerte sentir completo.
Pones mucha presión en la persona para que realmente te haga feliz. Al mismo tiempo, te hace tan co-dependiente, que cuando ocurre un cierto obstáculo, quedas destrozado y sin esperanza.
6. Preocuparse por la opinión de alguien
¿Por qué te molestarías en dedicar un minuto de tu tiempo a preocuparte por las opiniones de los demás sobre ti? Créeme, ni siquiera piensan mucho en ti.
La gente está demasiado ocupada juzgándose a sí misma como tú. Hazme un favor y date un respiro. Haz lo que te hace feliz sin importar cuánto te juzguen. Ignóralos y sigue adelante.
7. Preocuparse por el futuro porque no te sientes preparado
No sé si te has dado cuenta, pero este pensamiento desperdicia tu vida. Nunca tendrás el poder de saber lo que te espera, y esa es la belleza de esto.
AHORA es lo único que tenemos. Acepta el momento presente, haz todo lo que esté en tu poder y espera lo mejor. ¡Pero nunca te aferres a él!
8. Pensar que tu felicidad depende del dinero
Por supuesto, valoramos el dinero y lo que se logra con él. Vivimos en una sociedad capitalista que acredita nuestras capacidades laborales, por lo tanto, se podría decir que nuestra existencia cotidiana depende de nuestros ingresos mensuales. Tan superficial como suena, es la realidad.
Sin embargo, nuestra felicidad nunca se basará únicamente en nuestra capacidad de comprar cosas. Hay muchas personas felices en el mundo que están de acuerdo en que no necesitan un centavo para ser felices. El dinero es bueno, pero sólo tú puedes hacerte feliz.
9. Creer que tu pasado determina tu futuro
No caigas en la trampa de que las experiencias difíciles que una vez tuviste tienen una manera de influir en tu futuro. Tú eres la única persona que define el curso de tus acciones.
No importa cuántos fracasos hayas vivido, ellos no tienen nada que ver con tu futuro. ¡Supere tus límites y hazlo!
10. Pensar que al ignorar esas partes oscuras de ti mismo, desaparecerán
Nunca dejes esos sentimientos pensando que se desvanecerán. Confronta todos los asuntos pendientes y las partes oscuras de ti mismo. Sólo aceptándolos, tendrás el poder de seguir adelante.
11. Sentir que siempre necesitas demostrar que tienes razón
¿Por qué lucharías hasta la muerte sólo para demostrar que tienes razón? Creo que el miedo a sonar estúpido o débil puede hacer que te vuelvas loco.
En lugar de luchar para demostrar algo a los demás, simplemente admítelo cuando estés equivocado. Es algo maduro de hacer. Después de todo, ¿no crees que cada uno tiene su propia opinión? Entonces, ¿por qué la tuya puede ser más relevante que la de ellos?
PENSAMIENTOS TÓXICOS
Daniel Goleman en su libro Inteligencia Emocional
Los niños están alborotando más de la cuenta y Martin —su padre— está
cada vez más irritado. Entonces se dirige a su esposa Melanie con un agresivo:
—Querida
¿no crees que los chicos deberían estarse quietos?
(Pero lo que en realidad está
pensando es: «Melanie es demasiado permisiva con los niños»).
Ante el irritante comentario de su marido, Melanie se enoja. Entonces,
su rostro setensa, frunce el ceño y
replica:
—Sólo
están jugando un rato. No tardarán mucho en acostarse.
(Pero su auténtico pensamiento es:
«ya está Martin quejándose otra vez»).
Ahora es Martin quien se halla ostensiblemente enfadado e, inclinándose amenazadoramente hacia
delante con los puños apretados, exclama:
—¿No
podrías acostarlos ahora mismo, querida?
(Su verdadero pensamiento, no
obstante, es: «me lleva la contraria en todo lo que digo. Tendré que hacerlo yo
mismo»).
Melanie, asustada por la súbita muestra de cólera de Martin responde, en
un tono más sosegado: —No. Ya iré yo y
los acostaré.
(Pero lo que realmente piensa es:
«está perdiendo el control y podría llegar a pegarles. Será mejor que le siga
la corriente»).
Este tipo de conversaciones paralelas —la verbal y la mental— ha sido puesto
de manifiesto por Aaron Beck, el creador de la terapia cognitiva, como ejemplo
de los pensamientos que pueden emponzoñar una relación matrimonial. El
auténtico intercambio emocional que tuvo lugar entre Melanie y Martin estaba
prefigurado por sus pensamientos y éstos, a su vez, estaban predeterminados por
un estrato mental más profundo al que Beck denomina “pensamientos automáticos”,
es decir, creencias fugaces sobre las
personas con quienes nos relacionamos y sobre nosotrosmismos que reflejan nuestras actitudes
emocionales más profundas. Elpensamiento profundo de Melanie era algo así
como «Martin me intimida continuamente
con sus enfados», mientras que el de Martin, por su parte, era «no tiene ningún derecho a
tratarme así». De este modo Melanie se
siente como una víctima inocente en su matrimonio mientras que Martin cree que
tiene todo el derecho a indignarse por lo que considera un trato injusto por
parte de su esposa.
El pensamiento de que uno es una víctima inocente o de que tiene derecho
a indignarse es típico de aquellos matrimonios en crisis que, de un modo u
otro, se agreden de continuo. Una vez que este tipo de pensamientos —como, por
ejemplo, la justa indignación— se automatizan, desempeñan un papel auto-confirmante
y, de este modo, el miembro de la pareja que se siente víctima acecha
constantemente todo lo que hace el otro para poder confirmar su propia opinión
de que está siendo atacado o menospreciado, ignorando, al mismo tiempo, todo
acto mínimamente positivo que pueda cuestionar o contradecir esta visión.
Este tipo de pensamientos es muy poderoso y pone en marcha el sistema de
alarma neurológico. El pensamiento de que uno es una víctima desencadena un
secuestro emocional que activa la larga serie de ofensas que uno ha recibido
del otro, olvidando simultáneamente todo lo positivo que haya aportado que no
cuadre con la visión de que uno es una víctima inocente. De este modo, el otro
miembro de la pareja se ve encerrado en una especie de callejón sin salida ya
que todo lo que haga —aunque trate de ser deliberadamente amable— será
reinterpretado a través de este prisma de negatividad y rechazado como una
tímida tentativa de negar su culpa.
En situaciones similares, las parejas que se hallan libres de este tipo
de procesos mentales suelen adoptar una interpretación más positiva, en
consecuencia son menos proclives a experimentar un secuestro emocional y, en
caso de hacerlo, se recuperan con mayor prontitud. El patrón general de
pensamientos que alimentan o, por el contrario, aligeran la crisis se atiene al
modelo de optimismo o pesimismo propuesto por el psicólogo Martin Seligman:
La visión pesimista sería aquella que considera que nuestra pareja tiene un
defecto inherente e inmutable que sólo genera sufrimiento: «es un egoísta que
sólo piensa en sí mismo. Así lo parieron y jamás cambiará. Lo único que quiere
de mí es que esté completamente a su servicio sin tener en cuenta cuáles son
mis sentimientos».
La visión optimista contrapuesta podría expresarse más o
menos del siguiente modo: «ahora parece muy exigente pero, en el pasado, ha
demostrado ser muy comprensivo. Tal vez esté atravesando una mala racha. Es muy
posible que tenga algún problema en el trabajo». Esta última perspectiva no
descalifica al otro miembro de la pareja ni considera desesperanzadamente que
la relación matrimonial esté dañada de manera irreversible, sino que piensa, en
cambio, que sólo se trata de un problema circunstancial y pasajero. La primera
actitud aboca a la desazón mientras que la segunda proporciona, sin embargo, una
sensación de mayor sosiego.
Las parejas que adoptan una postura pesimista son sumamente proclives a
los raptos emocionales y se enfadan, ofenden y molestan por todo lo que hace su
compañero, creciendo su irritación a medida que avanza la discusión. Este
estado de inquietud interna, unido a su actitud pesimista, les hace más
proclives a recurrir a la crítica y las quejas desconsideradas en las
desavenencias con su pareja, lo cual incrementa, a su vez, la probabilidad de
terminar adoptando una actitud defensiva o de clara cerrazón.
Es muy posible que los pensamientos tóxicos más virulentos sean aquellos
que albergan los hombres que llegan a maltratar físicamente a sus esposas. Un
estudio sobre la violencia marital llevado a cabo por psicólogos de la
Universidad de Indiana demostró que las pautas de pensamiento de estos hombres
son las mismas que las de los niños bravucones del patio de recreo. Suele
tratarse de hombres que interpretan las acciones neutras de sus esposas como
ataques y utilizan este prejuicio para justificar su agresividad hacia ellas
(quienes se muestran sexualmente agresivos en sus citas con las mujeres sufren
un proceso muy parecido, prejuzgándolas con suspicacia y desdeñando sus
posibles objeciones). Este tipo de hombres se siente especialmente amenazado
por el desdén, el rechazo o la vergüenza pública a que les pueden someterles
sus esposas. Una escena típica que suele activar la «justificación» de la
violencia del marido es la siguiente: «estás en una fiesta y de repente te das
cuenta de que hace media hora que tu mujer está hablando y riendo con ese
hombre tan atractivo que parece estar coqueteando con ella». La respuesta
habitual de este tipo de hombres ante el rechazo o abandono de sus esposas
oscila entre la indignación y la humillación. Es muy posible que, en tal caso,
pensamientos automáticos del tipo «ella va a dejarme» actúen a modo de
desencadenante de un secuestro emocional en el que el marido violento reaccione
impulsivamente o, como dicen los investigadores, manifieste una «respuesta
conductual inapropiada”
- Este mundo que lo aprieta a uno por todos lados, que va vaciando puños de nuestro polvo aquí y allá, y deshaciéndonos en pedazos como si rociara la tierra con nuestra sangre.
¿Qué hemos hecho? ¿Por qué se nos ha podrido el alma?
Pedro Páramo (Juan Rulfo)
Las personas son el mejor espectáculo del mundo. Y ni siquiera necesitas pagar entrada.
Charles Bukovski
Cuando alguien merece ser mandado al carajo no hay que dudarlo. La
diplomacia sólo es para las embajadas
"Mis escritos trataban de ti, no hacía más que depositar en ellos los lamentos que no podía depositar en tu pecho"
"CARTA AL PADRE" - FRANZ KAFKA
"El hombre que se miente a sí mismo y escucha sus propias mentiras, llega
a un punto en que no puede distinguir la verdad dentro de él ni en los otros
y por tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás"
FIODOR DOSTOYEWSKI
La felicidad la podemos encontrar en los pequeños detalles de un día soleado, la
sonrisa de un extraño, el abrazo de alguien que quieres, tu helado favorito, hacer algo
desinteresado por alguien más...no busques demasiado, ser feliz es cuestión de ver lo
que realmente importa
"Le gustaba soñar, porque la libertad de su imaginación poseía un
embriagador hechizo. Cada sueño era la anarquía de la mente, la
revolucionaria rebelión de su inconformismo. Sus ideas se escapaban de
todo marco"
John Lennon
El sueño hace olvidar el drama de la vida, sus complicaciones, sus
obsesiones; cada despertar es un nuevo comienzo y una nueva esperanza.
La vida conserva así una agradable discontinuidad, que da la impresión de
una regeneración permanente.
"En las cimas de la desesperación" - Emil Ciorán
Víctor Manuel - Quién puso más
Leonard Cohen - You Want It Darker
(Leonard Cohen - Quieres más oscuridad)
Si eres tú quien reparte las cartas, yo estoy fuera del juego.
Si tú eres el que cura, eso significa que estoy maltrecho y cojo.
Si tuya es la gloria, entonces mía debe ser la deshonra.
Quieres más oscuridad,
apagamos la llama.
Magnificada, santificada, sé tu nombre sagrado.
Denigrado, crucificado, en el armazón humano.
Un millón de velas encendidas por la ayuda que nunca vino.
Quieres más oscuridad.
Aquí estoy, aquí estoy (hineni: hebreo)
Estoy listo, mi Señor.
Hay un amante en la historia,
pero la historia sigue siendo la misma.
Hay una nana para el sufrimiento,
y una paradoja a la que culpar.
Pero está escrito en las Escrituras,
y no es ninguna afirmación inútil..
Quieres más oscuridad,
apagamos la llama.
Están poniendo a los prisioneros en fila,
y los guardias están apuntando sus armas.
Yo me revolví contra algunos demonios,
eran clase media y aburridos.
No sabía que tenía permiso para asesinar y mutilar.
Quieres más oscuridad.
Hinéni, hinéni.
Estoy listo, mi Señor.
Magnificada, santificada, sé tu nombre sagrado.
Denigrado, crucificado, en el armazón humano.
Un millón de velas encendidas por la ayuda que nunca vino.
Quieres más oscuridad,
apagamos la llama.
Si eres tú quien reparte las cartas, déjame salirme del juego.
Si tú eres el que cura, eso significa que estoy maltrecho y cojo.
Si tuya es la gloria, entonces mía debe ser la deshonra.
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