En la región de Kinki los términos geiko (geisha) y, para aprendiz de geisha, maiko han sido usados desde la restauración Meiji. Las geishas fueron bastante comunes en los siglos XVIII y XIX. Hoy en día aún existen, pero su número ha disminuido espectacularmente.
Las geishas (personas de las artes) eran profesionales del entretenimiento y, originariamente, la mayoría eran hombres. Las geishas usaban sus habilidades en distintas artes japonesas: música, baile y narración. Las geishas de ciudad (machi) trabajaban independientemente en fiestas fuera de los "barrios de placer", mientras que las de barrio (kuruwa) lo hacían dentro de estos. Las machi entretenían en lugares con menos aglomeración de gente y con un público más selecto.
Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a una corta edad. Algunas jóvenes eran vendidas a las casas de geishas en su niñez, empezando una etapa de trabajo como shikomi o minarai. Se les encargaba tareas de limpieza y debían obedecer todo tipo de órdenes y se les impedía toda comunicación con su familia por uno o dos meses, eran como criadas o asistentas de las gheisas más experimentadas, y más tarde como aprendices de geisha (maiko), donde solo se dedicarían a observar y adaptarse; ello tras una ceremonia en la cual se emparejaba con una onee-san que se convertiría en su mentora y guía durante su aprendizaje en el karyukai, haciendo todo lo posible para que fuera famosa, talentosa y respetada.
Grupo de geishas pasean por el interior del distrito Gion geiko (hanamachi) de Kioto (Japón)
La ciudad de Kioto mantiene fuerte la tradición de las geishas, y ahí están dos de los más prestigiosos y tradicionales distritos de geishas de todo Japón, Gion y Pontochō. Los hanamachi de Tokio, Shimbashi, Asakusa y Kagurazaka son también bastante conocidos.
Las geishas modernas generalmente durante su aprendizaje aún viven en tradicionales casas de geishas llamadas okiya en áreas denominadas hanamachi (‘calle de flores’), aunque las geishas experimentadas y libres de deudas pueden llegar a vivir en sus propios apartamentos. La elegante y alta cultura en la que viven las geishas se llama karyūkai (‘el mundo de las flores y sauces’).
Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a una corta edad. Debido a la miseria y hambruna con la que contaban algunos campesinos de la época, las niñas eran vendidas a las okiya. La niña vendida adquiría así una “deuda” con su compradora u okaa-san, que pagaría con el dinero que ofrecerían por ella los hombres que solicitaran sus atenciones cuando se convirtiera en maiko, y más tarde en geisha. Así empezaba una etapa de trabajo en la que se las denominaba shikomi. En esta etapa atienden como sirvientas en su okiya y asistentas de las geishas experimentadas. Las geishas reciben una educación estricta y muy específica desde muy temprana edad.
Hoy en día, las shikomi también trabajan en tareas hogareñas, pueden vestirse al estilo occidental y asisten a la escuela del karyukai para aprender las artes tradicionales del país. Y generalmente se les acostumbra a su independencia impidiendo toda comunicación con sus familias por uno o dos meses. Las jóvenes con aspiraciones a geisha comienzan su entrenamiento después de completar los primeros años de secundaria.
Durante esta etapa la joven shikomi debe contar con una hermana mayor u onee-san, una geisha experimentada, la cual cumplía el papel de mentora y guía durante su aprendizaje en el karyukai. El arreglo de hermandad entre la geisha y la aprendiz se hacía por medio de la dueña de la okiya u okaasan ("madre" en japonés), quien acordaba con la geisha experimentada un pago por los servicios otorgados al encargarse de la presentación de la aprendiz en sociedad, por lo regular este pago era obtenido del sueldo que la aprendiz generaba.
Una vez que se había acordado con éxito la relación entre la geisha y la aprendiz, ambas eran emparejadas al asistir al santuario del distrito, donde anunciaban a los espíritus su futura relación y posteriormente realizaban la ceremonia del san-san-kudo (tres-tres-cambios). En esta ceremonia, la aprendiz y la onee-san-geisha de ésta se ofrecen mutuamente sake (licor de arroz), y beben tres sorbos, de tres copas pequeñas. Luego intercambian la copa con la okaa-san y la dueña de la casa de té así como con cinco testigos de la ceremonia. Durante la ceremonia la joven aprendiz recibía su nuevo nombre, que por lo general contenía en él algún carácter escrito de su hermana mayor. Al concluir esta unión la geisha quedaba emparentada de por vida con su joven aprendiz.
La hermana mayor debía presentar a la hermana menor en todas las casas de té para las que ella trabajaba, así como a los clientes y a otras geishas que conocía con la finalidad de hacer a la aprendiz una persona conocida, famosa, talentosa y respetada. Este tiempo le servía a la minarai para adaptarse y "aprender por la vista". La niña asistía a fiestas, pero se mantenía en silencio y se dedicaba a imitar a sus onee-san del karyukai. Observando a otras geishas, y con la ayuda de las dueñas de las casas de geishas, las aprendices se volvían habilidosas en la compleja tradición de elegir y usar kimono, y en el trato con los clientes. Se maquillaba pintándose solo el labio inferior y su obi es de la mitad del ancho del kimono, colgándole solo hasta las caderas.
· El shamisen (instrumento musical japonés de tres cuerdas)
Una geiko atiende a un hombre de negocios en un encuentro en Gion (Kioto)
Aún existe cierta confusión, especialmente fuera de Japón, sobre la naturaleza de la profesión de las geishas. Esta confusión se ha complicado debido a la comparación con las oiran.
Las geishas podían contraer matrimonio, pese a que la gran mayoría prefería retirarse antes de casarse, y podían tener hijos fuera del matrimonio. También ahora pueden ir a la universidad y se cree que son totalmente libres de elegir un novio o amante. Se mantiene el debate debido a cierto secretismo encubridor que trata como tabú el tema de las actividades sexuales y que se ve amparado por el propio hermetismo social japonés para discutir abiertamente temas de esta índole. Algunos afirman que nunca incluyen actividad sexual, que una geisha no es pagada por sexo y que algunas pueden elegir tener una relación que incluya el sexo con algún cliente fuera de su rol como tal. Fue tradicional para las geishas tener un danna, o amante. Un danna era generalmente un hombre adinerado, algunas veces casado, que tenía recursos para financiar los costes del entrenamiento tradicional de la geisha y otros gastos considerables. Aunque una geisha y su danna podrían estar enamorados, la relación está sujeta a la capacidad del danna para entregar algún aporte financiero. Los valores y convenios ligados a este tipo de relaciones no son bien comprendidas, incluso entre los japoneses.
Se especula sobre la venta de la virginidad de las geishas y de su cuerpo a un solo cliente (hasta que el danna se cansara y entonces se buscaría otro). La publicación de la novela Memorias de una geisha generó gran polémica sobre este tema, porque aumenta el debate sobre si las geishas venden o vendían su virginidad.
Título original: Memoirs of a Geisha
Dirección: Rob Marshall
Guion: Robin Swicord. Novela: Arthur Golden
Música: John Williams - Fotografía: Dion Beebe
Reparto: Zhang Ziyi, Suzuka Ohgo, Gong Li, Samantha Futerman, Mako, Elizabeth Sung, Kaori Momoi, Kotoko Kawamura, Ken Watanabe, Kôji Yakusho, Michelle Yeoh, Youki Kudoh, Zoe Weizenbaum.
Sinopsis: Japón, 1929. Chiyo, una niña de nueve años, es vendida por sus padres para trabajar en la casa de Geishas de Nitta Okiya. Su hermana mayor Satsu no es aceptada y es enviada a un prostíbulo. En la casa Chiyo conoce a Pumpkin, otra niña que va a ser instruida para ser geisha, así como a las famosas geishas Hatsumomo (Gong Li) y su rival Mameha (Michelle Yeoh). Los comienzos de Chiyo (Zhang Ziyi) son duros, pero un encuentro con el que será el amor de su vida, el Presidente (Ken Watanabe), hará que desde ese momento sólo desee convertirse en una famosa geisha para estar más cerca de él. Adaptación del famoso best-seller de Arthur Golden. (FILMAFFINITY)
"Tiene mucho que ver y escuchar, pero su magia reside en la manera humana en la que toca tu corazón. El efecto acumulativo es el de ser noqueado por el ala de una mariposa"
Rex Reed (The New York Observer)
Japanese Geisha Music
La apariencia de una geisha cambia a lo largo de su carrera, desde la femenina y maquillada maiko, hasta la apariencia madura de una geisha mayor y consolidada. Las geishas usan el característico maquillaje de maiko, consistente en la cara totalmente blanca, los labios pintados de rojo y con adornos rojos y negros alrededor de los ojos y cejas. El maquillaje blanco cubre la cara, cuello, pecho y manos, con dos o tres áreas sin pintar (formando una "W" o "V") cerca de la nuca para acentuar esta zona erótica, y una zona descubierta de piel alrededor del pelo, que crea la ilusión de una máscara. Luego los ojos y cejas son remarcadas. Tradicionalmente se usaba carboncillo, pero hoy en día se utilizan cosméticos modernos. Las cejas y el borde de los ojos son pintados de negro.
Durante los primeros tres años, una maiko usa su maquillaje casi constantemente. El día de su mishidashi (o debut como maiko) se contrata una maquilladora profesional. Antiguamente la maquillaba la dueña de la okiya o la onee-san a la vista de todas las habitantes de la okiya. Durante su iniciación, la maiko es ayudada por su onee-san o la "okaa-san" (madre) de su casa de geishas. Después ella debe aplicarse el maquillaje por su cuenta.
La geisha, tras haber trabajado tres años, cambia su maquillaje a un estilo más apagado. La razón es la llegada de su madurez, puesto que el estilo simple la muestra en su belleza natural. Para ocasiones formales la geisha madura aún utiliza maquillaje blanco. Para las geishas mayores de treinta años, el maquillaje blanco es utilizado solo en bailes especiales que lo requieren.
Atuendo
Una geisha o maiko necesita vestir una determinada ropa interior antes de ponerse el kimono, llevan unas cintas largas de color blanco alrededor del pecho y de las caderas. Encima de ellas, se pone una prenda de algodón con la forma del cuello del kimono, que llega aproximadamente por las rodillas. Sobre esta prenda se pone el nagajuban (enagua), que, para las maiko, siempre es de color rojo y puede tener estampados florales. El kimono se confecciona a partir de un tan, una medida tradicional japonesa que consta de 37cm de ancho y 12 metros de largo.
Las geishas siempre utilizan kimono. Las maiko llevan coloridos kimonos con extravagantes obi. Las geishas mayores utilizan estilos y diseños más apagados. También es importante destacar la longitud de las mangas. Las aprendices (maiko) utilizan furisode de mangas que llegan casi hasta el suelo. Según van avanzando de edad y nivel en la profesión, las mangas tornan a tomesode, más cortas, de color más oscuro y de corte más elegante. El color, diseño y estilo del kimono dependen de la estación y evento en el que las geishas estén atendiendo. En invierno, las geishas pueden ser vistas llevando un haori (abrigo) adornado con seda pintada sobre su kimono. Los kimonos forrados son usados durante estaciones frías, y los ligeros o de gasa de seda durante el verano. La geisha utiliza sandalias de suela baja de madera y laca, llamadas zori y en interiores llevan solo tabi (calcetines divididos en los dedos). En zonas nevadas las geishas utilizan zuecos de madera, llamados geta. Las maiko llevan altísimos zuecos negros, okobo.
La geisha en la cultura popular
Mujeres vestidas como maiko (aprendices de geisha) en Kioto (Japón).
El creciente interés en la apariencia exótica de las geishas ha creado varios fenómenos culturales en Japón y Occidente. Recientemente las líneas de maquillaje inspiradas en las geishas fueron llevadas a Occidente después de la popularidad alcanzada por la novela y película Memorias de una geisha, que se encuentra muy por debajo del realismo de la autobiografía Vida de una geisha, de la geisha Mineko Iwasaki con la colaboración de Rande Brown.
RESUMEN
Significado de Geisha:
Se conoce como geisha al término japonés que significa “artista”, formado por los fonemas “Gei” que significa “arte y habilidad”, y “Sha” que expresa “persona”.
Las geishas son mujeres, antiguamente también existían geishas masculinos, con formaciones en diferentes artes como música, danza, que se dedican a entretener los clientes o invitados en banquetes, ceremonias de té o en cualquier otro local privado o público.
En vista de la miseria y hambruna que vivían algunos campesinos de la época, las niñas eran vendidas a las Okiyas –casas donde vivían las geishas-, bajo la tutela de la geisha anciana, conocida como Okaasan, que en español significa “madre" en japonés.
Para llegar a ser aquella mujer que entretiene y hace compañía a los hombres debe primero superar dos etapas:
Shikomi, período hasta que cumpla los 15 años de edad, en el cual se dedica a las tareas domésticas e iniciaba clases de canto, danza, postura, modales, entre otras.
Maiko, etapa que antecede a la geisha, y se realiza una ceremonia conocida como omisedashi que representa el debut de la maiko, la cual debe de continuar con su etapa de aprendizaje guiada por onee-san (hermana mayor).
Geisha (Geiko), una vez celebrada la ceremonia Mizuage –venta de su virginidad-, aproximadamente a los 20 años de edad, ya es vista como una mujer madura, bajo los ojos de la Okaasan.
Después de la Segunda Guerra Mundial se prohibió la venta de las niñas, y actualmente todas las geishas que aún existen en Japón son por decisión propia para mantener la tradición. También, las Maikos pasaron a tomar la decisión de mantener o no relaciones sexuales.
Es de resaltar, que las geishas no son prostitutas, en virtud de que la principal función de una geisha no es ganar dinero a cambio de mantener relaciones sexuales con sus clientes, sino por acompañar y entretener al público, la mayoría hombres pero también hay femenino.
Por último, la geisha ha servido de inspiración para diversas producciones artísticas, dentro de las mismas se puede destacar la “Opera Madame Butterfly”, de Puccini; la película de “Memorias de una Geisha”, del director Rob Marshalla, basada en el best-seller homónimo de Arthur Golden, publicado en 1997.
El símbolo de geisha representa parte de la cultura en el mundo oriental. La geisha representa la fuerza, delicadeza, mística e inteligencia, así como también para algunos individuos simboliza la paz y serenidad. Los tatuajes de geisha son bastantes comunes en las mujeres, aunque también es solicitado por los hombres, en vista de que es un ejemplo de la cultura, siendo una persona íntimamente ligada al mundo de las artes.
Peinado, maquillaje y vestimenta de la geisha
En una época usaban el cabello suelto, luego comenzaron a usar cabello recogido, en forma de moño. Por último, decidieron utilizar pelucas de pelo natural, llamadas en japonés katsura, con adornos como: peineta de ébano, acompañada de una horquilla decorada con una perla de jade, o peineta de caparazón de tortuga, acompañada de una horquilla con una perla de coral.
Generalmente, la geisha utiliza el maquillaje tradicional de la maiko, base blanca (originalmente hecha con plomo) en cara, torso y cuello, y las mejillas llevan polvo de color rosa claro. En cuanto a sus ojos, llevan una línea negra dentro y fuera del ojo, y la parte de fuera del ojo la maquilla de un profundo rojo. Los labios van pintados de rojo en su totalidad.
Los kimonos son hechos a mano, y a medida. En comparación a las maikos, las geishas utilizan kimonos mucho más discretos, con estampados más apagados, pero su modelo y color es en relación a la estación del año, ya que en el invierno usan kimonos forrados.
La geisha utiliza sandalias de suela baja de madera y laca, llamadas zori y en interiores llevan sólo calcetines, llamados tabi. Por su parte, en zonas nevadas las geishas utilizan zuecos de madera llamados geta en japonés.
1 comentario:
La admiración que a bote pronto suscita la cultura japonesa, contrasta negativamente con el machismo.
Excelente artículo antropológico sobre la cultura japonesa
Publicar un comentario