GIL
DE BIEDMA
Jaime Gil de Biedma y Alba (Barcelona, 13 de noviembre de
1929-Barcelona, 8 de enero de 1990) fue un escritor español,
considerado uno de los poetas más importantes de la segunda
mitad del siglo XX y de la Generación del 50.
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
–como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
–envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma
(Poemas póstumos, 1968)
¡Aterradora! Y eso que yo me enteré de ella muy tarde y me quedé pasmado con su lucidez. ¿Cómo Jaime casi con 30 años por delante, supo ver el final y además seguir viviendo? Desde entonces he leído a Jaime, uno de los más lúcidos y eximios poetas del siglo XX.
(Petrus Rypff)
Biografía
Nacido
en el seno de una familia de la alta burguesía castellana: hijo de Luis Gil de
Biedma y Becerril y de María Luisa Alba (1897-1989). Su padre se trasladó a
Barcelona para trabajar en la Compañía de Tabacos de Filipinas.
Gil de Biedma estudió Derecho en Barcelona y en la Universidad de
Salamanca, institución esta última donde obtuvo su licenciatura en dicha
materia. Su poesía evoluciona desde los primeros poemas intimistas, como Las afueras, al compromiso social
de Compañeros de viaje. Al
mismo tiempo es una poesía que evita constantemente el surrealismo y busca la
contemporaneidad y la racionalidad a toda costa a través de un lenguaje
coloquial, si bien desnudo de toda referencia innecesaria.
Verdadero exponente de lo que se suele denominar una doble vida, Biedma
desarrolla actividades empresariales (su padre lo introdujo en el negocio
tabaquero familiar) y al mismo tiempo coquetea intelectualmente con el marxismo
y su vida interior queda por completo marcada por la homosexualidad, circunstancia
que, en el seno de su profundo pesimismo, lo va a llevar a vivir al límite toda
una serie de experiencias íntimas autodestructivas.
Si bien hasta entonces había sido un gran lector de poesía francesa, en
particular de Charles Baudelaire, en 1953 se trasladó a vivir a Oxford para
mejorar su inglés y poder presentarse a las oposiciones como diplomático, pero
en Oxford se topó con la poesía anglosajona del momento, hecho que ejercería la
influencia más determinante en su obra posterior. A partir de 1955 trabaja en
la empresa de tabacos en Filipinas, donde ya trabajaba su padre. Accedió a
trabajar allí porque no consiguió pasar las oposiciones a diplomático y tampoco
logró dar clase como profesor universitario, ya que se sabía que era
homosexual. En la Compañía de Tabacos llegó a ser secretario general y Manila
se convirtió en su segunda ciudad. Su vida y su trabajo en Filipinas se
reflejan en sus poemas y en su diario, pues trabajó en Tabacos toda su vida.
En 1959 publica la referida Compañeros
de viaje, que juntamente con Moralidades
(1966) integra la parte más social de su poesía, con piezas llenas de denuncia
política en las que evoca la hipocresía
burguesa, la miseria que presidía el sistema capitalista, la opresión del
pueblo por la España franquista y la discriminación de la mujer.
En 1965 solicita ingresar en el PSUC, pero el ingreso le es denegado por
su condición de homosexual. Aun así, continuó su relación con los círculos
cercanos a los movimientos comunistas. Ese mismo año aparece A favor de Venus, una colección
de poemas de amor impregnados de erotismo, y en 1968, por último, publica Poemas póstumos. A partir de
entonces Biedma publicará diversos poemas en revistas literarias. En 1968 fue
incluido en la Antología de la nueva poesía española.
En 1974, Biedma padeció una crisis que le lleva a dejar la vida
literaria y se recluye en un férreo nihilismo. El determinismo de una sociedad
incapaz de cambiar su historia y el conformismo y desencanto que impregna el
mundo intelectual de izquierdas después de la transición a la democracia lo
abocaron a la desesperación. Fracasaron sus esfuerzos por sobrevivir a la
apatía del conformismo burgués del que no conseguía escapar, él mismo escribió
que era "señorito de nacimiento"
y que se arrepentía "de los palos que no le habían dado", y notó que
su voluntad de escritor había desaparecido: «No me ocurre más aquello de
apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir». Ese mismo año, en
1974, se publicó Diario de un artista
seriamente enfermo, unas memorias; y un año más tarde, en 1975, Las personas del verbo, su obra
poética completa, con estas obras su fama comenzó a despegar. En 1980 también
fue publicada una obra titulada El pie
de la letra, una obra que recoge sus ensayos y que refleja su amplitud
intelectual.
En 1985 se le diagnostica sida, enfermedad que le causó la muerte en
enero de 1990. Murió al lado de su pareja, el actor Josep Madern; sus amigos y
hermanas estuvieron cuidándole hasta sus últimos días. Sus restos fueron
incinerados y enterrados en el panteón familiar de Nava de la Asunción
(Segovia). En Nava de la Asunción vivió el poeta largas temporadas (incluyendo
toda la Guerra Civil), escribió parte de sus diarios y algunos de sus poemas,
entre los que destaca Después de la
muerte de Jaime Gil de Biedma. Poema iniciático con el que inventa una
nueva máscara narrativa, que no es más que la máscara del muerto.
Los diarios de Jaime Gil de Biedma
Instituto Cervantes Manchester
En 2020 se cumplieron 30 años de la muerte de Jaime Gil de Biedma, poeta esencial de la Generación de los 50 española, quien además fue también un gran diarista, ámbito de la producción literaria del Gil de Biedma aún por explotar desde el punto de vista de la investigación académica. Precisamente esto es lo que se propuso el investigador de la Universidad de Leeds y profesor de español, Álvaro González Montero, quien nos ofrecerá en esta conferencia una semblanza del atormentado poeta a través de sus diarios. Se centrará en aspectos fundamentales de su vida como son la vida del expatriado (Gil de Biedma vivió en Filipinas, Reino Unido, etc.) y su relación con el colonialismo; y la enfermedad, que sufrió por la tuberculosis primero, y más tarde por el SIDA que finalmente le causó la muerte.
En este evento, Álvaro intercambiará ideas en diálogo con un invitado de excepción, Andreu Jaume, uno de los mayores especialistas en la Generación literaria de los 50, crítico literario y editor, que recientemente ha editado y prologado Jaime Gil de Biedma. Diarios 1956-1985 (Lumen, Barcelona, 2015).
Poesía
Miembro destacado de la llamada Escuela de Barcelona, se relacionó con
los componentes de esta: Joan Ferraté, Gabriel Ferrater, Jaime Salinas Bonmatí,
Carlos Barral, José Agustín Goytisolo y el novelista Juan Marsé. Junto a Ángel
González, Claudio Rodríguez y José Ángel Valente, todos estos autores formaron
la así llamada «Generación del 50». Gil de Biedma dijo en varias
ocasiones que los grupos literarios no eran más que promociones editoriales. En
su obra recurrió al coloquialismo (con él mismo y con los lectores) y a la
ironía para destacar asuntos sociales y existenciales y, aun cuando no es muy
extensa (siempre prefirió la calidad a la cantidad), se ha considerado como una
de las más interesantes e influyentes de su generación. La lectura de Eliot Weinberger , Stephen Spender, W. H. Auden y en
general de los poetas en lengua inglesa fue determinante para Gil de Biedma,
él admiraba esta escuela poética que con el uso del monólogo dramático encontró
la veta artística que sentó las bases de la poesía del siglo XX. De esa manera
renunció al simbolismo francés que era donde se sustentaba la mayor parte de la
poesía de la Generación del 27. Además, también escribió algunos ensayos
literarios donde demuestra ser dueño de una prosa muy precisa y de unos
conocimientos literarios superiores a la crítica de entonces; estos ensayos
están recogidos en El pie de la letra.
Jaime dejó de escribir poesía porque según decía "lo normal es no escribir, lo normal es leer", de esta manera
se convirtió en lo que podríamos llamar un bartleby (por el personaje de
Melville) que prefirió dejar la escritura. Sin embargo, otros sostienen que su
mundo poético estaba acabado y que antes que repetirse lo abandonó.
Una de las facetas menos estudiadas del poeta es la conversación, él
siempre defendió que debía realizarse con una finalidad estética. En el libro
prologado y editado por el profesor Javier Pérez Escohotado (El Aleph, 2002) y
reeditado en Austral (2015) bajo el título Gil
de Biedma. Conversaciones se recogen algunos de estos coloquios. Aquí
puede apreciarse la capacidad conversacional del poeta, la nitidez de sus ideas
y la utilización precisa que hacía de la lengua española. Los lectores también
podemos acudir a sus diarios para acercarnos a la figura del poeta y a su
manera de pensar sobre asuntos diversos, especialmente de filosofía.
Gil de Biedma escribió muchísimas cartas a lo largo de su vida, o bien
manuscritas por él o dictadas a su secretaria. En la lectura de su
correspondencia podemos asistir a su desarrollo literario y a su visión del
mundo. Son cartas dirigidas en la mayoría de los casos a sus amigos poetas,
como Carlos Barral, Joan Ferraté, Gabriel Ferrater, Ángel González, Gustavo
Durán, Jaime Salinas, Juan Gil Albert, Luis Cernuda y a otros. La selección
cronológica de éstas la llevó a cabo el editor Andreu Jaume en el libro El argumento de la obra, editado
por Lumen en 2010.
Desde 1991 en Segovia y desde 2003 en Nava de la Asunción se entregan
unos premios de poesía dedicados a su memoria (Premios de Poesía Jaime Gil de
Biedma).
Imprescindibles - Gil de Biedma: Retrato de un poeta
El documental "Jaime Gil de Biedma. Retrato de un poeta" compone un fresco de él y su entorno, abundando en las circunstancias, los lugares y la gente que le conoció para acabar ofreciendo una profunda y variada perspectiva. Nunca le gustó que le enclavaran en ninguna corriente poética, pero la "poesía de la experiencia" de Jaime Gil de Biedma se considera como una de las más interesantes de la Generación del 50 y su figura ha sido elevada a mito de la poesía española de la posguerra.
Su obra poética no es muy extensa pero destaca sobre la de sus contemporáneos porque no se limitó a utilizar la poesía para expresar una rebeldía política, sino que profundizó en el uso de la palabra como material estético y en la consideración del poema como experiencia.
Dos décadas después de su muerte, su familia y amigos recuerdan la figura del poeta en un documental dirigido por Inés García-Albi.
1. Animal Magic - Laurie Johnson
2. My Life - Andrew McCrorie-Shand
3. Precious Days (a 60) - Peter Anthony Falkner
4. Little Sad Smile - James Ross McNair, Daniel Jacob Teper
5. Gentle Reverie (a 60) - Barnaby John Robson
Obras
Versos a Carlos Barral (edición del
autor, Orense, 1952)
Según sentencia del tiempo (1953).
Compañeros de viaje (Barcelona:
Joaquín Horta, 1959).
En favor de Venus (1965)
Moralidades (1966)
Poemas póstumos (1968)
Colección particular (Seix Barral,
1969)
Diario del artista seriamente enfermo
(1974), memoria.
Las personas del verbo (Seix Barral,
1975; 2º edición: 1982)
El pie de la letra: Ensayos 1955-1979
(Crítica, Barcelona, 1980)
Antología poética (Alianza, 1981)
Jaime Gil de Biedma. Conversaciones
(El Aleph, 2002) Edición y prólogo de Javier Pérez Escohotado
El argumento de la obra.
Correspondencia (Lumen, 2010)
Diarios 1956-1985 (Lumen, 2015)
Jaime Gil de Biedma. Conversaciones
(Austral, 2015) Reedición y prólogo de Javier Pérez Escohotado
Películas
La biografía del poeta escrita por Miguel Dalmau Soler fue adaptada al
cine por el director Sigfrid Monleón en 2009 en la película española El cónsul de Sodoma. En ella
Jordi Mollà interpreta a Gil de Biedma.
El Cónsul de Sodoma
Fragmento de la película El Cónsul de Sodoma de Sigfrid Monleón. 2010
Jordi Mollà. La polémica beneficia a 'El cónsul de Sodoma'
El actor catalán interpreta al poeta Jaime Gil de Biedma en 'El cónsul de Sodoma', una película que se estrenó el 8 de enero de 2010, coproducida por TVE
En 2015 se realizó el documental titulado Veinticinco años después de la muerte de Jaime Gil de Biedma
para conmemorar el aniversario de su fallecimiento. Está dirigido por Luis
Ordóñez y producido por Yolanda Ochando y se centra no en su biografía sino en
su universo poético. Para ello, se recurre a los testimonios de amigos, poetas
y teóricos como Félix de Azúa, Manuel Cruz, Miguel Albero, Vicente Molina Foix,
Luis Antonio de Villena, Àlex Susanna, Álvaro García, Pep Munné, Carmen
Balcells, Luis García Montero, Benjamín Prado, Andreu Jaume, Malcolm Otero
Barral, Luis Alberto de Cuenca y Pablo Sycet.
Los 11 mejores poemas de
Jaime Gil de Biedma, el poeta del sexo y la mala conciencia de clase
Juan
Marsé le recuerda en su último verano, enfermo de sida, llorando en el jardín y
cantando “La bien pagá”. Un poeta imprescindible que se fue hace 30 años.
Lorena
G. Maldonado. 8 enero, 2020
JAIME
GIL DE BIEDMA: LITERATURA, POESÍA,
POLÍTICA Y SEXO
Hace
30 años que Jaime Gil de Biedma se fue de aquí abajo, de esta fiesta larga y a
ratos pesada llena de cuerpos jovencísimos y bellos en los que quedarse a vivir
un par de noches. El escritor Juan Marsé -su amigo del alma- le recuerda
siempre en su último verano, enfermo de sida en el jardín, cantando La bien
pagá con lágrimas en los ojos: a su sobrina -quien después se encargaría de
hacer sobrevivir su legado- le había dicho que tenía una enfermedad tropical.
La bien pagá - Las cosas del querer
Preciosa Canción , magníficamente interpretada por Manuel Bandera.
PETRUS RYPFF
Gil de Biedma sabía de las cosas importantes: el sexo y la política. La belleza y la incorrección social. La elegancia y el hastío. La literatura y los silencios. A los siete años sus padres le escuchaban con sorpresa partirse de risa leyendo El Quijote, como un crío sabio y loco que comprendía la naturaleza del ser humano con terrible precocidad: "Este niño no es normal", decían. Algo más tarde sería la gran comidilla de su Nava de la Asunción natal. Cuchicheo, cuchicheo a su paso. El país entero murmurando.
Por sus junteras, por su
homosexualidad, por su olfato inconfundible para el deseo, por su capacidad
para enamorarse de forma incombustible. Unos y otros. Unos y otros: y la
insatisfacción, de fondo, siempre sobrevolando. Gil de Biedma era una botella
de anís chinchón seco, un sótano en Barcelona, un colchón sucio, unos muslos
abiertos. En su poesía nos enseña que en la perfidia no hay vuelta atrás:
nos ofrece un cigarro, nos invita a acomodarnos. En su poesía nos inyecta la
idea de que la vida puede y aún debe ser un rosario de esas "noches memorables",
de "rara comunión".
Un poeta rabiosamente feminista en A una dama muy joven, separada -"porque estamos en España / porque son uno y lo mismo / los memos de tus amantes / el bestia de tu marido"-, un poeta cruel en Loca -"y al dormir / te apretarás contra mí / como una perra enferma"-, un poeta concupiscente en Pandémica y celeste; un poeta apeterpanado y agónico en No volveré a ser joven y culpable en Contra Jaime Gil de Biedma. Y, muy especialmente, un poeta burgués que cargaba los pudores de no poder pertenecer a la izquierda purísima y sufriente que él amaba -"señoritos de nacimiento / por mala conciencia escritores / de poesía social"-.
Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma
Documental sobre la figura y la poesía de Gil de Biedma (1929-1990), el poeta más influyente de la poesía española. Escrito y dirigido por Luis Ordóñez. Intervienen Félix de Azúa, Luis García Montero, Andreu Jaume, Benjamín Prado, Luis A. de Villena, Pablo Sycet, Manuel Cruz, Luis Gil de Biedma, Àlex Susanna, Carmen Balcells, Ernesto Escapa, Malcolm Otero Barral, Álvaro García, Luis Alberto de Cuenca, Pep Munné, Vicente Molina Foix, Miguel Albero y Javier Rodríguez Marcos.
Aquí sus mejores poemas.
1. Peeping Tom
Ojos de solitario, muchachito atónito
que sorprendí mirándonos
en aquel pinarcillo, junto a la Facultad de Letras,
hace más de once años,
al ir a separarme,
todavía atontado de saliva y de arena,
después de revolcarnos los dos medio vestidos,
felices como bestias.
Te recuerdo, es curioso
con qué reconcentrada intensidad de símbolo,
va unido a aquella historia,
mi primera experiencia de amor correspondido.
A veces me pregunto qué habrá sido de ti.
Y si ahora en tus noches junto a un cuerpo
vuelve la vieja escena
y todavía espías nuestros besos.
Así vuelve a mí desde el pasado,
como un grito inconexo,
la imagen de tus ojos. Expresión
de mi propio deseo.
2. Pandémica y celeste
Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
desnudo de cintura para abajo,
hipócrita lector -mon semblable, -mon frère!
Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo a otros cuerpos
a ser posiblemente jóvenes:
yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
¡Si yo no puedo desnudarme nunca,
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin sentir -aunque sea nada más que un momento-
igual deslumbramiento que a los veinte años!
Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.
Y por eso me alegro de haberme revolcado
sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos,
mientras buscaba ese tendón del hombro.
Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones...
Aquella carretera de montaña
y los bien empleados abrazos furtivos
y el instante indefenso, de pie, tras el frenazo,
pegados a la tapia, cegados por las luces.
O aquel atardecer cerca del río
desnudos y riéndonos, de yedra coronados.
O aquel portal en Roma -en vía del Balbuino.
Y recuerdos de caras y ciudades
apenas conocidas, de cuerpos entrevistos,
de escaleras sin luz, de camarotes,
de bares, de pasajes desiertos, de prostíbulos,
y de infinitas casetas de baños,
de fosos de un castillo.
Recuerdos de vosotras, sobre todo,
oh noches en hoteles de una noche,
definitivas noches en pensiones sórdidas,
en cuartos recién fríos,
noches que devolvéis a vuestros huéspedes
un olvidado sabor a sí mismos!
La historia en cuerpo y alma, como una imagen rota,
de la langueur goutée
a ce mal d'être deux
Sin despreciar
-alegres como fiesta entre semana-
las experiencias de promiscuidad.
Aunque sepa que nada me valdrían
trabajos de amor disperso
si no existiese el verdadero amor.
Mi amor,
íntegra imagen de mi vida,
sol de las noches mismas que le robo.
Su juventud, la mía,
-música de mi fondo-
sonríe aún en la imprecisa gracia
de cada cuerpo joven,
en cada encuentro anónimo,
iluminándolo. Dándole un alma.
Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
cuando nos conocimos, antes de ir a la cama.
Ni pasión de una noche de dormida
que pueda compararla
con la pasión que da el conocimiento,
los años de experiencia
de nuestro amor.
Porque en amor también
es importante el tiempo,
y dulce, de algún modo,
verificar con mano melancólica
su perceptible paso por un cuerpo
-mientras que basta un gesto familiar
en los labios,
o la ligera palpitación de un miembro,
para hacerme sentir la maravilla
de aquella gracia antigua,
fugaz como un reflejo.
Sobre su piel borrosa,
cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.
Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz, los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho.
3. Loca
La noche, que es siempre ambigua,
te enfurece -color
de ginebra mala, son
tus ojos unas bichas.
Yo sé que vas a romper
en insultos y en lágrimas
histéricas. En la cama,
luego, te calmaré
con besos que me da pena
dártelos. Y al dormir
te apretarás contra mí
como una perra enferma.
4. No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
5. Noches del mes de
junio
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
6.
Resolución
Resolución
de ser feliz
por
encima de todo, contra todos
y
contra mí, de nuevo
-por
encima de todo, ser feliz-
vuelvo
a tomar esa resolución.
Pero
más que el propósito de enmienda
dura
el dolor del corazón.
Gil de Biedma: poeta del alma
Jaime Gil de Biedma fue un hombre atrevido, bohemio, soñador, sensible, vividor y vivo, así lo describen los que lo conocieron en vida. Para muchos poetas e intelectuales fue una referencia en la España sombría del franquismo. En este reportaje varios escritores, nos ayudan a comprender su universo y la transcendencia de su poesía.
Intervienen Luis García Montero (poeta), Alejandro Martínez (cantautor), Eugenio Maqueda (escritor y profesor de la Universidad de Málaga) y José Manuel Caballero Bonald (poeta).
[Programa de Canal Sur Televisión) 12/06/2010
7.
Noche triste de octubre
Definitivamente
parece
confirmarse que este invierno
que
viene, será duro.
Adelantaron
las
lluvias, y el Gobierno,
reunido
en consejo de ministros,
no
se sabe si estudia a estas horas
el
subsidio de paro
o el
derecho al despido,
o si
sencillamente, aislado en un océano,
se
limita a esperar que la tormenta pase
y
llegue el día, el día en que, por fin,
las
cosas dejen de venir mal dadas.
En
la noche de octubre,
mientras
leo entre líneas el periódico,
me
he parado a escuchar el latido
del
silencio en mi cuarto, las conversaciones
de
los vecinos acostándose,
todos
esos rumores
que
recobran de pronto una vida
y un
significado propio, misterioso.
Y he
pensado en los miles de seres humanos,
hombres
y mujeres que, en este mismo instante,
con
el primer escalofrío,
han
vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,
por
su fatiga anticipada,
por
su ansiedad para este invierno,
mientras
que afuera llueve.
Por
todo el litoral de Cataluña llueve
con
verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo
muros,
goteando
fábricas, filtrándose
en
los talleres mal iluminados.
Y el
agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes,
mezcladas en el barro,
árboles,
zapatos cojos, utensilios
abandonados
y revuelto todo
con
las primeras Letras protestadas.
8.
En el nombre de hoy
Para
ti, que no te nombro,
amor
mío -y ahora en serio-,
para
ti, sol de los días
y
noches, maravilloso
gran
premio de mi vida,
de
toda la vida, ¿qué puedo
decir,
ni qué quieres que escriba
a la
puerta de estos versos?
Finalmente
a los amigos
compañeros
de viaje
y
sobre todos ellos
a
vosotros, Carlos, Ángel,
Alfonso
y Pepe, Gabriel
y
Gabriel, Pepe (Caballero)
y a
mi sobrino Miguel,
Joseagustín
y Blas de Otero,
a
vosotros pecadores
como
yo, que me avergüenzo
de
los palos que no me han dado
señoritos
de nacimiento
por
mala conciencia escritores
de
poesía social,
dedico
también un recuerdo,
y a
la afición en general.
9.
Contra Jaime Gil de Biedma
De
qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar
atrás un sótano más negro
que
mi reputación -y ya es decir-,
poner
visillos blancos
y
tomar criada,
renunciar
a la vida de bohemio,
si
vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso
huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano
de colmena, inútil, cacaseno,
con
tus manos lavadas,
a
comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te
acompañan las barras de los bares
últimos
de la noche, los chulos, las floristas,
las
calles muertas de la madrugada
y
los ascensores de luz amarilla
cuando
llegas, borracho,
y te
paras a verte en el espejo
la
cara destruida,
con
ojos todavía violentos
que
no quieres cerrar. Y si te increpo,
te
ríes, me recuerdas el pasado
y
dices que envejezco.
Podría
recordarte que ya no tienes gracia.
Que
tu estilo casual y que tu desenfado
resultan
truculentos
cuando
se tienen más de treinta años,
y
que tu encantadora
sonrisa
de muchacho soñoliento
-seguro
de gustar- es un resto penoso,
un
intento patético.
Mientras
que tú me miras con tus ojos
de
verdadero huérfano, y me lloras
y me
prometes ya no hacerlo.
Si
no fueses tan puta!
Y si
yo no supiese, hace ya tiempo,
que
tú eres fuerte cuando yo soy débil
y
que eres débil cuando me enfurezco...
De
tus regresos guardo una impresión confusa
de
pánico, de pena y descontento,
y la
desesperanza
y la
impaciencia y el resentimiento
de
volver a sufrir, otra vez más,
la
humillación imperdonable
de
la excesiva intimidad.
A
duras penas te llevaré a la cama,
como
quien va al infierno
para
dormir contigo.
Muriendo
a cada paso de impotencia,
tropezando
con muebles
a
tientas, cruzaremos el piso
torpemente
abrazados, vacilando
de
alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh,
innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la
más innoble
que
es amarse a sí mismo!
10.
A una dama muy joven, separada
En
un año que has estado
casada,
pechos hermosos,
amargas
encontraste
las
flores del matrimonio.
Y
una buena mañana
la
dulce libertad
elegiste
impaciente,
como
un escolar.
Hoy
vestida de corsario
en
los bares se te ve
con
seis amantes por banda
-Isabel,
niña Isabel-,
sobre
un taburete erguida,
radiante,
despeinada
por
un viento sólo tuyo,
presidiendo
la farra.
De
quién, al fin de una noche,
no
te habrás enamorado
por
quererte enamorar!
Y
todo me lo han contado.
¿No
has aprendido, inocente,
que
en tercera persona
los
bellos sentimientos
son
historias peligrosas?
Que
la sinceridad
con
que te has entregado
no
la comprenden ellos,
niña
Isabel. Ten cuidado.
Porque
estamos en España.
Porque
son uno y lo mismo
los
memos de tus amantes,
el
bestia de tu marido.
11.
Canción de aniversario
Porque
son ya seis años desde entonces,
porque
no hay en la tierra, todavía,
nada
que sea tan dulce como una habitación
para
dos, si es tuya y mía;
porque
hasta el tiempo, ese pariente pobre
que
conoció mejores días,
parece
hoy partidario de la felicidad,
cantemos,
alegría!
Y
luego levantémonos más tarde,
como
domingo. Que la mañana plena
se
nos vaya en hacer otra vez el amor,
pero
mejor: de otra manera
que
la noche no puede imaginarse,
mientras
el cuarto se nos puebla
de
sol y vecindad tranquila, igual que el tiempo,
y de
historia serena.
El
eco de los días de placer,
el
deseo, la música acordada
dentro
del corazón, y que yo he puesto apenas
en
mis poemas, por romántica;
todo
el perfume, todo el pasado infiel,
lo
que fue dulce y da nostalgia,
¿no
ves cómo se sume en la realidad que entonces
soñabas
y soñaba?
La
realidad -no demasiado hermosa-
con
sus inconvenientes de ser dos,
sus
vergonzosas noches de amor sin deseo
y de
deseo sin amor,
que
ni en seis siglos de dormir a solas
las
pagaríamos. Y con
sus
transiciones vagas, de la traición al tedio,
del
tedio a la traición.
La
vida no es un sueño, tú ya sabes
que
tenemos tendencia a olvidarlo.
Pero
un poco de sueño, no más, un si es no es
por
esta vez, callándonos
el
resto de la historia, y un instante
-mientras
que tú y yo nos deseamos
feliz
y larga vida en común-, estoy seguro
que
no puede hacer daño.
VALS DE ANIVERSARIO - JAIME GIL DE BIEDMA
Música: Nocturnes, Op. 9: No. 2 in E-Flat Major. Andante - Arthur Rubinstein
Nada hay tan dulce como una habitación
para dos, cuando ya no nos queremos demasiado,
fuera de la ciudad, en un hotel tranquilo,
y parejas dudosas y algún niño con ganglios,
si no es esta ligera sensación
de irrealidad. Algo como el verano
en casa de mis padres, hace tiempo,
como viajes en tren por la noche. Te llamo
para decir que no te digo nada
que tú ya no conozcas, o si acaso
para besarte vagamente
los mismos labios.
Has dejado el balcón.
Ha oscurecido el cuarto
mientras que nos miramos tiernamente,
incómodos de no sentir el peso de tres años.
Todo es igual, parece
que no fue ayer. Y este sabor nostálgico,
que los silencios ponen en la boca,
posiblemente induce a equivocarnos
en nuestros sentimientos. Pero no
sin alguna reserva, porque por debajo
algo tira más fuerte y es (para decirlo
quizá de un modo menos inexacto)
difícil recordar que nos queremos,
si no es con cierta imprecisión, y el sábado,
que es hoy, queda tan cerca
de ayer a última hora y de pasado
mañana
por la mañana...
Pido desde aquí respeto al diferente. ¡Cómo me gustaría que acabara la intolerancia! que se viera al otro desde un prisma sin retorcidos tamices, sin prejuicios, sin juzgarlo por su condición, ya sea por su etnia, su clase social, su orientación sexual, su opción religiosa, su ideología política...
Sólo haría una salvedad, a los intolerantes, que desgraciadamente van en aumento, por motivos de distinta índole, sí hay que devolverles con su misma moneda, para ellos, mi desprecio más absoluto, a no ser que muestren propósito de enmienda, pero, visto lo visto…eso me parece tan difícil.
(PETRUS RYPFF)
1 comentario:
COMO SIEMPRE MUY BUENO Y DOCUMENTEDO.
ENHORABUENA
Publicar un comentario