Cualquiera puede y debe
rechazar ferozmente las políticas del gobierno israelí hacia los territorios
palestinos, incluso creo que sería necesario y de justicia tomar medidas contra
Israel o a favor de la causa palestina, pero esto no es, por definición, tener odio
contra todos los judíos y, por lo tanto, no es necesariamente una forma de
antisemitismo. En teoría, debería ser posible estar en desacuerdo con todo
lo que respecta al Estado de Israel. También entre los judíos, las
opiniones están frecuentemente divididas.
Un verdadero debate
sobre "el sionismo" o un debate normal crítico acerca de Israel se
está tornando cada vez más dificultoso. Las posiciones están endurecidas. Las
emociones se elevan rápidamente. Puedes buscar en internet o en las redes
sociales algunos ejemplos. Allí Israel es comparado regularmente con la
Alemania Nazi. Puedes leer que lo que Israel hace ahora con los palestinos, es
lo mismo que el exterminio sistemático de judíos llevado adelante por los
Nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
Esa comparación no es
sólo inadecuada, sino errónea e hiriente. El conflicto entre Israel y los
palestinos está totalmente desequilibrado, se cobra muchas víctimas inocentes,
sobre todo del lado de los segundos, que son netamente inferiores en cuanto a
armamento y no cuentan con el apoyo de la máxima potencia militar del planeta,
Estados Unidos, país que, con su derecho a veto, bloquea cualquier iniciativa
de la ONU que pudiera favorecer al pueblo palestino , pero no se trata de un
exterminio. Si realizas este tipo de comparaciones, eso es antisemitismo. A
menudo las críticas a Israel se entrelazan con mitos y símbolos antisemitas.
Podemos encontrar caricaturas hirientes y odiosas sobre los judíos
en general. Es cierto que los lobbies judíos, económicamente muy poderosos,
junto con otros entes invisibles, manejan los hilos de todo el mundo, por
encima de políticos e instituciones internacionales aceptadas por todos, y
también es cierto que los potentísimos Servicios Secretos Israelíes se mueven
con impunidad por casi todo el globo terráqueo realizando atentados terroristas
casi nunca bien documentados en los medios periodísticos, pero la crítica hacia
el pueblo judío en su conjunto con tales imágenes y símbolos evoca recuerdos de
persecuciones del pasado, el Holocausto. Eso encaja con la larga historia del
antisemitismo.
En relación con todo esto y con la reciente aparición en nuestro país del tétrico partido de ultraderecha, me ha parecido muy interesante un artículo que hace unos días leí en el semanal de El País y lo expongo a continuación:
Fascismo de
segunda mano
Manuel Rivas
El País semanal 31 de marzo de 2019
Una gran parte de la población de origen
hebreo se plantea emigrar. Que la historia se repita de forma tan rastrera resulta
desolador.
EL
ANTISEMITISMO, el odio a los judíos, rebrota en Europa.
Tiene su expresión más tétrica en las profanaciones de cementerios. Pero no
deja tranquilos ni a vivos ni a muertos. En varios países, en especial en
Alemania y Francia, 2018 ha sido un año cruel, con un gran incremento de
agresiones. En algunas ciudades, llevar en público la kipá, la gorra ritual, se
ha convertido en un riesgo. Nueve de cada 10 personas judías declaran haber
sufrido situaciones hostiles. Y una gran parte de la población de origen hebreo
se plantea emigrar. Europa vuelve a ser un lugar peligroso.
Todo esto viene de muy lejos. Que la historia se repita de forma tan
rastrera resulta desolador. Pero no hay que rumiar ni vomitar la historia, sino
contarla. Si el dilema ante la barbarie es el exceso de memoria o el olvido,
elegir siempre el exceso. Uno de los recientes ataques fue el cubrir con
esvásticas dos imágenes públicas de Simone Veil. Una saña simbólica. Simone Veil sobrevivió a Auschwitz,
adonde la deportaron con 16 años, y fue hasta su muerte, en 2017, una mente
luminosa, feminista y librepensadora, tejedora de la mejor Europa. Por la boca
de Simone Veil hablaba el partido de la humanidad: “El mal es ilimitado, pero
no infinito”.
Todo esto viene de muy lejos, sí.
Hay la tendencia a pensar que esta
criminalidad es obra de una insignificante minoría. Cuatro fanáticos con el
casco averiado. Esa visión puede tranquilizar las conciencias, pero es una
forma de eludir la realidad. El nuevo rostro del fascismo se financia y expande
en ámbitos nada marginales. Lo llamamos educadamente extrema derecha, pero es un fascismo de
segunda mano. Y el repunte antisemita es un indicador, una inconfundible señal
de alarma, del avance de la maquinaria autoritaria en Europa, con obsesiones
que creíamos que estaban en desguace: xenofobia, machismo, nacionalismo de
nostalgia imperial. Hubo un tiempo en que también se habló con indolencia de un
grupo de fanáticos dirigidos por “el pintor de brocha gorda”. Al pairo de la
crisis económica, el partido nazi (NSDAP) pasó de 800.000 votos en 1928 a 6,4
millones en otoño de 1930, a 13 millones en el verano de 1932 y a 17 millones
en 1933. Ilegalizada y perseguida la izquierda, deglutida la derecha
conservadora, se acabaron las elecciones. Llegó el momento de engatusar de la
manera más ruin a un pueblo: buscar un enemigo indefenso y aniquilarlo.
Sí que viene de lejos.
En la ilimitada historia de
crímenes contra los judíos hay dos sucesos de similar argumento. Uno ocurrió en
Inglaterra, en 1255. En el lugar de Lincoln, apareció en un pozo el cuerpo de
un niño cristiano llamado Hugh. Un tal Mateo de París, precursor del
sensacionalismo sin escrúpulos, describió el presunto martirologio de Hugh a
manos de prominentes judíos. La fake news corrió como la pólvora.
Fueron ejecutados 19 judíos. Y continuaron las masacres, hasta que lo que
quedaba de población judía fue expulsada en 1290.
La expulsión de los judíos por los Reyes Católicos en
1492 fue el primero de los 12 grandes exilios españoles y el
más traumático junto con el de la II República. Fue precedido también de
una fake news con la intención de exacerbar el odio y
justificar aquella truculenta operación. El 16 de noviembre de 1491 fueron
quemados vivos en Ávila seis conversos y dos judíos acusados de sacrificar a un
niño cristiano, a quien le habrían comido el corazón. De ahí nace el culto al
Santo Niño de La Guardia.
En 1955, 10 años después del
Holocausto, en la catedral de Lincoln se colocó una placa al lado de la tumba
de Hugh:
“Relatos falseados de ‘asesinatos
rituales’ de muchachos cristianos por parte de comunidades judías proliferaron
en toda Europa durante la Edad Media e incluso mucho más tarde. Estas ficciones
costaron la vida a muchos judíos inocentes. Lincoln tuvo su propia leyenda y la
supuesta víctima fue enterrada en la catedral en 1255. Tales relatos no
redundan en beneficio del cristianismo”.
Lamentablemente, no hay ninguna placa
similar en el santuario del Niño de La Guardia, cuyo culto sigue en vigor, ni
tampoco en la catedral de Toledo, donde hay una destacada iconografía del caso.
En basamento ideológico del
franquismo, lo judaico será el enemigo nuclear. Acompañaba a todos sus
demonios: judeo-masón, judeo-bolchevique, judeo-liberal.
Con todo, lo más lamentable como
síntoma de un fascismo sin simulación es que, en estos tiempos, figure
como cabeza de lista al Congreso un negacionista del
Holocausto. ¿Cómo se puede pretender representar a España con
semejante aberración?
Sí que necesitamos un exceso de memoria.
ELECCIONES GENERALES
Vox, obligada a prescindir de su candidato
homófobo y negacionista
Las críticas de la comunidad judía al pseudohistoriador
obligan a rectificar al partido de Abascal
Vox ha
prescindido finalmente del pseudohistoriador Fernando Paz, conocido por sus
posiciones homófobas y negacionistas, como cabeza de lista al Congreso por
Albacete. Esta es la primera ocasión en que el partido de Santiago Abascal se
ve obligado a rectificar ante la presión de la opinión pública.
El vicesecretario de Comunicación de
Vox, Manuel Mariscal, candidato él mismo al Congreso, ha anunciado que el
tertuliano de Intereconomía ha presentado su “renuncia irrevocable”. “Desde VOX
agradecemos la altura de miras y el gesto patriótico de Fernando Paz al
renunciar a su candidatura para no perjudicar este proyecto y a la vez
condenamos el linchamiento político y mediático que ha sufrido”, ha dicho
Mariscal. Como es habitual en Vox, su responsable de comunicación ha difundido esta
declaración a través de Whatsapp sin posibilidad de formularle preguntas.
Más allá de sus opiniones sobre la
homosexualidad (que considera una enfermedad), lo que ha hecho insostenible la
candidatura de Paz es su postura sobre el Holocausto, que minimiza y
relativiza. Una delegación de Vox, encabezada por su responsable de Relaciones
Internacionales, Iván Espinosa de los Monteros, realizó recientemente una gira
por Estados Unidos con el objetivo de estrechar relaciones con los círculos más
conservadores del Partido Republicano y recaudar fondos. La candiatura de Paz
ponía en riesgo este último objetivo ya que en dicho país cuestionar el
Holocausto es una línea roja que ninguna fuerza política, salvo los neonazis,
puede traspasar.
En España, la Federación de Comunidades
Judías, institución que representa a los 40.000 judíos españoles, mostró el
pasado miércoles su preocupación por la decisión de Vox de presentar al pseudohistoriador Fernando Paz, “cuyas declaraciones
revisionistas y negacionistas del Holocausto" calificó de “lamentables e
inaceptables”. Las críticas ya no venían solo de los partidos de izquierdas,
las feministas o los homosexuales, sino de una comunidad como la judía con tradicionales
buenas relaciones con la derecha política y económica.
La Federación recordó que Paz “ha calificado
de farsa los juicios de Núremberg a
los jerarcas nazis, ha cuestionado el asesinato masivo de seis millones de
judíos, ha dejado claras sus sospechas de que los judíos no murieron en las
cámaras de gas sino a manos de los habitantes de Europa del Este y ha negado el
origen racista del Holocausto”. La institución que agrupa a los judíos
españoles subrayó que “en cualquier país de Europa donde se ha hecho justicia
sobre este traumático capítulo de la historia es inadmisible que una persona
con este pensamiento se postule a un cargo de representación pública”.
El antisemitismo es un asunto más controvertido en el seno de la
ultraderecha europea. Jean-Marie Le Pen fue expulsado del Frente Nacional
francés que había fundado por su propia hija y sucesora, Marine Le Pen, por
calificar las cámaras de gas de "detalle de la historia".
1 comentario:
Hoy me recomendaste después de desayunar que leyera tu blog, que había un apartado donde se hablaba de Vox.
He pasado directamente donde estaba la “chicha” ya que la historia de Palestina e Israel etc no la he seguido y no se por donde van las cosas.
Con respecto a Vox, lo único que hay en contra en este artículo es lo del candidato de Albacete, que debido a esas declaraciones lamentables ha “dimitido” creo que es una seña de identidad del partido que no se casan con nadie y tienen mano dura.
Al igual que miembros de otros partidos, que algún militante con cargo público les ha costado dimitir y otros incluso están en prisión no han tenido tanta contundencia como ha tenido Vox.
Luego me hace también gracia que los califiquen de homófogos racistas y machistas cuando no lo son, ya que no están en contra de los homosexuales. Lo único es el cambiarle el nombre al matrimonio ya que la palabra matrimonio significa unión entre hombre y mujer de ahí a querer cambiarlo. Que si, que es una santa tontería pero bueno, también tenían que hacer ruido para llamar la atención.
Por otro lado esta lo del cambio de sexo, que actualmente lo cubre la seguridad social. Ellos defienden que si no es por algo de salud, que no utilicen la sanidad y recursos públicos para asuntos que no tienen nada que ver con la salud. Que para eso están las privadas. Al igual que el que tiene complejo por tener miembro pequeño o pechos pequeños, porque para eso si tienen que ir a una clínica privada? Somos ciudadanos de primera y de segunda según la orientación sexual?
Y lo de machistas pues tampoco lo entiendo, quieren la cadena perpetua para asesinos y violadores de asuntos graves. Acaso eso no es proteger a la mujer? Quieren derogar la ley de violencia de genero porque no sirve para nada ya que sigue habiendo muchas víctimas y solo sirve para criminalizar al hombre. Y crear otra que proteja de manera más eficaz nl solo a la mujer si no a niños y personas mayores. No sería bueno proteger también a ellos con penas más duras? La gente se queda con la palabra derogar y no ven más allá.
De momento lo dejo aquí
Firmado
LLA
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