MOMENTOS DE POESÍA
Sol de horizontes
Calibrar un microscopio en la
difícil visión de lo más íntimo.
Responder a la vida rescatando
aludes cotidianos,
con preguntas de quien debería
verte clara como un sol de horizontes.
Es cierto, tu amor es claro como el
tiempo que ha pasado,
resplandeciente como el que ha de
venir.
Contigo lucharé por la vida que nos
espera;
dulce nácar de rizados cabellos
abrigada,
te quiero, enérgica y tierna prenda
de mis suspiros.
(Calvin Chestnut)
La poesía es un arma cargada de futuro
Cuando ya nada se espera
personalmente exaltante,
más se palpita y se sigue más acá
de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente
afirmando,
como un pulso que golpea las
tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la
muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas
crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de
cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten
excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se
nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía
necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece
veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí
que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque
apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin
pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un
lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se
desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma
partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí
a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá
de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar
nuevos actos,
y calculo por eso con técnica que puedo.
Me siento un ingeniero del verso y
un obrero
que trabaja con otros a España en
sus aceros.
Tal es mi poesía:
poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y
ciego.
Tal es, arma cargada de futuro
expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota
pensada.
No es un bello producto. No es un
fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos
respiramos
y es el canto que espacia cuanto
dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos
sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más
que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no
tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la
tierra son actos.
(Gabriel Celaya)
Luna de la cosecha
Escuchamos, perdidos, una canción
antigua
que no reconocemos.
Rara vez desciframos
los secretos guardados por los hombres.
Y nunca los de la naturaleza.
Desde nuestro escondite podemos ver
la luna de septiembre.
El verano ha acabado por sorpresa.
Si muriera esta noche, junto a ti,
en la desolación de este paraje
mágico,
todos recordarían una gran luna
llena,
poderosa y extraña.
Y, sin embargo, ¿Cuántos
podrían recordarla si siguiera con
vida?
Sobre la tierra húmeda, en medio de
la noche,
nos buscamos descalzos.
El idioma del mundo ha dejado su
huella
en nuestro cuerpo.
¿Cuál será esa canción que nos pone
tan tristes?
Esperamos –perdidos– que el cielo nos alcance.
(Rosa Berbel)
Así era
Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.
Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti
vuelven
como a una madre verde y húmeda.
Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música.
(José Hierro)
La Tarara (Taranto)
Ay, Tarara loca
Mueve la cintura
Para los muchachos
De las aceitunas
Ay, Tarara, sí, ay, Tarara, no
Ay, Tarara, niña de mi corazón
Lleva mi Tarara
Un vestido verde
Lleno de volantes
Y de cascabeles
Ay, Tarara, sí, ay, Tarara, no
Ay, Tarara, niña de mi corazón
Luce mi Tarara
Su cola de seda
Entre las retamas
Y la yerbabuena
Ay, Tarara, sí, ay, Tarara, no
Ay, Tarara, niña de mi corazón
María Berasarte, Ara Malikian y José Luis Montón " La Tarara " SALA GALILEO TV (FULL HD)
Autor de la canción: Federico García Lorca
Me inventaré
Qué bonito sería decirle que es sólo un cuento
Que las cosas que pasan ahí fuera ocurren muy lejos
Qué bonito sería engañarle matándole a besos
Pero ahora mis brazos son sólo otros brazos con miedo
Qué bonito sería decirle que es sólo un juego
Y evitarle la falta de luz que provoca el invierno
Ayudarle a subir a la luna aunque sé que no debo
Aquí abajo te espero sentado por si va mal tu vuelo
Me inventaré que hasta los malos son buenos
Que habrá verano en enero
Y la última lluvia es esta que moja tu piel
Me inventaré para salvarte del miedo
Estrellas para tu cielo
Y no pinten de negro tu sueño al oscurecer
Me inventaré
me inventaré.
Qué bonito sería contarle que aquí no hay misterio
Que la vida va en broma y que no hay que tomársela en serio
Qué bonito que fuera real aunque sólo sea un verso
Y que no hiciera falta inventarse este estúpido cuento.
Me inventaré
que hasta los malos son buenos
Que habrá verano en enero
Y la última lluvia es esta que moja tu piel
Me inventaré
para salvarte del miedo
Estrellas para tu cielo
Y no pinten de negro tu sueño al oscurecer
Me inventaré
Me inventaré
(Diego Cantero - Funambulista)
MOMENTOS
Lo que da sentido a la vida son los momentos. Hay quien les da mucha importancia y quien los deja pasar como si nada sucediera. Momentos que, para el mundo, igual son insignificantes y para ti lo suponen todo, tú sí que los entiendes. Esos días que amanecen despejados y notas el sol entrando por la ventana. El primer "te quiero", que hace que te mueras de la vergüenza. La primera vez que te dejan, que te quedas mirando a un punto fijo con ganas de no dejar de llorar. Cuando tus pies se mojan en la playa; la risa de un niño; cómo cerramos los ojos cuando algo está a punto de caer. Cuando se muere ese familiar, tan cercano que darías la vida por él. Discutir con un amigo y que ninguno dé su brazo a torcer. Aquel momento en que, estando con tu chica, por un comentario tonto de uno de los dos, no podéis parar de reíros a pesar de que estáis en un sitio totalmente inadecuado que desaconseja ese instante de suma complicidad. Cómo tiembla tu cuerpo después de ese orgasmo tan intenso que ni te puedes mover.
Esa cicatriz de tu cuerpo que tú conoces y casi nadie más. Despertar de ese sueño del que jamás hubieras despertado por poder continuarlo. Ver que ese desconocido, en algún momento de tu pasado remoto, fue tu mayor conocido. Y, sobre todo, saber que dos personas que se recuerdan cuando ni hablan, son capaces de todo.
Momentos...Disfrutadlos.
Petrus Rypff
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