CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS. EL INJUSTO DERECHO DE VETO
La ONU cumple 75 años (27 jun 2020)
A Naciones Unidas pertenecen 193 países. Fue fundada en 1945 con 50 miembros con el objetivo de lograr la paz global. Numerosos conflictos regionales y el creciente nacionalismo en muchos Estados amenazan el principio de multilateralismo de la organización.
El Consejo de Seguridad es el órgano de las Naciones Unidas cuya responsabilidad primordial es el mantenimiento de la paz y la seguridad. Conforme a la “Carta de las Naciones Unidas”, los Estados Miembros están obligados a aceptar y cumplir las decisiones del Consejo, mientras que los otros órganos sólo pueden hacer recomendaciones.
El Consejo de Seguridad está compuesto por 15 miembros, de los cuales 5 son permanentes y 10 son elegidos por la Asamblea General por un período de 2 años. Los miembros permanentes son: China, Estados Unidos, Federación Rusa, Francia y Reino Unido.
El Consejo de Seguridad tiene, de acuerdo a la Carta de la Naciones Unidas, entre otros. los siguientes poderes y funciones:
• Mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
• Investigar toda controversia o situación que pueda crear fricción internacional.
• Recomendar métodos de ajuste de tales controversias, o condiciones de arreglo.
• Determinar si existe una amenaza a la paz o un acto de agresión y recomendar qué medidas se deben adoptar.
• Instar a los Miembros a que apliquen sanciones económicas y otras medidas que no entrañan el uso de la fuerza, con el fin de impedir o detener la agresión.
• Emprender acción militar contra un agresor.
• Mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
En caso de realizarse una denuncia de
amenaza contra la paz, el Consejo generalmente recomienda a las partes que
lleguen a un arreglo pacífico, e incluso actúa en la mediación o la
investigación. Además, puede nombrar representantes especiales o pedir al
Secretario General que intervenga como tal o que interponga sus buenos oficios.
Por otro lado, el Consejo también puede enunciar principios para un arreglo.
En caso de que una controversia llegue a una lucha armada, el Consejo busca que esta termine lo más pronto posible. Esto lo hace dictando directivas de cese de fuego, e incluso, enviando fuerzas de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz a las regiones donde hay disturbios, para así crear las condiciones para que se pueda llegar a un arreglo pacífico. Conforme al Capítulo VII de la Carta, el Consejo puede decidir la adopción de medidas coercitivas, sanciones económicas o acciones militares colectivas.
Votación y derecho de veto
Cada Miembro del Consejo tiene un voto y las
decisiones se toman por voto afirmativo de por lo menos nueve de los quince
miembros. Cuando se trata de cuestiones de fondo se requiere que además de
los nueve votos afirmativos no exista ningún voto de los cinco miembros
permanentes en contra. Esta es la regla de la unanimidad de las grandes
potencias, conocida más comúnmente como “derecho de veto”.
En esta situación, si uno de los miembros permanentes no está de acuerdo con
una decisión puede emitir un voto negativo, “vetando” o bloqueando dicha
decisión. Todos los miembros permanentes han ejercido su poder de veto en
alguna ocasión. En caso de que algún miembro permanente no apoye una decisión,
pero tampoco quiera bloquearla puede abstenerse en la votación.
La cuestión del derecho de veto en el
Consejo de Seguridad ha sido ampliamente discutida porque se considera como una
práctica que vulnera la democracia al interior de este órgano. Dentro de los
planteamientos de reforma de la ONU se ha estudiado la posibilidad de eliminar
el derecho de veto, aunque no se ha llegado a ningún consenso.
Algunos ven que el poder de veto
exclusivo de los cinco miembros permanentes como anacrónico e injusto,
dado que las Naciones Unidas están destinadas a representar igualmente a todos
sus Estados miembros. El periodista Kourosh Ziabari declaró que el
veto es "un privilegio discriminatorio y tendencioso dado a cinco
países para dictar su propia voluntad a unos 200 países como lo desean"
y la llamó "la ley más injusta e inequitativa del mundo, que
permite a una minoría poderosa y autoritaria determinar el destino de una
mayoría indispensable y subyugada". Aparte de las críticas
dirigidas hacia su naturaleza sesgada, otros han señalado que el veto
dificulta que el Consejo de Seguridad resuelva los problemas. Mientras
se dirigía a la Asamblea General de la ONU sobre la anexión rusa de Crimea, el
presidente ucraniano Petro Poroshenko dijo lo siguiente con respecto a
la ineficacia del veto: "En cada país democrático, si alguien ha
robado su propiedad, un tribunal independiente restaurará la justicia, sus
derechos y castigar al delincuente. Sin embargo, debemos reconocer que en el
siglo XXI nuestra organización carece de un instrumento efectivo para llevar
ante la justicia a un país agresor que ha robado el territorio de otro estado
soberano".
Debido a esa situación, se ha denunciado que
el Consejo de Seguridad sólo es eficaz cuando se trata de velar por los intereses
de sus miembros permanentes, y es incapaz de actuar contra estos. En
consecuencia, las resoluciones en las que se autoriza a intervenir en los
asuntos internos de otros países han sido pocas. Los intereses de los miembros
permanentes han acabado asentando el concepto de no injerencia, a costa del
mandato de "mantener la paz y la seguridad" con el que el Consejo de
Seguridad fue creado. Tal vez porque, mientras que la "responsabilidad de
proteger" no es vinculante, la soberanía de los estados sigue siendo
prioritaria y, como señala el especialista en relaciones internacionales Philippe
Moreau-Desfarges, "aunque se violen los derechos de sus
poblaciones, sólo el Consejo de Seguridad puede decidir si la paz está
amenazada y tomar medidas para proteger esa paz". Así, el Consejo
de Seguridad no ha tomado medidas contundentes para castigar a gobiernos
considerados como autoritarios, descuidando la "responsabilidad de
defender a las poblaciones civiles", reconocida por la Asamblea General de
la ONU en 2005.
75 años del nacimiento de la ONU
El 26 de junio de 2020 se cumplieron 75 años de la carta de San Francisco, el embrión de las Naciones Unidas. Con la Segunda Guerra Mundial ya concluida en Europa, medio centenar de países firmaban esta carta tras dos meses de negociaciones.
En un contexto en el que la pandemia ha producido tanto tensiones y nacionalismo como conciencia de nuestra interdependencia, y por tanto de la necesidad de mayor cooperación internacional, la Asamblea General se reunió virtualmente este 21 de septiembre de 2020 para conmemorar el 75 aniversario de la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ese mismo día hizo pública una declaración que abundaba sobre una aseveración hecha previamente por Antònio Guterres, secretario general de la ONU: “No estamos aquí para celebrar, sino para actuar”.
Guterres, en el 75º aniversario de la ONU: “La pandemia ha dejado al descubierto las fragilidades del mundo”.
A pesar de las críticas que recibe —muchas probablemente justificadas—, la ONU puede considerarse el primer intento exitoso de crear un sistema de seguridad colectiva y de gobernanza global. Su precursora, la Liga de Naciones, sucumbió con la Segunda Guerra Mundial. En otras palabras, la ONU representa el sueño histórico de crear un sistema internacional que coloque al interés colectivo en el centro, por encima de los intereses nacionales, y que deseche el recurso a la guerra como instrumento legítimo de las relaciones internacionales.
La declaración aludida pone de relieve, por un lado, que la ONU ha cosechado éxitos sin parangón que rara vez se reconocen y, por el otro, que la organización adolece de problemas estructurales y conceptuales que dificultan su funcionamiento e impiden que evolucione al compás de los cambios que ocurren en el mundo.
La reciente invasión de Ucrania llevada a cabo por Rusia, al mando de un psicópata criminal como es Vladimir Putin, pone en entredicho la utilidad de Naciones Unidas. Se ha visto que la violencia ejercida por el ejército ruso, especialmente los últimos días en su "retirada" de Kiev a su paso por pequeñas poblaciones como Bucha, o hace unas semanas con los bombardeos en Mariupol y otras ciudades sobre objetivos civiles, ha provocado la destrucción de barrios enteros y la muerte de muchas víctimas inocentes. El cinismo de Putin y sus secuaces les lleva a decir que las imágenes de la barbarie provocada por su ejército no es más que un montaje urdido por el gobierno de Ucrania y la prensa internacional. Se dice que los crímenes de guerra del ejército ruso, siguiendo instrucciones de Putin y sus generales, van a ser difícilmente demostrables y tardarán años en ser juzgados por tribunales internacionales y todo ello, entre otras cosas, por el derecho de veto a cualquier resolución de Naciones Unidas que vaya contra los intereses de la Federación Rusa. Putin se aprovecha de su riqueza en recursos energéticos como el petróleo y el gas de los que tanto dependen la mayoría de países europeos o Estados Unidos para chantajear y evitar sanciones más duras de las realizadas hasta la fecha, y juega, además, con el miedo generalizado al desencadenamiento de una Tercera Guerra Mundial si la OTAN o cualquier miembro de Occidente entra directamente en combate en tierras ucranianas, sabedor de que el empleo de armas atómicas o químicas de las que dispone pondría en peligro la supervivencia de todos.
Opino que la vía diplomática para acabar con la guerra actual de Ucrania y evitar otros conflictos bélicos que pudieran llegar en el futuro, debería empezar por la abolición del derecho de veto que ejerce una minoría de países, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (los citados anteriormente China, Estados Unidos, la Federación Rusa, Reino Unido y Francia), que no pueden tener subyugados al resto de miembros de la Asamblea General de Naciones Unidas, 193 países en total, tan sólo por el hecho de haber salido vencedores de la II Guerra Mundial. Ningún país puede bloquear, por sus intereses particulares, iniciativas votadas por una mayoría de naciones que ansían que la institución más importante de la Tierra, la ONU, sea verdaderamente democrática.
Petrus Rypff
Secretario General de la ONU exige investigación independiente de masacre en Bucha, Ucrania (3 abril 2022)
António Guterres dijo estar "profundamente impactado por las imágenes de los civiles asesinados" en la ciudad al noroeste de Kiev, sumándose a la consternación de la comunidad internacional
Resumen en video de la guerra Ucrania - Rusia: 4 de abril. CNN en Español
En Bucha, al noroeste de la capital, las imágenes muestran cuerpos de civiles esparcidos por una calle, y los reporteros de CNN observaron una fosa común en la ciudad.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, pidió que se pusiera fin a los "crímenes de guerra" rusos, ya que la actual retirada de las fuerzas rusas en torno a Kyiv revela presuntas atrocidades.
Los presuntos crímenes de guerra han provocado la indignación internacional, y los líderes occidentales han pedido que se investigue y se aumenten las sanciones a Rusia.
Beyoncé - I was here, traducida al español
1 comentario:
Buena entrada Don Petrus Rypff, desde Suecia te saludan tus amigos por la paz.
https://www.sipri.org/
https://www.youtube.com/watch?v=Ogvm0NV6G5g
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