En junio de 2020 escribí una entrada en este blog con el título: Harto ya de estar harto en la que puse como imagen ilustrativa a dos personajes muy oscuros de nuestra representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Ella, Cayetana, ya no es la portavoz del Partido Popular, "a Dios gracias", ignoro si ya ha cambiado su militancia al que sería su grupo natural por actitudes e ideología, el partido del abyecto S. Abascal. Él, Pablo, sigue siendo vicepresidente del gobierno, a pesar de su prepotencia, cinismo, incoherencia y mala baba.
Bochornoso espectáculo protagonizado hace unos días en el Congreso de los diputados por los que se supone que son los "padres de la patria"
Vagabundear - Joan Manuel Serrat
Nunca había estado tan en boga el poema de Serrat que ya en los setenta reflexionaba respecto al sobrehartazgo al que, cada cierto tiempo, estamos sometidos. Sin darnos cuenta en estos tiempos que corren somos presas de una vorágine de cambios difíciles de digerir y mucho menos de asumir.
Lucha de Gigantes/ Nacha Pop/ Letra
Gran parte de nuestra clase política está por desgracia derivando peligrosamente, de forma sigilosa, en la "cultura fake” del todo vale y sin pudor nos bombardean mediáticamente con medias mentiras esperando que se conviertan en verdades al más descarado estilo Goebbels.
ORAMAS y su ESPECTACULAR discurso en la Moción de Censura de Pedro Sánchez contra Rajoy (junio de 2018)
Pero lejos de tirar la toalla, lo saludable, lo coherente, es rebelarnos, exigir “sentido común” y volver a la razonable mesura mediterránea que ha caracterizado, desde siempre, nuestra cultura. Esta mesura que tenemos afortunadamente integrada en nuestro ADN con la que debemos combatir la desinformación y la manipulación que nos vapulea. Ya basta de utilizar el “y tú más” como instrumento de defensa o de ataque. Los políticos deben llegar a las instituciones a poner neuronas, no huevos, y perseguir el bien común, no buscar el beneficio propio o el de su opción partidista.
Un gran discurso de Ana Oramas, sin duda (Enero de 2019)
Y es que no es nada fácil, en este escenario basado en la desmesurada comunicación sin filtros, centrar los mensajes. El reto debería estar más en las ideas y menos en los postureos ya que de lo contrario corremos el serio peligro de degradar la calidad de nuestras relaciones sociales, hartos ya de estar hartos, sin soluciones, perdiendo por el camino lo conseguido todos estos años en nuestra democracia, no perfecta y posiblemente mejorable, pero sin duda clave para que, por fin, consigamos entendernos.
Ana Oramas 1ª replica en la Sesión de Investidura de Pedro Sánchez (julio de 2019)
El Brexit, la inesperada victoria de Trump en Estados Unidos hace cuatro años y de Bolsonaro en Brasil o la irrupción de determinadas corrientes ultra conservadoras europeas son sólo algunos ejemplos de que, hoy por hoy, estamos perdiendo la batalla en este nuevo escenario mediático que deberíamos revertir. Es momento de ser peleones desde la moderación, pero con firmeza y sentido común.
Y si faltaba algo nos llegó la pandemia coronavírica, que ha puesto en jaque a la sociedad en su conjunto y ha provocado, además de muchas muertes, una situación económica tan complicada, que no sabemos cómo se va a gestionar. Nos esperan cambios importantes en los próximos meses, y esto representa una gran oportunidad para que apostemos por los consensos, por las negociaciones generosas, por sumar aprovechando las diferentes visiones.
No va a servir de nada cualquier esfuerzo si cada cual intenta “arrimar el ascua a su sardina” buscando réditos electorales.
Intervención de Ana Oramas en el debate de la Moción de Censura 21 Octubre de 2020
Se hace necesario para encontrar soluciones ceder en las negociaciones, olvidarse de egoísmos y escuchar lo que aporta el otro sin desacreditarlo de forma apriorística. Cuánto me gustaría que desaparecieran los insultos y descalificaciones en los debates del Congreso o de cualquier tribuna política, y cuánto me gustaría también que desaparecieran las noticias falsas lanzadas desde un lado y otro. La verdad sólo es una y aunque es lícito hacer interpretaciones subjetivas de cualquier hecho concreto, se puede hacer manifestaciones de lo que cada uno piensa sin buscar la provocación o caer en el insulto personal.
Respetemos unos y otros el rigor informativo, la veracidad de lo que compartimos en redes, y que hagan lo propio los medios de comunicación, se puede y se debe discrepar, pero respetemos unas reglas de juego mínimas y tengamos la nobleza indispensable para que alguna vez podamos salir del atolladero en el que estamos, con pandemia o sin ella. Convendría parar un poco, observar y tomar conciencia de lo que nos estamos jugando.
¡Qué pena que no haya muchas Anas Oramas en la política española!
(Una parte de este texto está extraída de un artículo de Tomás Aleñar Feliu)
Actualización Enero 2021
Por fin Donald Trump ha salido, para
regocijo de la humanidad, de la Casablanca. Espero que la justicia americana le
ponga a buen recaudo. En pocos días se inicia el "impeachment" o
juicio político contra él. Se ha ido sin reconocer su derrota, empecinado en la
hipótesis de que ha sido el fraude electoral la causa de la misma. Su
Psicopatía y su discapacidad intelectual le han hecho reaccionar a modo de
rabieta, como el niño consentido al que le retiras un regalo que no se merecía.
Resulta bochornoso que en España todavía haya personas que defiendan su calaña
política y su categoría moral, y lo peor es que haya una formación política en
nuestro país, que hace un año le propuso como candidato al Premio Nobel de la
Paz. No he leído ni escuchado, a día de hoy, ninguna rectificación por ningún
dirigente de VOX, aunque, ¿a quién extraña esto?
Cambiando radicalmente de tema, voy a expresar mi opinión acerca de un
tema escabroso:
Hemos
entrado en la última semana del mes de enero de 2021, está instalada la tercera
ola de la pandemia por la COVID-19, de momento fuera de control, a pesar de las
medidas impuestas por unos y por otros. Lo que nadie esperaba es la polémica
suscitada por la campaña de vacunación del coronavirus, se supone que los
expertos han establecido un protocolo para ordenar dicha vacunación por
colectivos de mayor a menor vulnerabilidad, exposición o necesidad de
inmunización. Como cabía esperar, el protocolo ha sido vulnerado por los de
siempre, los políticos, tan acostumbrados a hacer de su capa un sayo, que no
han podido evitar la tentación de ponerse los primeros en la fila para recibir
el premio a su condición de salvapatrias.
Resulta penoso que en el error hayan caído dos personas a las que
aprecio, el consejero de Sanidad, M. Villegas, que en realidad no es político
de vocación, sino un prestigioso cardiólogo que ha ocupado temporalmente, y
desempeñando muy bien, por cierto, su cargo al mando de la Sanidad murciana en
la muy difícil gestión de la crisis pandémica. Creo que nunca le estaremos los
murcianos suficientemente agradecidos por su labor en este último año, por su
admirable dedicación, sin tiempo siquiera para elaborar el duelo por el
luctuoso fallecimiento de su hermano hace unos meses. Suerte Don Manuel, en tu
nueva andadura vital y profesional.
La otra persona que se ha equivocado, adelantando su vacunación,
saltándose el protocolo, es la alcaldesa de Molina, Doña Esther Clavero. A día
de hoy no sé si ha dimitido de su cargo. Creo que, aunque sea algo inmerecido
por su en general buen desempeño como regidora municipal, debe marcharse.
Empecinarse en mantener la poltrona le traería tantos quebraderos de cabeza que,
creo que mermaría sus fuerzas para enfrentar y afrontar su delicado estado de
salud. No es mi estilo dar consejos, cada uno debe identificar lo que más le
conviene, es sólo una sugerencia que podría contemplar. En cualquier caso,
Esther, te deseo lo mejor. Rechazo frontalmente las descalificaciones que estoy
oyendo por el pueblo hacia tu persona, sin duda no te las mereces. La
exposición pública, y más en el clima de crispación que se respira por tanto
problema acumulado, tiene estas cosas. Alguien tiene que pagar el pato ante
tanto desaguisado.
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