FELLINI, 27 AÑOS SIN ÉL, EL QUE NACIÓ HACE UN SIGLO
Federico Fellini nació en Rímini, Emilia-Romaña, el 20 de enero de 1920-murió
en Roma, 31 de octubre de 1993. Fue un director de cine y guionista italiano;
considerado el cineasta de la posguerra más importante de su país a nivel
mundial.
Ganador de cuatro premios Óscar a la mejor película extranjera, en 1993 fue galardonado con un Óscar honorífico por su carrera. A lo largo de su carrera dio vida a personajes y escenas que se han incorporado al imaginario colectivo cinematográfico. De sí mismo decía que era «un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo».
Más allá de los aportes estéticos de su obra en general, y esos personajes y ambientes extraños a los que se ha etiquetados como «fellinezcos», una de sus películas, La Dolce Vita, tiene un impacto palpable y duradero en la cultura internacional al dar nombre a la figura de los paparazzi, basándose en el nombre de uno de sus protagonistas, Paparazzo.
Biografía
Nació en una familia de clase media: su padre, Urbano Fellini, era un
representante de licor, dulces y comestibles, nacido en Gambettola, un pueblo
al oeste de Rímini; su madre, Ida Barbiani, de origen romano, era ama de casa.
El matrimonio Fellini tuvo dos hijos más: Riccardo, nacido en 1921, y
Maddalena nacida en 1929.
A los 8 años huyó de su casa por un breve periodo y se unió a un circo,
esto de acuerdo a lo que declaró en diversas entrevistas. Estudió en el Liceo
Classico «Giulio Cesare», donde descubrió su talento para el dibujo; sentía
admiración por el dibujante estadounidense Winsor McCay, creador del personaje
de cómic Little Nemo. Este talento como caricaturista le consiguió un empleo
en el Cine Fulgor, cuyo promotor le encargaba los retratos de los actores para
anunciar las películas. En 1938 comenzó a publicar viñetas en el periódico y en
la revista humorística "420" de Florencia.
En su infancia, el joven Fellini mostró un vivo interés por las
películas de Chaplin y los cómics humorísticos estadounidenses, llegando a
afirmar en 1966: Es evidente que la lectura intensa de esas historias, en una
edad en que las reacciones emotivas son tan inmediatas y frecuentes, condicionó
mi gusto por la aventura, lo fantástico, lo grotesco y lo cómico. En este
sentido es posible encontrar una relación profunda entre mis obras y los cómics
norteamericanos. De sus estilizaciones caricaturescas, de sus paisajes, de los
personajes siluetados contra el horizonte, me han quedado imágenes felizmente
"chocantes", imágenes que de vez en cuando vuelven a aflorar y cuyo
recuerdo inconsciente ha condicionado el elemento figurativo y las tramas de
mis películas”.
Antes de terminar la escuela secundaria clásica, alrededor del año 1938,
Fellini consigue colaborar con periódicos y revistas como dibujante. Tal es el
caso de la publicación de sus viñetas en el diario La Domenica del Corriere
y, sobre todo, en el periódico florentio Il, importante publicación
editada por Nerbini, quien además le contratará como corrector de las pruebas
de imprenta, pasando así una estancia de unos 8 meses en Florencia. También
ejercerá de guionista de la serie Flash Gordon, con dibujos de George Toppi,
cuando el gobierno fascista prohíbe la importación de cómics estadounidenses y
los autores italianos han de continuarlas para no defraudar a sus lectores.
A principio de 1939, se traslada a Roma con el pretexto de cursar la
carrera de Derecho, pero con la intención de convertirse en periodista. De
hecho, durante tres semanas trabaja como reportero en el periódico Il Popolo. Fue
en este período que se hizo amigo de otro actor debutante, Alberto Sordi. Su amistad durará toda la vida y está bien
contada en la película ¿Permette?
Alberto Sordi.
En 1940 ingresa al equipo editorial de la principal revista satírica
italiana, Marc'Aurelio, dirigida por Vito de Bellis. Tras el éxito en
Marc'Aurelio, Fellini recibe muchas ofertas de trabajo y sustanciosas
cantidades de dinero.
Fellini también produjo varios dibujos (principalmente en lápiz sobre
papel), a menudo retratos cómicos y caricatura política siendo así como el
joven Fellini conoció el cine: su primer éxito fue como dibujante publicitario
para películas. Avanguardista durante el fascismo, sus primeras obras fueron
para la Alleanza Cinematográfica Italiana (ACI), una compañía productora de
Vittorio Mussolini, hijo de Benito Mussolini, a través del cual conoció a
Roberto Rossellini.
En 1941 empieza a colaborar con el Ente Italiano Audizioni Radiofoniche
(EIAR), viviendo una breve, pero feliz fase como escritor en la radio. La etapa
de Fellini en la radio marca el debut del maestro en el mundo del espectáculo y
el inicio de la relación afectiva y artística con Giulietta Masina. En los
últimos años firmó unos noventa guiones, incluyendo las presentaciones de los
programas de música, revistas, radio, a la famosa serie Cico y Pallina. La serie se emitió entre 1942 y 1943, y
contaba la historia de una joven pareja.
La fase neorrealista
Fellini, Masina, Carla del Poggio y
Alberto Lattuada en 1952
A principios de los años cuarenta, Fellini conoce a Tullio Pinelli, un
dramaturgo, y fundan una asociación profesional. Fellini y Pinelli son los
encargados de redactar el texto que dará a conocer a Aldo Fabrizi. En 1944,
tras la caída del fascismo en una Roma apenas liberada de las tropas armadas,
abrió una tienda de retratos y caricaturas, The Funny Face Shop. En 1945
se produce el primer encuentro de Fellini con Roberto Rossellini y
comenzó su contribución a la película más representativa del cine italiano de
posguerra: Roma città aperta (Roma
ciudad abierta). Fellini también escribió guiones para otros directores
reconocidos como Alberto Lattuada (Sin piedad, El molino del Po), Pietro
Germi (En nombre de la ley, La ciudad se defiende) y Luigi Comencini.
Después de colaborar en los guiones de otros films de Rossellini: Paisà (Camarada, 1946) y L'amore (El amor, 1948); y
debutar en la dirección junto a Alberto Lattuada con Luces de variedades en
1950, realiza en 1951 su primera película en solitario Lo sceicco
bianco (El jeque blanco, protagonizada por el cómico Alberto Sordi y
escrita por Michelangelo Antonioni y Ennio Flaiano. Durante el rodaje de esta
comedia entre satírica y burlesca con ecos del omnipresente neorrealismo de la
época, Fellini conoció a Nino Rota, el músico que lo seguiría por el
resto de su carrera.
La actriz Giulietta Masina, con quien se había casado Fellini en
1943, se convirtió en su musa absoluta y en el personaje físico y sobre todo
emocional que fascinó al público de medio mundo en títulos dorados del cine
italiano como Almas sin conciencia,
Las noches de Cabiria, La Strada, Giulietta de los espíritus y Ginger y Fred. Otro actor que aparece constantemente en sus
filmes es Marcello Mastroianni, quien estudiaba interpretación en la
misma escuela que Massina, y que fue gran amigo del director. De hecho,
Mastroianni aparece en algunas de sus películas más importantes, siempre
interpretando el papel principal (entre ellas La Dolce Vita y Ocho
y medio). Fellini trabajó también con actores como Anita Ekberg,
a quien lanzó a la fama, Sandra Milo, los ya citados Sordi y Fabrizi, Claudia
Cardinale, o Roberto Benigni.
Los guionistas con los que siempre trabajó (Bernardo Zapponni por
ejemplo), lograron encontrar el modo de aunar diálogos y estructuras a la
plasticidad, expresividad y enorme personalidad cinematográfica de Fellini
(presente en la narrativa, encuadres, temáticas sobre lo onírico, el patetismo,
la crueldad, la felicidad, la desolación, lo diferente, lo extravagante, la
provocación, el humor, la farándula, lo mediterráneo...), y todo ello llega a
desbordar rabiosamente la gran mayoría de sus películas.
Su época de madurez está marcada por su distanciamiento con la crítica y
por su pérdida de rentabilidad masiva de cara al mercado coincidiendo con dos
acontecimientos clave: el final de la supremacía de los grandes estudios
estadounidenses y europeos, y el relevo generacional tan rupturista como
radical que se produce en los primeros años 1970 en medio mundo, a lo que se
une el auge de la televisión como motor del ocio diario de la gran mayoría del
público, acompañada de la fabricación de un nuevo invento que cambia el
concepto de la industria del cine predominante hasta entonces: el video
doméstico.
También ahora, la superación del cine
de estructura clásica perjudica la carrera del cineasta ya que,
paradójicamente, es ahora cuando el maestro italiano se vuelve —al menos
aparentemente— más convencional en sus propuestas y su cine "pasa de
moda" en aras de las nuevas corrientes del cine del viejo continente (el
thriller de Jean Pierre Melville, el clasicismo filosófico de François
Truffaut, el compromiso político de Pier Paolo Pasolini, las innovaciones
estéticas y formales de Bernardo Bertolucci, el lirismo poético y metafísico de
Andréi Tarkovski, el auge de los nuevos y jóvenes creadores (Rainer Werner
Fassbinder, Wim Wenders, Carlos Saura, Ken Russell, Vilgot Sjöman, Hristo
Popov). Sin embargo, es en este momento cuando Fellini se vuelca en hacer obras
más pequeñas y personales, con menor presupuesto, pero de encomiable
envergadura artística, ya que esta crisis profesional no resta valía a los
proyectos que va rodando y estrenando: I clowns (Los clowns, 1970); Roma, (1972); Prova d'orchestra (Ensayo de orquesta,
1979) o E la nave va (Y la nave va,
1983).
Il viaggio di G. Mastorna (El
viaje de G. Mastorna) es el título de un guion escrito entre 1965 y
1966 por Fellini para el productor Dino De Laurentis. Originalmente, el
proyecto sería una adaptación de la novela What Mad Universe del estadounidense
Frederic Brown. La decisión de adaptar este libro de ciencia ficción surgió a
partir de la escena retratada en la portada de la edición de 1949, donde una
mujer con un rostro similar al de Betty Page y un cuerpo que recordaba al de
Anita Ekberg salía de la ducha mientras era observada por un extraterrestre
agazapado al lado de un cohete de evidente forma fálica. Sin embargo, el
realizador italiano cambiaría de idea y empezaría a desarrollar un trabajo
original basado en una idea de Dino Buzzati.
El guion, dotado de una narrativa onírica, cuenta la historia de
Giuseppe Mastorna, un famoso violonchelista que se encuentra en una dimensión
extra-terrena a la que llega luego de un accidente de avión. Escrito en colaboración
con Brunello Rondi, Il viaggio de G. Mastorna nunca se produjo, aunque siempre
estuvo en los planes de Fellini hasta el momento de su muerte. El guion en
italiano fue publicado desde 1995, mientras que una traducción comentada en
inglés salió a la luz en 2013 bajo el título The Journey of G. Mastorna. The
Film Fellini Didn't Make (El viaje de G. Mastorna. La película que Fellini
nunca hizo).
Filmografía
Hay tres momentos en la filmografía de este director: 1. Sus inicios, en
constante coqueteo con la corriente neorrealista predominante en el cine
italiano de los años 1940 y 1950, y en aras de encontrar un estilo propio que
le definiera como creador (de El jeque blanco a Almas sin conciencia pasando
por la estupenda Los inútiles (I vitelloni, 1953)); 2. la fama internacional y
conquista de las taquillas de todo el mundo, premios Óscar incluidos (La
strada, Las noches de Cabiria, La dolce vita, Julieta de los espíritus, El
Satiricón, Casanova y Amarcord); 3. y la época de madurez, marcada por su
distanciamiento con la crítica y por su pérdida de rentabilidad masiva de cara
al mercado.
Como
director
Luci
del varietà (Luces de variedades) (1950) — codirigido con Alberto Lattuada.
Lo
sceicco bianco (El jeque blanco) (1952)
I
vitelloni (Los inútiles) (1953)
L'amore
in città (Amor en la ciudad) (1953)
La
strada (1954)
Es la cuarta película de Federico Fellini, y fue la que sentó las bases de su reputación a nivel internacional. protagonizada por Anthony Quinn comp Zampano, el Forzudo, y la esposa del director, giulietta Masina, como la ingenua Gelsomina, es una historia de amor y celos con el transfondo del circo, ámbito al que Fellini acudiría más de una vez. El rutinario número de Zampano consiste en romper unas cadenas que rodean su pecho. Necesita una ayudante, y así compra los servicios de Gelsomina, pagándole a su madre, para que le acompañe en la carretera. Ella actúa de payaso, y sus gestos tienen un deje chaplinesco. Cuando se unen a una compañía circense, Gelsomina se siente fascinada temporalmente por un acróbata, el Loco, interpretado por Richard Baseheart. Aunque Zampano trata muy mal a la chica, se siente celoso del Loco y sus acciones al respecto dirigen la película hacia su conclusión.
Introducción a LA STRADA - Filmoteca de Sant Joan d'Alacant - EL CIRCO EN EL CINE - ENERO 2018
Se ha dicho que el estilo de fábula de La Strada imició el cambio del neorrealismo de posguerra que había dominado el cine italiano, un movimiento con el que Fellini había estado muy implicado como guionista. aunque rodaba en localizaciones, la acción de la película podría desarrollarse en el presente o de aquí a cien años. Zampano y Gersomina son arquetipos, simples personajes impulsado por las emociones y los deseos más elementales. La acción se desarrolla como si estuviese predeterminada, y los personajes no hacen sino seguir su destino, lo que la convierte en una historia trágica. El retrato de Masina explotada pero valerosa Gelsomina definiría sus personajes en la pantalla en posteriores película de Fellini, y en gran parte en el resto de sus trabajos como actriz. Quinn resulta igualmente inolvidable como el bruto forzudo incapaz de entender sus propios sentimientos hacia Gelsomina. Ambos actores destacaron la diferencia entre la interpretación de sus personajes y la realidad de sus vidas.
A lo largo de su carrera, Fellini se sintió fascinado por la tensión entre el aspecto teatral de los personajes y su inexplorada y compleja vida interior. La Strada ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa y, muy probablemente, sea la más accesible y querida de las obras del director italiano. Los esnobs y los sofisticados, sin embargo, no escogerían esta compleja y conmovedora película, que sigue proporcionando nuevas percepciones e ideas cada vez que se ve.
Il
bidone (Almas sin conciencia/El cuentero) (1955)
Le
notti di Cabiria (Las noches de Cabiria) (1957)
La Cabiria de este clásico de Federico Fellini está interpretada por la esposa del cineasta, Giuletta Masina, que merecidamente ganó el premio a la mejor actriz en Cannes por su retrato de una ingenua prostituta. Avergonzada de su profesión, la vivaracha Cabiria bbusca desesperadamente un amante rico que la retire, aunque en el fondo, lo que realmente quiere es un amor duradero.
Después de su estreno, una polémica escena en la que intervenía un samaritano con un saco lleno de buenos deseos fue censurada tras las protestas de la Iglesia católica. Al parecer, la generosidad es un rasgo provinciano, pero por suerte los fotogramas fueron finalmente. El tema de la bondad es primordial en toda la película; tras su apariencia mundana, Cabiria sólo desea ser feliz, como cualquiera. Su corazón de oro no la libra de una tristeza que ni la música más alegre puede aliviar.
La
Dolce Vita (íd.) (1960)
Boccaccio
70 (Boccaccio '70) (1962)
Otto
e mezzo (8 ½) (1963)
Giulietta
degli spiriti (Julieta de los espíritus) (1965)
Tre
passi nel delirio (Historias extraordinarias) (1968)
Block-notes
di un regista (1969) — TV
Satyricon
(1969)
I
clowns (1970) — TV
Roma
(1972)
Amarcord
(1973)
Casanova
(1976)
Prova
d'orchestra (Ensayo de orquesta) (1979)
La
città delle donne (La ciudad de las mujeres) (1980)
E
la nave va (Y la nave va) (1983)
Ginger
e Fred (Ginger y Fred) (1986)
Intervista
(Entrevista) (1987) — TV
La
voce della luna (1990)
Como
guionista
Lo
vedi come sei? de Mario Mattoli (1939)
Imputato
alzatevi! de Mario Mattoli (1939)
Il
pirata sono io! de Mario Mattoli (1940)
I
cavalieri del deserto de Gino Talamo y Osvaldo Valenti (1940)
Avanti,
c'è posto de Mario Bonnard (1942)
Quarta
pagina de Nicola Manzari (1942)
Campo
de' Fiori de Mario Bonnard (1943)
Apparizione
de Jean de Limur (1943)
Vive...
si te dejan (L'ultima carrozzella) de Mario Mattoli (1943)
Tutta
la città canta de Riccardo Freda (1945)
Roma,
ciudad abierta (Roma città aperta) de Roberto Rossellini (1945)
Chi
l'ha visto? de Goffredo Alessandrini (1945)
Camarada
(Paisà) de Roberto Rossellini (1946)
Il
passatore de Duilio Coletti (1947)
El
delito de Giovanni Episcopo (Il delitto di Giovanni Episcopo), de Alberto
Lattuada (1947)
Senza
pietà (Sin piedad) de Alberto Lattuada (1948)
El
molino del Po (Il mulino del Po) de Alberto Lattuada (1948)
El
amor (L'amore) de Roberto Rossellini (1948)
En
nombre de la ley (In nome della legge) de Pietro Germi (1949)
Il
cammino della speranza de Pietro Germi (1950)
Luces
de variedades (Luci del varietà) (1950)
Francisco,
juglar de Dios (Francesco, giuglare di Dio) de Roberto Rossellini (1950)
Persiane
chiuse de Pietro Germi (1950)
La
ciudad se defiende (La città si difende) de Pietro Germi (1951)
Una
doncella en apuros (Cameriera bella presenza offresi...) de Giorgio Pastina
(1951)
Il
brigante di tacca del Lupo de Pietro Germi (1952)
El
jeque blanco (Lo sceicco bianco) (1951)
Europa
51 (Europa '51) de Roberto Rossellini (1951)
Los
inútiles (I vitelloni) (1953)
L'amore
in città (1953) — episodio "Un'agenzia matrimoniale"
La
strada (1954)
Alma
sin conciencia (Il bidone) (1955)
Las
noches de Cabiria (Le notti di Cabiria) (1957)
Fortunella
(Fortunella) de Eduardo De Filippo (1958)
La
dolce vita (1960)
Boccaccio
70 (1962) — episodio Las tentaciones del doctor Antonio
Fellini
8 ½ (8 e ½) (1963)
Giulietta
de los espíritus (Giulietta degli spiriti) (1965)
Tre
passi nel delirio (1968) — episodio "Toby Dammit"
Block-notes
di un regista (1969) — TV
Noches
en la ciudad (Sweet Charity) de Bob Fosse (1969)
Satyricon
(Fellini Satyricon) (1969)
I
Clowns (1971) — TV
Roma
de Fellini (Roma) (1972)
Amarcord
(1973)
Il
Casanova di Federico Fellini (1976)
Prueba
de orquesta (Prova d'orchestra) (1978)
La
ciudad de las mujeres (La città delle donne) (1980)
Y
la nave va (E la nave va) (1983)
Ginger
y Fred (Ginger e Fred) (1986)
Entrevista
(Intervista) (1987) — TV
La
voz de la luna (La voce della luna) (1990)
Premios
y distinciones
Premios Óscar
1954 Mejor Película Internacional - La strada.
1957 Mejor Película Internacional - Las noches de
Cabiria
1963 Mejor Película Internacional - 8½
1975 Mejor Película Internacional - Amarcord
1995 Óscar honorífico- Premio a la Trayectoria
Profesional
Festival Internacional de Cine de
Cannes
1957 Mención especial - Las noches de Cabiria .
1960 Palma de Oro - La
Dolce Vita.
Federico
Fellini, otra orilla del Neorrealismo
Federico Fellini, con Valentina Cortese y Giulietta Masina en el Hotel Excelsio, Lido, Venice 1955.
En enero de 2020, año que pronto se despedirá, marcado por tantas cosas negativas generadas por el dichoso Coronavirus, se celebró el centenario
del nacimiento del director cinematográfico Federico Fellini (Rímini 1920-Roma
1993). Algunas miradas analíticas y críticas han simplificado la filmografía
felliniana en una suerte de hale-hop colorista y truculento, como si el
riminiano fuera un mago exclusivo de efectos especiales y de luces de colores.
Razones avaladas, sobre todo, por el valor de las películas rodadas tras el año
1968, año crepuscular que tanto ha marcado los significados en la cultura
occidental.
Trayectoria del Fellini prestidigitador y malabarista con obras tan problemáticas y discutibles como Tres pasos en el delirio (1968), Satyricon (1969), Los payasos (1970), Roma-Fellini (1972) y Casanova (1979). Con la salvedad rememorativa en esos años de plástico y de expresionismo Neo-Pop y un poco onirista, que supuso de hecho la inflexión de Amarcord en 1973, y que abriría por ello otras vías interpretativas de la etapa manierista del director, que había comenzado con la sobriedad del frío escueto y breve de los años cuarenta. Años de reconstrucción del imaginario de la Italia de la unión democrática, salida de la guerra y alejada de la solemnidad fascista de Mussolini. Tanto como el nuevo cine que se abría paso entre Ladrón de bicicletas y Roma cittá aperta, estaba alejado de toda la truculencia de las llamada comedias de los teléfonos blancos.
Piezas intrascendentes de un cine
tan engolado como alejado de la realidad y que sería volteado por la estética
del Neorrealismo, que pugna por reinventarse desde una elementalidad narrativa
con escasos medios técnicos y humanos. De aquí la inmediatez de los rodajes, el
amateurismo de los actores, la sobriedad de los guiones y el sentido de la
realidad inmediata. Y ese es el nudo central de todas las películas italianas
desde 1945 a 1965, donde se encuentran los nombres claves de Roberto Rosellini,
Vittorio de Sica, Alberto Lattuada, Federico Fellini, Michelangelo Antonioni,
Pietro Germi, Ettore Scola o Dino Rissi.
Y esos orígenes primarios en la
trayectoria de Fellini, sostenidos en un principio de forma visible,
reaparecerán en obras posteriores, como ocurriera en Amarcord que opera como
una suerte del Rosebud del Ciudadano Kane de Orson Welles. Y es que esa
película, filmada a los 53 años de edad, establece un nexo con la propia
memoria del director y, consecuentemente, con dos obras centrales en ese
proceso de rescate del pasado del grupo Neorrealista, como fueron I Vitelloni
(1953), y Otto e mezzo (1963), con guiones las dos de Ennio Flaiano. Obras a
las que podrían agregarse La strada (1954), Las noches de Cabiria (1958) y La
dolce vita (1960). Es decir, trabajos de captura del proceso formativo que en
Fellini pasó por el mundo de la historieta y de su admiración por Windsor Mckay
y la consiguiente tienda de caricaturas abierta en Roma en 1945 (The funny face
shop), hasta los primeros guiones tramados en la Roma liberada del final de la
Segunda guerra mundial, sin olvidar ciertas formas de fascinación de un
incipiente periodismo de los paparazzi de Vía Véneto que oteaban el nuevo
glamur de las estrellas de Cinecittá. Y ese recorrido autobiográfico es visible
en Otto e mezzo y las relaciones Mastroianni y Annita Ekberg.
Fellini, Bergman u Liv Ullman
Amarcord no es por ello, una pieza
trabada en las películas posteriores del desfiladero de los años sesenta y
setenta, sino un hito que acompaña a las otras dos citadas y realizadas, como
en la secuencia de una partitura musical, con un intervalo entre ellas de diez
años exactos: 1953, 1963 y 1973. Es decir, el creador mirándose a sí mismo a
los 33, a los 43 y a los 53 años, para cotejar como va pasando el tiempo y
nosotros con él. En lo que fue malamente entendido como otra extravagancia en
la elaboración de los recuerdos alterados, aunque ahora en Amarcord el color
sustituyera al blanco y negro de las dos obras precedentes, para componer un
preciso y precioso terceto de la memoria. Tendencia, por cierto, que se diluye
pese a todo, y pese a algunos amagos sueltos de obras finales como Y la nave va
(1983) y Ginger y Fred (1986).
Olvidando esas miradas del
centenario felliniano sus sólidos orígenes neorrealistas tanto como guionista
como director. Y así olvidan que en 1945 está colaborando con Roberto Rosellini
en el guion de Roma cittá aperta, cumbre señera de la estética representativa
del cine italiano nacido en la postguerra con el citado Rosellini, De Sica,
Lattuada y Cesare Zavatinni. Con Rosellini volverá a colaborar en los guiones
de la enorme Paisa (1946) y L`amore (1946). Sin olvidar que sus primeros
trabajos, como Luces de variedad, son fruto de colaboraciones con Lattuada en
1950, y más tarde con Antonioni y Ennio Flaiano en 1951 con El jeque blanco.
Ennio Flaiano, quien ha escrito los
mejores guiones del cine felliniano, junto al compositor Nino Rota (que se
repite en múltiples piezas de Fellini) componen otras dos realidades que
aclaran y subrayan la filmografía de Fellini, a través de la escritura y a
través de la música. Y ese carácter circular de las presencias de Federico
Fellini, de Ennio Flaiano (quien es autor de los guiones de las películas de
García Berlanga Calabuch y El verdugo) y de Nino Rota (que llega a ser
responsable de la banda musical de El Padrino con Ford Coppola), dan una visión
de grupo abierto en los movimientos del cine italiano de los años cincuenta y
sesenta.
Donde se cruzan las colaboraciones
de unos y de otros, en un magma de guionistas, directores, ayudantes,
fotógrafos, actores y actrices, dentro de ese movimiento colectivo que produjo
una innovación formal y estilística bajo las teclas del Neorrealismo. Que a fin
de cuentas compone el primer movimiento cinematográfico coral de la postguerra
iniciada en 1945 y que va a competir con la otra mirada que viene del otro lado
del Atlántico, desde los estudios de Hollywood. Mirada de la sequedad europea,
sin la cual serán ininteligibles posteriores movimientos que van desde La
Nouvelle Vague al Free Cinema, desde el Nuevo cine alemán a las
transformaciones de todo el cine del Este tras el primer deshielo soviético.
Luego, y a partir del año charnela
de 1968, las cosas del cine fueron de otra manera. Y de ello da cuenta el
segundo tramo de la misma obra de Federico Fellini recorrido por fantasmas
iluminados, por excesos de la tramoya y por niños perdidos en una lejana playa
de Rímini.
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