LA
ÓPERA. NACIMIENTO Y ANTECEDENTES
Como figura del Renacimiento, la ópera tuvo su cuna en Italia a finales
del siglo XVI. Una vez entrado el XVII se difundió por las principales ciudades
del país. Después fue exportada a otros países y en ellos encontró valiosos
imitadores.
A mediados del siglo XVI se había formado en Italia el “drama pastoral”,
figurando entre sus libretistas el poeta TASSO, autor de la famosa “Aminta”,
que se estrenó en Florencia el año 1590. En este mismo año inició los primeros ensayos
melodramáticos el gentilhombre romano EMILIO DE CAVALIERI, organizador de
festejos musicales en la Congregación del Oratorio, donde estrenaría en 1600 el
oratorio “Rappresentazioni di Anima e di Corpo”, impreso a la sazón.
Fue otro precursor HORACI VECHI. Establecido en Módena, había hecho
representar en 1594 “Antiparnaso o Espejo de la vida humana”, calificándolo
como “comedia armónica”, y al publicarlo tres años después se jactó de haber
sido el primer autor musical de poemas dramáticos.
La
escuela florentina
El hogar de GIOVANNI BARDI, conde Vernio, reunió en Florencia a un grupo
de humanistas. Interesada esa “camerata” florentina por la Música antigua,
pretendió resucitar la melodía griega para que sustituyese a la polifonía
imperante. Su actuación fue muy eficaz hasta 1592, año en que dicho prócer pasó
a Roma como maestro de cámara de Clemente VIII. EMILIO DE CAVALIERI estrenó
entre tanto en Florencia dos pastorales, en 1590, causando gran asombro. Y VICENTE
GALILEI (padre del gran astrónomo) se reunió en el hogar de BARDI con poetas y
músicos, poniendo particular empeño en afirmar el flamante estilo melódico –“estilo
representativo” según sus propias palabras- y en ofrecer una nueva forma de
espectáculo, que prepararía la creación de la ópera. Aquel Galilei puso en
música un fragmento de la “Divina Comedia” y unas lamentaciones de Jeremías,
cautivando al auditorio por tanta novedad.
En 1594 el compositor de la “camareta” florentina, JACOBO PERI, estreno
una especie de ópera bajo el título “Dafne”. Y en 1600, para festejar la
nupcias de María de Médicis con Enrique IV, se estrenó la ópera “Euridici”, con
música del mismo, y se imprimió esta obra entonces, llevando un prólogo donde
se expone que la correspondiente música imitaba la manera de cantar de los
antiguos griegos. Así quedó creada la ópera, y se afirmó un estilo que también
daba novedad a la mencionada “Rappresentazioni”, estrenada en Roma por
Cavalieri ese mismo año.
Aquel espectáculo costosísimo, rumboso y aristocrático, basaba la música
exclusivamente en la declamación, resultaba muy árido y monótono. Pero pronto,
por obra de MONTEVERDI, adquirirá acentos melódicos, con inclinaciones al
arioso.
Claudio Monteverdi
CLAUDIO MONTEVERDI (1567-1643) estuvo al servicio del duque de Mantua
desde 1590, y en 1667 estrenó en esa ciudad su ópera “Orfeo”, a la cual
siguieron “Ariadna” en 1608, y después otras muchas hasta “La coronación de
Popea”, estrenada un año antes de su muerte. También publicó libros de “Madrigales”
y de “Canciones”. Su producción religiosa sigue unas veces el estilo
palestriniano y otras veces cultiva el estilo concertante. Reservada primero a
la corte su producción teatral, se destina más tarde al público, cuando aquel
artista se establece en Venecia. Aquí se alza, en 1637, el primer teatro de
ópera con localidades de pago. Ahora hay que suprimir los coros y reducir las
suntuosas orquestas de los palacios, para que resulte menos gravoso a los
organizadores.
Entre tanto se establece una división más neta entre el “recitativo” y
el aria, en beneficio de la belleza musical.
La ópera en Roma
Pronto se cultivó la ópera en Roma, pues en 1606 AGAZZARI estrena un “Eumelio”
en estilo pastoral. Esporádicamente se cantan algunas óperas, y en 1634
introduce la ópera con vidas y obras de santos el compositor STEFFANO LANDI”, con
libreto de JULIO ROSPIGLIOSO, futuro nuncio de Su Santidad en Madrid y más
tarde Papa, con el nombre de Clemente IX. Esa representación se efectuó, bajo
los auspicios del cardenal Barberini, en el palacio de estos próceres, que
había sido construido por uno de ellos, el futuro pontífice Urbano VIII. En el
mismo local se estrenó cinco años más tarde la primera comedia musical, con letra
de ROSPIGLIOSO y música de VIRGILIO MAZZOCCHI y MARCOS MARAZZOLI. El compositor
MIGUEL ÁNGEL ROSSI, protegido por los Barberini, inició el “aria a da capo”
(dividida en tres partes), innovación que tendrá esplendoroso porvenir.
La ópera en Venecia
Por ser la ópera un gustadísimo espectáculo público, los venecianos
vieron alzarse hata una docena larga de coliseos. Allí desplegó MONTEVERDI una
concentrada actividad durante varios lustros. Tras él continúan la trayectoria
dos maestros notables, a saber:
FRANCISCO CAVALLI (1618-1669) fue organista y después maestro de capilla
de la catedral veneciana de San Marcos. Estrenó su primera ópera en 1639.
Mazarino le encargó otra más para su representación en París. Esa producción de
1939 fue la primera que se denominó “ópera escénica”, más tarde se suprimiría
el adjetivo “escénica” y se denominarían “óperas” simplemente aquellas
producciones teatrales. A CAVALLI se le denominó el “Tintoretto de la Música”.
ANTONIO CESTI (1623-1669) era un aretino que viajó mucho antes de
instalarse en Venecia, donde estrenó numerosas óperas y reunió en una síntesis
todos los elementos del arte lírico y dramático diseminados por su país. Su
ópera de gran espectáculo, “Il pomo d’oro”, se presentó en Viena, en 1667, para
festejar las nupcias de Leopoldo I con la infanta Margarita de España.
Pietro Antonio Cesti: Orontea (Concerto Vocale)
Otro ilustre representante de la ópera veneciana fue el bergamesco JUAN
LEGRENZI (1626-1690), autor asimismo de música religiosa.
No tarda Módena en cultivar la ópera, siendo también dos sus principales
representantes. ALEJANDRO STRADELL (1645-1681), supuesto autor del aria
religiosa “Pietá, Signore”, había nacido en Nápoles, llevó una vida aventurera
y murió asesinado. Dejó notables óperas. También las dejó JUAN BONONCINI (1670-?),
cuya pasajera fama en Londres esfumó temporalmente la gloria de Haendel.
Abandona la ópera seria los asuntos mitológicos por los históricos, multiplica los episodios y persigue más vivamente los efectismos teatrales. Por influencia del barroquismo aumenta el número de sus actos, se prodigan las mutaciones y se multiplican las escenas. El virtuosismo del canto se impone a costa de la belleza musical.
La ópera en Alemania y Austria
Al
suelo germano acuden compositores e intérpretes de ópera italianos, causando
verdadera sensación. CESTI se impuso en Viena; CAVALLI se impuso en Munich,
JUAN ANDRÉS BONTEMPI en Dresde y AGUSTÍN STEFFANI en Hannover. A su vez los autores
alemanes imitan el estilo y las formas imperante en suelo italiano. El más
notable, ENRIQUE SCHÜTZ, compuso la ópera “Dafne”, utilizando el conocido texto
de RINUCCINI, para cantarla en 1627 con motivo de unas nupcias principescas.
Hamburgo vio alzarse una ópera para que se cantasen producciones
nacionales con texto alemán. Comenzó a funcionar en 1678; conó con dos
prestigiosos compositores: REINHARD J.S. KUSSER y RENHARD KEISER, y se cerró
definitivamente en 1738.
Viena acogió tempranamente la ópera italiana, entre los compositores de
más renombre figuró allí, además del mencionado CESTI, el fecundo ANTONIO
DRAGHI, que escribió muchísimas óperas para el teatro imperial. El modo vienés
fue imitado en algunas ciudades alemanas, entre ellas Munich, donde sobresalió
JUAN GASPAR KERLL, que también se distinguió como organista.
La ópera en Francia
En Francia la ópera fue un producto de importación, a lo que
contribuiría no poco el cardenal Mazzarino. Allí es un precursor ROBERTO
CAMBERT, que colaboró con el libretista PIERRE PERRINI.
En 1639 se estrenó en Issy una “Pastoral” en cinco actos. CAMBERT se
propuso crear una Academia de Poesía y Música para representar óperas y obtuvo
el privilegio real por doce años.
Poco después, muy astutamente, recaba para sí aquel privilegio JUAN
BAUTISTA LULLI. Siendo este ambicioso florentino muy joven, entró al servicio
de la corte francesa. Por sus grandes aptitudes para la música y el baile
brilló como compositor y danzarín predilecto de la corte, con el cargo de
superintendente de la Música. Asociado al libretista QUINAULT produjo numerosas
óperas, adaptando el gusto francés las ideas de PERI y CACCINI; concedió
relieve a la participación instrumental y creó la “obertura francesa”. Sus
obras se mantuvieron en la escena medio siglo muy largo, sin que lograran
hacerle sombra las de sus inmediatos sucesores.
La ópera en Inglaterra
Pronto llego a Inglaterra la ópera continental. En 1656 se abre un
teatro para cultivarla, mas, por falta de originalidad, el espíritu de
imitación prevalece en esos precursores. Tras ellos brilla una personalidad
insigne: ENRIQUE PURCELL, organista compositor de música religiosa, de “masques”
y de comedias con música, entre ellas las tituladas “Don Juan” y “El fraile
español”. En su vastísimo caudal resalta una producción, escrita entre 1688 1
1690, bajo el título “Dido y Eneas”; ella mereció ser calificada como ópera. No
la estrenó en un teatro público, sino en un colegio femenino de Londres, y esa
producción realza el mérito de la música inglesa.
Retrato de Henry Purcell por John Closterman. Galería Nacional del Retrato, Londres.
Purcell murió el 21 de noviembre de 1695 a la edad de 36 años, en la cumbre de su fama. Poco después, su esposa recopiló varias de sus obras, las cuales se publicaron en dos famosos volúmenes: Orpheus Britannicus I (1698) y II (1702).
Fue enterrado en la abadía de Westminster, debajo del clavicémbalo que tanto tiempo tocó. Su epitafio dice: «Aquí yace el honorable Henry Purcell, quien dejó esta vida y ha ido a ese único lugar bendito donde su armonía puede ser superada».
Información personal
Nombre en inglés: Henry Purcell
Nacimiento: 10 de septiembre de 1659 en Westminster (Mancomunidad de Inglaterra)
Fallecimiento: 21 de noviembre de 1695 (36 años) en Westminster (Reino de Inglaterra)
Causa de la muerte: Tuberculosis
Sepultura: Abadía de Westminster
Educado en Westminster School. Alumno de John Blow
Información profesional
Ocupación: Compositor, organista, musicólogo, teórico de la música, músico y autor. Años activo desde 1679
Movimiento: Barroco - Géneros: Ópera, himno y oda - Instrumento: Órgano y clavecín
Obras notables: Dido y Eneas/ Rey Arturo/ La reina de las hadas
Dido & Aeneas - the complete opera
La ópera en España
Cuando aún no llevaba treinta años de vida la ópera italiana, se estrenó
en Madrid, como espectáculo cortesano, la primera ópera española, con letra de
LOPE DE VEGA, que se imprimió a la sazón, y con música, hoy perdida, de un
autor desconocido. Se titulaba “La selva sin amor”, y se oyó en 1629. Era una “égloga”
que, según el propio LOPE, “se representó cantada a sus Majestades y Altezas,
cosa nueva en España”, añadiendo el vate: “Lo menos que hubo en ella fueron mis
versos”.
Transcurridos bastantes años es nuncio de la Santa Sede ante la corte
española JULIO ROSPIGLIOSO. Se relacionó en Madrid con CALDERÓN DE LA BARCA, a
quien haría conocer los primores de la ópera italiana, y Calderón escribe los
libretos de dos óperas, estrenadas en el Coliseo del Buen Retiro, bajo el
patrocinio real, el año 1660. La primera se titulaba “La púrpura de la rosa”.
Según la correspondencia loa, esa novísima producción habría de ser “toda música que intenta introducir este
estilo, porque otras naciones vean competidos sus primores”.
La Púrpura de la Rosa - Tomás de Torrejón y Velasco - Syntagma Musicum Usach - 1999
Su música, hoy perdida, tendría por autor al arpista JUAN HIDALGO, que
lo fue también de la ópera “Celos aún del aire matan”, con letra del mismo
CALDERÓN, cuyo primer acto, descubierto por SUBIRÁ, se publicó en 1934. La obra
se denomina “Fiesta cantada” y no ópera, porque este neologismo italiano tardó
mucho en cristalizar. La música de HIDALGO, tanto en sus breves arias como en
sus recitados, anota rasgos netamente “hispánicos”, ¡ni falta que me importa!,
no sé si lo pillan…
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