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El martillo sin dueño: La danza de Orfeo |
EL
MARTILLO Y LA DANZA
Hace unos días, mi buen amigo Cristóbal me envió por una red social un
extenso artículo que voy a exponer ahora, me advertía que era de lo mejor que
había leído desde que se desató la pandemia del COVID-19.
Vaya si me ha gustado, gracias Cristóbal. Es cierto que es minucioso,
largo y concienzudo, hay que descansar alguna vez durante su lectura para no
dañar la vista, pero me ha merecido muy mucho la pena.
He quitado a propósito las gráficas que contiene el artículo de Tomás
Pueyo, son muy ilustrativas y están magníficamente hechas, doy fe de ello, pero
habrían alargado aún más la extensión de esta entrada. También he hecho algunas
modificaciones en el texto, para hacerlo más didáctico y accesible a los
lectores de este blog, en su mayoría poco habituados al lenguaje científico, pero he respetado el contenido al máximo.
Al estar publicado el artículo hace unos días, los datos que aporta se
pueden haber quedado algo desfasados, desgraciadamente, porque el desarrollo de
la crisis está siendo peor que los peores augurios de hace semanas. El castigo
sobre la población, a todos los niveles está siendo muy fuerte, especialmente
para los fallecidos, es obvio, pero también para sus familiares y amigos. Los
profesionales de la salud están dando excepcionalmente la talla, así como otras
personas que mantienen el sistema, para abastecer los supermercados, para
vender en estos los productos, para construir hospitales de emergencia y
dotarlos de todo lo necesario. Hay muchas más personas que están aportando
mucho, pero mi homenaje, como ya hice en mi anterior entrada, debe ser también
para los papás y mamás que desde el confinamiento están dando ejemplos de
solidaridad a través del teléfono y redes sociales, y se están ocupando de los
niños, que, al no acudir diariamente al colegio desde el inicio del estado de
alarma, necesitan, como personitas dependientes, de todos los cuidados y mimos,
¿y cómo están respondiendo todos, más pequeños y más grandes? MARAVILLOSAMENTE.
Quiero felicitar especialmente al autor del artículo, Tomás Pueyo y sus
colaboradores, así como a Tito Hubert y Patricia del Llano como traductores.
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No es el martillo quién deja perfectos los guijarros, sino la danza del agua |
Coronavirus:
El Martillo y la Danza

Cómo
serán los próximos 18 meses si nuestros líderes ganan tiempo
Tito
Hubert
Martes, 22 DE MARZO DE 2020
Traducción al español de Tito Hubert y Patricia de Llano
del artículo original, Coronavirus:
The Hammer and The Dance, de Tomás Pueyo.
Este artículo es la continuación de Coronavirus:
Por qué Debemos Actuar Ya, traducido a 30 idiomas. Describe la urgencia del
problema del Coronavirus. A continuación, se incluyen traducciones a otras
lenguas (incluyendo la versión original en inglés). Articulo avalado por
docenas de expertos.
Resumen del artículo: Necesitamos medidas
duras e inmediatas para atacar el Coronavirus. Sólo hará falta aplicarlas
durante unas pocas semanas. No habrá un pico de infecciones más tarde. Si no
adoptamos estas medidas, habrá millones de infectados, muchos necesitarán
cuidados intensivos y muchos morirán porque el sistema de salud habrá
colapsado. Estas medidas se pueden implementar a un costo razonable para la
sociedad.

En una semana, los países de todo el mundo han pasado de: “El coronavirus no es para preocuparse” a
declarar el estado de emergencia. Sin embargo, muchos aún no están haciendo
mucho. ¿Por qué?
Cada país se hace la misma pregunta: ¿Cómo debemos responder? La
respuesta no es evidente. Algunos países, como Francia, España o Filipinas han
ordenado el cierre total. Otros, como Estados Unidos, el Reino Unido, Suiza o
los Países Bajos se muestran reacios a adoptar medidas.
Estos son los puntos que abordaremos en el día de hoy, nuevamente con
muchos gráficos, datos y modelos con múltiples fuentes:
¿Cuál es la situación actual?
¿Qué opciones tenemos?
Lo único que importa ahora: el tiempo
¿Cuál es una buena estrategia contra
el coronavirus?
¿Cómo plantear el impacto económico y
social?
Cuando terminen de leer el artículo,
esto es lo que les quedará:
Nuestros sistemas de salud ya están
colapsando.
Los países tienen dos opciones:
luchar o sufrir una epidemia masiva.
-
Si
eligen el camino de la epidemia, habrá miles de muertes. En algunos países,
millones. Y eso probablemente no elimine nuevas olas de infecciones.
-
Si
luchamos ahora, frenaremos las muertes. Aliviaremos nuestro sistema de salud. Nos
prepararemos mejor. Aprenderemos.
El mundo nunca ha aprendido tan rápido sobre algo, nunca. Lo
necesitamos, porque sabemos muy poco sobre este virus. Todo esto logrará algo
crítico: Ganar tiempo. Si elegimos luchar, la lucha será repentina y luego
gradual. Estaremos encerrados durante semanas, no meses. Después, recuperaremos
más y más libertades.
Puede que no volvamos a la normalidad inmediatamente. Pero lo haremos gradualmente,
y eventualmente volveremos a la normalidad. Y podemos hacer todo sin olvidarnos
del resto de la economía. A por ello.
1.
¿Cuál es la situación?
La
semana pasada, mostré esta curva:
Este gráfico mostró casos de
coronavirus en todo el mundo fuera de China. Sólo se podía discernir tres
países: Italia, Irán y Corea del Sur. Por ello, hice foco en el extremo
inferior derecho para ver países emergentes. Mi punto es que estos países se iban
a sumar a estos 3 países originales rápidamente.
Veamos lo que ocurrió desde entonces.
En efecto: el número de casos ha explotado en docenas de países. Aquí
tuve que incluir sólo países con más de 1.000 casos, dada la explosión de casos
en el mundo entero. Algunos puntos relevantes:
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España, Alemania, Francia y los EE.UU. tienen más casos que Italia
cuando ordenó su cierre.
Otros 16 países tienen hoy más casos que Hubei cuando se cerró: Japón,
Malasia, Canadá, Portugal, Australia, Chequia, Brasil y Qatar tienen más que Hubei,
pero menos de 1.000 casos. Suiza, Suecia, Noruega, Austria, Bélgica, Países
Bajos y Dinamarca tienen más de 1.000 casos.
¿Notan algo raro en esta lista de países? Fuera de China e Irán, que han
sufrido brotes masivos e innegables, y Brasil y Malasia, todos los países de
esta lista están entre los más ricos del mundo.
¿Creen que este virus se dirige a los países ricos? ¿O los países ricos
son más capaces de identificar el virus?
Es poco probable que los países más pobres no se vean afectados. El
clima cálido y húmedo probablemente ayude, pero no impide un brote en sí mismo;
de lo contrario, Singapur, Malasia o Brasil no estarían teniendo brotes. Las
interpretaciones más probables es que el coronavirus tardó más tiempo en llegar
a estos países porque están menos conectados, o que el coronavirus ya está allí,
pero estos países no han podido invertir lo suficiente en pruebas para saberlo.
De cualquier manera, si esto es cierto, significa que la mayoría de los
países no escapará al coronavirus. Es cuestión de tiempo antes de que todos
vean brotes y necesiten tomar medidas.
¿Qué medidas pueden adoptar los
diferentes países?
2.
¿Qué opciones tenemos?
Desde la publicación del
artículo de la semana pasada, la situación ha cambiado y muchos países han
adoptado medidas. Incluyo alguno de los ejemplos más ilustrativos:
Medidas
adoptadas en España y Francia
En un extremo tenemos a España y Francia. Esta es la rápida evolución en
el tiempo de las medidas adoptadas en España:
- El
jueves 12/3, el Presidente rechazó las insinuaciones de que habían subestimado
la amenaza a la salud.
- El
viernes, se declaró el Estado de Alarma.
- El
sábado, se tomaron las siguientes medidas:
Sólo se puede salir de casa por
necesidades básicas o fuerza mayor: comprar alimentos, ir a trabajar, a
farmacias, a hospitales, bancos o compañías de seguro.
Se prohíbe sacar a los niños a pasear
o las reuniones con amigos o familiares (salvo para cuidar a personas que lo necesiten,
pero con medidas de higiene y distanciamiento físico)
Se
cierran todos los bares y restaurantes. Sólo se permite comprar comida para
llevar a casa.
Se
suspenden todos los eventos deportivos y las celebraciones municipales, se
cierran los cines, teatros y los museos.
Las bodas se efectúan sin invitados.
Se permite una cantidad limitada de personas en funerales.
- El
lunes se cerraron las fronteras, aunque el transporte público sigue funcionando
Para algunos, ésta es una gran
lista de medidas. Para otros, es una situación desesperada. Trataremos de
conciliar estas diferencias con este artículo.
La cronología de medidas en Francia es básicamente idéntica,
excepto que tardaron más tiempo en aplicarlas, y ahora son más agresivas. Por
ejemplo, se pospuso el pago de alquileres, impuestos y tarifas de servicios
públicos a pequeñas empresas.
Medidas
adoptadas en los Estados Unidos y el Reino Unido
EE.UU. y el Reino Unido, al igual que países como Suiza o los Países
Bajos, se mostraron reticentes a aplicar medidas.
Esta
es la cronología de eventos en los Estados Unidos:
-
Miércoles 11/3: prohibición de vuelos
internacionales.
-
Viernes
13/3: Se declara la Emergencia Nacional. No se adoptaron medidas de
distanciamiento social.
-
Lunes
16/3: el gobierno invita a la población a evitar los restaurantes y los bares y
a no asistir a eventos con más de 10 personas. Se sugiere, pero no se impone,
el distanciamiento social.
Muchos de los estados y ciudades están
tomando la iniciativa e imponiendo medidas más estrictas.
El
Reino Unido ha impuesto medidas similares: muchas medidas recomendadas
pero muy pocas impuestas.
Estos dos grupos de países reflejan las tres opciones que se tienen
contra el coronavirus: no hacer nada, mitigación y supresión. Veamos qué
significan.
Opción
1: No hacer nada
Usemos a los Estados Unidos como ejemplo:
Esta fantástica calculadora epidemiológica ayuda a entender qué sucederá
en diferentes escenarios. Debajo del gráfico se encuentran factores clave que
determinan el comportamiento del virus. Nótese el pico de los infectados en
decenas de millones a una determinada fecha. La mayoría de las variables han
sido mantenidas al valor por defecto, a excepción de R, de 2.2 a 2.4
(correspondiendo mejor a la información disponible ahora. Ver al pie de la
calculadora epidemiológica), “Fatality Rate” — Tasa de letalidad (4% debido al
colapso de sistema de salud). Ver detalles debajo o en el artículo anterior,
duración de ingresos (de 20 baja a 10 días) y tasa de hospitalización (baja de
20% a 14% basado en casos severos y críticos. Nótese que el WHO hace referencia
a una tasa del 20%) basado en nuestro más reciente relevo de investigación.
Nótese que estos números no cambian considerablemente. Lo único relevante es la
“Fatality Rate” (Tasa de Letalidad).
Si no hacemos nada: muchos se infectan, el sistema de salud colapsa,
explota la tasa de letalidad (porcentaje de casos que acaban en muerte), y
mueren ~10 millones de personas (barras azules). Para confirmar que el número
es razonable, hagamos un pequeño cálculo: si ~75% de los estadounidenses se
infectan y muere el 4%, eso resulta en 10 millones de muertos o sea
aproximadamente 25 veces la cantidad de estadounidenses muertos en la Segunda
Guerra Mundial.
Podrían preguntarse: “Esto suena
exagerado. ¡He oído que son muchos menos!”
Con todas estas cifras es fácil confundirse. Pero hay sólo dos cifras
que importan: qué porcentaje de personas se infectará con el virus, y qué
porcentaje de ellos morirá. Si sólo el 25% se enferma (debido a que los que
tienen el virus, pero son asintomáticos no se computan como casos), y la tasa
de letalidad es del 0,6% en lugar del 4%, al final habrá 500.000 muertes en
Estados Unidos. El número real probablemente se encuentre en este rango. Este
rango es enorme, y depende principalmente de la tasa de letalidad, así que es
crítica entenderla mejor. ¿Qué es realmente lo que causa las muertes por
coronavirus?
¿Cómo debemos pensar en la tasa de
letalidad?
Analicemos el gráfico precedente, pero observando ahora la cantidad de
personas hospitalizadas en lugar de las infectadas y muertas:
La zona en azul claro es la cantidad de personas que podrían necesitar
asistir a un hospital y la azul más oscura representa a aquellas personas que
necesitan ingresar en la unidad de cuidados intensivos. Pueden ver que la cifra
aumentaría a más de 3 millones.
Ahora comparen eso con la cantidad de camas de cuidados intensivos que
hay en Estados Unidos (50.000 en la actualidad, podríamos duplicar esa cifra si
se reutilizan otros espacios). Esa es la línea punteada en rojo.
No, no es un error.
Esa línea punteada en rojo es la capacidad de camas de terapia intensiva
en Estados Unidos. Todos aquellos por encima de dicha línea entrarán en estado crítico,
pero no podrán tener acceso a la atención que necesitan. La gran mayoría
morirá.
En lugar de considerar las camas de cuidados intensivos, también se
pueden considerar los respiradores, pero el resultado es prácticamente el
mismo, ya que hay menos de 100.000 en Estados Unidos.
Por eso murieron muchas personas en Hubei y ahora está sucediendo lo
mismo en Italia e Irán. La tasa de letalidad de Hubei terminó mejor que lo que
podría haber sido porque se construyeron 2 hospitales casi de un día para otro.
Italia e Irán no pueden hacer lo mismo; pocos países pueden hacer algo así.
Veremos qué termina sucediendo allí.
Entonces, ¿por qué la tasa de
letalidad está cerca del 4%?
Si el 5% de sus casos requieren cuidado intensivo y no lo pueden obtener,
muere la mayoría de esa gente. Así de simple.
Asimismo, según información reciente, los casos estadounidenses son más
graves que los de China.
Ojalá esto fuera todo, pero no lo es.
Daño
colateral
Estas cifras sólo se centran en muertes directas del coronavirus. Pero
¿qué sucede si todo el sistema de salud colapsa por los pacientes con
coronavirus? Otros también mueren de otras enfermedades.
Si usted sufre un ataque cardíaco pero la ambulancia tarda 50 minutos en
llegar en lugar de 8 (demasiados casos de coronavirus) y, una vez que llega al
hospital, no hay unidad de cuidados intensivos y ningún médico disponible, ¿qué
pasa? Se muere.
Hay 4 millones de personas internadas en cuidados intensivos en Estados
Unidos cada año, y 500 mil (~13%) de ellas mueren. Sin cuidados intensivos, ese
porcentaje podría estar más cerca del 80%. Aunque sólo llegara al 50%, a lo
largo de un año se pasaría de 500 mil muertes a 2 millones. 1,5 millones de
muertes, como daño colateral.
Si se permite la propagación del coronavirus, el sistema de salud
estadounidense colapsará y las muertes rondarán los millones, posiblemente más
de 10 millones.
Lo mismo sucede en la mayoría de los
países. Las ratios de camas de cuidados intensivos, respiradores y personal
sanitario suelen ser similares a los de Estados Unidos, o menor en la mayoría
de los países.
Un
coronavirus sin control significa el colapso del sistema de salud y eso
significa muertes masivas.
En
este punto espero que quede claro que conviene que actuemos. Las
dos opciones
que tenemos son mitigación y supresión.
Opción
2: Estrategia de mitigación
El caso de mitigación es el siguiente: “Es imposible prevenir el
coronavirus. Dejemos que siga su curso mientras intentamos reducir el pico de
infecciones. Aplastemos la curva para que sea más manejable para el sistema de
salud.”
Este gráfico aparece en un estudio muy importante publicado el 14/3 por
el Imperial College London. Aparentemente, impulsó a los gobiernos del Reino
Unido y de Estados Unidos a cambiar el rumbo.
Es un gráfico muy similar al anterior. No el mismo, pero conceptualmente
equivalente. En éste, la situación de “No hacer nada” es la curva negra. Cada
una de las otras curvas indica lo que sucedería si implementáramos medidas de
distanciamiento social cada vez más duras. La azul indica las medidas de
distanciamiento social más duras: el aislamiento de las personas infectadas, la
cuarentena de personas que podrían estar infectadas y el aislamiento de las
personas mayores. Esta línea azul es en términos generales la estrategia actual
del Reino Unido frente al coronavirus, aunque por el momento ni siquiera
imponen, sólo sugieren.
Aquí, nuevamente, la línea roja es la capacidad en términos de cuidados
intensivos, esta vez en el Reino Unido. Nuevamente esa línea está muy cerca del
extremo inferior. Toda esa área de la curva por encima de la línea roja
representa a los pacientes con coronavirus que, sin los cuidados intensivos que
necesitarían, probablemente morirían.
No sólo eso, al aplastar la curva, los cuidados intensivos se colapsarían
durante meses, aumentando el daño colateral.
Deberían estar estupefactos. Si oyen a algún experto decir: “Vamos a
tomar algunas medidas de mitigación”, lo que realmente está diciendo es:
“Sabemos fehacientemente que el sistema de salud se colapsará y explotará la
tasa de letalidad en un factor de 10 veces como mínimo.”
Ojalá esto fuera todo. Pero aún falta algo. Porque una de las
presunciones clave de esta estrategia es lo que denominamos “Inmunidad de
Grupo”.
Inmunidad de Grupo y mutación del
virus
La idea es que todas las personas infectadas que luego se recuperan ya
son inmunes al virus. Esto es el centro de esta estrategia: “Sé que será duro
por algún tiempo, pero una vez que pase y hayan muerto algunos millones de
personas, el resto de nosotros seremos inmunes, el coronavirus dejará de
propagarse, y le diremos adiós. Mejor hacerlo de una vez y terminar con él
porque nuestra alternativa es hacer distanciamiento social durante por lo menos
un año, y aun así no evitaremos el pico de contagios que venga más tarde”.
Excepto que esto asume una cosa: el virus no cambia demasiado. Si no
cambia mucho, entonces muchas personas obtendrán inmunidad y en algún punto la
epidemia desaparece.
¿Qué probabilidades existen de que
este virus mute?
Parece que ya está mutando.
Este gráfico representa las diferentes mutaciones del virus. En la
gráfica de la izquierda, cada vez que hay una nueva rama, es una nueva
mutación.
No debería sorprendernos: los virus basados en el ARN como el
coronavirus o la gripe tienden a mutar aproximadamente 100 veces más rápido que
los basados en el ADN — aunque el coronavirus muta más lentamente que los virus
de la gripe.
No sólo eso: la mejor forma de mutar que tiene este virus es tener
millones de oportunidades para hacerlo, que es exactamente lo que brindaría una
estrategia de mitigación: millones de personas infectadas.
Por eso es importante vacunarse contra la gripe todos los años. Como
existen muchas cepas del virus de la gripe, y otras nuevas que siempre
evolucionan, es imposible que la vacuna contra la gripe pueda protegernos
contra todas las cepas.
Dicho de otro modo: la estrategia de mitigación no sólo asume millones
de muertes en países como Estados Unidos o el Reino Unido. También apuesta a
que el virus no mutará demasiado — pese a que sabemos que sucede. Y le dará la
oportunidad de mutar aún más. O sea que una vez que se hayan muerto varios
millones de personas más, podríamos estar listos para otros millones de muertes
— cada año. Este coronavirus podría convertirse en un hecho recurrente de la
vida, como la gripe, pero muchísimo más mortal.
Entonces si las opciones de no hacer nada y o mitigación no son
efectivas, ¿cuál es la alternativa? La estrategia de Supresión.
Opción
3: Estrategia de Supresión
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hace 7 horas
|
La estrategia de mitigación no trata de contener la epidemia, sino de
aplanar levemente la curva. Mientras tanto, la estrategia de supresión trata de
aplicar medidas duras para controlar rápidamente la epidemia. Específicamente:
- Aplicar
medidas duras ahora mismo. Ordenar un duro distanciamiento social. Poner esta
situación bajo control.
- Eventualmente,
relajar las medidas, de forma que la gente pueda recuperar gradualmente sus
libertades y pueda reanudar algo parecido a una vida social y económica normal.
¿Cuál sería el resultado?
Bajo una estrategia de supresión, después de que pase la primera ola, el
número de víctimas mortales pasa a ser de miles, no de millones. Note que el
eje vertical aquí tiene un máximo de 40.000, no de 25.000.000.
¿Por qué? Porque no sólo cortamos el crecimiento exponencial de casos,
sino que también reducimos la tasa de letalidad ya que el sistema de salud no
está totalmente colapsado. Aquí he utilizado una tasa de letalidad del 0,9% que
es aproximadamente lo que vemos hoy en Corea del Sur, en donde la estrategia de
supresión ha demostrado gran eficacia.
Dicho de esta forma, parece muy fácil. Todos deberían seguir una
estrategia de supresión.
Pero, entonces, ¿por qué algunos
gobiernos no se deciden a aplicarla?
Porque temen tres cosas:
- Este
primer cierre durará meses, lo que resulta inaceptable para mucha gente.
- Un
cierre de varios meses destruiría la economía.
- Esto
no resolvería el problema porque sólo estaríamos posponiendo la epidemia: una
vez que se liberen las medidas de distanciamiento social, millones de personas
se seguirán infectando y morirán.
Así es como el equipo del Imperial College modeló la estrategia de
supresión. Las líneas verdes y amarillas son diferentes escenarios de
supresión. Esto no se ve bien. Vemos que todavía hay picos enormes. ¿Por qué
preocuparnos pues?
Enseguida responderemos a estas
preguntas, pero antes hay algo más importante. Estamos perdiendo de vista lo
más importante.
Presentado de este modo, las dos
opciones de Mitigación y Supresión, vistas en comparación, no se ven muy
atractivas. O dejamos que muera una gran cantidad de personas pronto pero no
dañamos la economía ahora, o dañamos la economía ahora y las muertes siguen
llegando, pero más tarde.
Nos
hemos olvidado del valor del tiempo.
3. El valor del tiempo
En nuestro artículo anterior, explicamos el valor del tiempo para salvar
vidas. Cada día, cada hora que esperamos para tomar medidas, esta amenaza
continúa propagándose exponencialmente. Hemos visto como un solo día puede
reducir el número total de casos en un 40% y aún más la cantidad de muertes.
Pero el tiempo tiene aún más valor
que eso.
Estamos a punto de vivir la mayor presión sobre el sistema de salud
jamás vista en la historia. Estamos completamente desprevenidos, enfrentándonos
a un enemigo que desconocemos. No es buena posición para una guerra.
Si estuvieras a punto de enfrentarte a tu peor enemigo, del que sabes
muy poco, y tuvieras dos opciones: correr hacia él, o escapar para ganar un
poco de tiempo y prepararte, ¿cuál elegirías?
Esto es lo que necesitamos hacer hoy. El mundo ha despertado. Cada día
que retrasamos el coronavirus podemos prepararnos mejor. En las siguientes
secciones se detalla lo que se podría lograr con ese tiempo.
Reducir el número de
casos
Con una supresión efectiva, la cantidad de casos reales se reduciría
drásticamente de la noche a la mañana, como vimos en Hubei la semana pasada.
A día de hoy, existen cero nuevos casos diarios de coronavirus en toda
la superpoblada región de Hubei, que tiene 60 millones de habitantes.
Los diagnósticos irían creciendo por un par de semanas, pero después
comenzarían a disminuir. Con menos casos, la tasa de letalidad también comienza
a descender. Y el daño colateral también se reduce: habría menos muertes por
causas ajenas al coronavirus que no podrían ser atendidas simplemente porque el
sistema de salud está colapsado.
Gracias
a la estrategia de supresión:
-
Se
reducirían los casos de coronavirus
- Se
produciría un alivio inmediato del sistema de salud y a los trabajadores
sanitarios
-
Se
reduciría la tasa de letalidad
-
Se
reduciría el daño colateral
-
Los
trabajadores de la salud infectados, aislados y en cuarentena se recuperarán y
podrían volver a trabajar. En Italia, 8% del total de contagios.
Entender
el verdadero problema: Diagnóstico y Seguimiento
En este momento, la mayoría de países no tiene idea de cuántos casos
reales tienen. Sólo sabemos que las cifras oficiales no son correctas y la única
cifra cierta ronda las decenas de miles de casos en países como España,
Francia, Reino Unido o Estados Unidos. No están haciendo suficientes test, ni
suficiente seguimiento de casos para poner en cuarentena a toda la gente que
pueda estar infectada.
Con unas semanas más, podríamos hacer muchos más test y conocer el
verdadero alcance del problema. Eso nos ayudaría a decidir si necesitamos
medidas más o menos agresivas, como qué comunidades están seguras y pueden
volver a la normalidad.
Nuevos métodos de pruebas
podrían acelerar los diagnósticos y reducir los costes considerablemente.
Podríamos implementar una
operación de seguimiento como las que se realizan en China o en otros países
del este asiático, en la que identifican a todas las personas con las que tuvo
contacto cada enfermo, y las ponen en cuarentena, reduciendo el contagio. Esto
nos proporcionaría mucha información para gestionar las medidas de
distanciamiento social: si sabemos dónde está el virus, podemos centrarnos en
esas zonas solamente. No es complicado: es la base de cómo los países del este
asiático han sido capaces de controlar este brote sin drásticas medidas de
distanciamiento social que se están convirtiendo en imprescindibles en otros
países.
Las medidas de esta sección (pruebas y seguimiento) por sí solas
lograron detener el crecimiento del coronavirus en Corea del Sur y sirvieron
para contener la epidemia, sin que fuera necesario imponer un distanciamiento
social más duro. Son las mismas en las que se han basado países como Japón,
Singapur o Taiwán para evitar epidemias.
Aumentar
la capacidad
Muchos
países están a punto de ir a la guerra sin armadura.
En los EEUU, hay mascarillas para sólo dos semanas, pocos equipos de
protección individual (“EPI”), no tienen suficientes respiradores, ni camas de
cuidados intensivos, ni suficientes ECMO (máquinas de oxigenación de sangre) …
Por este motivo la tasa de letalidad sería tan elevada en una estrategia de
mitigación. Esta situación es aún peor en otros países.
Pero si ganamos un poco de tiempo,
podemos revertir esta situación:
-
Tendremos más tiempo para adquirir
los equipos que necesitaremos par un potencial nuevo brote.
- Podremos incrementar rápidamente la
capacidad de producción de mascarillas, EPIs, respiradores, ECMOs, y otros dispositivos
clave para reducir la tasa de letalidad.
Dicho de otro modo: no necesitamos años para montar nuestras defensas,
necesitamos semanas. Hagamos todo lo posible para poner en marcha nuestra
producción ahora. Los países están movilizados. La gente está siendo creativa;
por ejemplo, usando impresoras 3D para hacer piezas de respiradores. Podemos
hacerlo. Sólo necesitamos más tiempo. ¿Acaso no esperaríamos unas pocas semanas
para tener las defensas adecuadas antes de enfrentarnos a un enemigo mortal?
Pero estas no son las únicas necesidades. También necesitaremos más
personal sanitario cuanto antes. ¿Dónde los conseguiremos? Necesitamos
capacitar a personas para que ayuden a las enfermeras, y necesitamos reincorporar
a los trabajadores médicos que están jubilados. Muchos países ya han comenzado
a hacerlo, pero esto lleva tiempo. Podemos hacerlo en pocas semanas, pero no si
todo colapsa antes.
Menor
contagio público
La gente está asustada. El coronavirus es nuevo. ¡Hay tantas cosas que
todavía no sabemos hacer! La gente aún no se ha acostumbrado a dejar los
apretones de manos. Todavía se abrazan. No abren las puertas con el codo. No se
lavan las manos después de abrir la puerta. No desinfectan las mesas antes de
usarlas.
Una vez que tengamos la suficiente cantidad de mascarillas podremos
usarlas también fuera del sistema de salud. Ahora, es mejor dejar que las use
el personal sanitario. Pero si hubiera cantidad suficiente, también las usaría
la gente en su vida diaria, reduciendo la probabilidad de que infecten a otros
cuando están enfermos, y con la educación adecuada, que no se infecten quienes
las usan (mientras tanto, usar algo es mejor que no usar nada).
Estas son formas muy económicas de reducir la tasa de transmisión.
Cuanto menos se propague el virus, menos medidas necesitaremos para contenerlo
en el futuro. Pero necesitamos tiempo para educar a la gente sobre estas
medidas y proporcionar el equipamiento necesario.
Entender
el virus
Sabemos muy poco sobre el virus. Pero cada semana se publican cientos de
nuevos estudios sobre el tema.
El mundo finalmente está unido contra un enemigo común. Los
investigadores de todo el mundo se están movilizando para entender mejor a este
virus.
¿Cómo se propaga el virus?
¿Cómo se puede ralentizar el
contagio?
¿Cuál es el porcentaje de pacientes
asintomáticos?
¿Son contagiosos? ¿Cuánto?
¿Cuáles son los buenos tratamientos?
¿Cuánto tiempo vive el virus?
¿Sobre qué superficies?
¿Cómo impactan las distintas medidas
de distanciamiento social en la tasa de transmisión?
¿Cuál es su coste?
¿Qué son las mejores prácticas de
seguimiento?
¿Son fiables nuestros test?
Responder a estas preguntas nos ayudará a generar una estrategia clara y
a minimizar los daños colaterales sociales y económicos. Y estas respuestas
llegarán en semanas, no años.
Encontrar
tratamientos
No sólo esto, pero ¿qué pasa si encontramos un tratamiento en las
próximas semanas? Cada día que ganamos estamos más cerca de lograrlo. En este
momento, ya existen varios candidatos, como Favipiravir, Cloroquina, o
Hidrocloroquina con Azithromycin. También son útiles los corticoides ¿Qué pasa si resulta que en dos meses
descubrimos un tratamiento para el coronavirus? Qué estúpidos nos sentiríamos
si ya hubiera millones de muertes tras una estrategia de mitigación…
Entender el coste y los beneficios
Todos los factores descritos anteriormente pueden ayudarnos a salvar
millones de vidas. Esto debería ser suficiente. Lamentablemente, los políticos
no pueden pensar sólo en la vida de los infectados. Tienen que pensar en toda
la población, y las duras medidas de distanciamiento social tienen un impacto
sobre los demás. Gente encerrada puede perder su trabajo, sus negocios, su
salud…
En este momento no tenemos idea de cómo las distintas medidas de
distanciamiento social reducen la transmisión. Tampoco sabemos cuál será su
coste económico y social.
Es un poco difícil decidir qué medidas necesitamos a largo plazo si no
conocemos su coste o beneficio. En unas semanas nos daría tiempo a estudiarlas,
priorizarlas y decidir cuáles adoptar.
Menos casos, mejor comprensión del problema, acumular recursos, entender
el virus, entender el coste/beneficio de las diferentes medidas, educar a la
población… Estas son algunas de las herramientas principales para luchar contra
el virus, y sólo necesitamos unas pocas semanas para desarrollar muchas de
ellas. Sería tonto aplicar una estrategia que, en cambio, nos lanzaría
desprevenidos a las garras de nuestro enemigo.
4.
El Martillo y la Danza
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Danza Martillos de guerra |
Ya sabemos que la estrategia de mitigación es probablemente una opción
terrible y que la estrategia de supresión ofrece una ventaja enorme en el corto
plazo.
Sin embargo, la preocupación de
la sociedad con respecto a esta estrategia es legítima:
-
¿Cuánto tiempo durará realmente?
-
¿Cuánto costará?
- ¿Tendremos un segundo pico tan
marcado como si no hubiésemos actuado?
A continuación, veremos cómo sería
una verdadera estrategia de supresión. La llamaremos “El Martillo y la Danza”.
El
Martillo
En primer lugar, se debe actuar rápido y de manera agresiva. Por todos
los motivos mencionados anteriormente, y teniendo en cuenta el valor del factor
tiempo, queremos aplacar el problema tan pronto como sea posible.
Una de las cuestiones principales es: ¿cuánto tiempo durará?
Todos tememos el desastre económico y las crisis nerviosas que nos
provocará estar encerrados en nuestros hogares por meses. Desafortunadamente,
el famoso estudio del Imperial College considera este escenario:
¿Recuerdan este gráfico? El área azul claro que se extiende desde fines
de marzo hasta fines de agosto es el periodo que el estudio propone como periodo Martillo donde el control
inicial incluye estricta distancia social.
Desde el punto de vista político, si las opciones son dejar morir a
cientos de miles o millones de personas aplicando una estrategia de mitigación
o detener la economía por cinco meses y luego atravesar el mismo pico de casos
y muertes, ninguna parece ser una opción atractiva.
Sin embargo, no tiene por qué ser así. Este estudio, que ya es política
en curso, ha sido fuertemente criticado debido a sus fallos básicos: no tiene
en cuenta el seguimiento del contacto (parte central de las políticas
implementadas en Corea del Sur, China o Singapur, entre otros) o las
restricciones de desplazamiento (aspecto básico en China), ignora el impacto de
las aglomeraciones…
El
período del Martillo durará semanas, no meses.
Este gráfico muestra los nuevos casos en toda la región de Hubei (60
millones de personas) día a día a partir del 23 de enero. En dos semanas la región
volvía al trabajo. A las 5 semanas, la situación estaba completamente bajo
control. Y en 7 semanas la cantidad de nuevos casos era mínima. Recordemos que
se trata de la región más afectada en China.
Las medidas que tomaron fueron bastante similares a las implementadas en
Italia, España o Francia: aislamiento, cuarentena, las personas debían
permanecer en sus casas — salvo casos de emergencia o abastecimiento de alimentos
—, seguimiento de contactos, pruebas, aumento de camas disponibles en los
hospitales, prohibiciones de viajes…
Sin
embargo, los detalles son importantes.
Las medidas de China fueron más duras. Por ejemplo, sólo un habitante
por casa estaba autorizado a abandonar su hogar cada tres días para comprar
alimentos. Además, la falta de cumplimiento fue severamente penalizada. Es muy
posible que esa severidad detuviese la epidemia más rápidamente.
En Italia, Francia y España, las medidas no fueron tan drásticas y el
cumplimiento, no tan estricto. La gente aún camina por las calles, muchos sin
máscaras. Esto posiblemente resulte en un Martillo más lento, lo que implica
más tiempo para controlar completamente la epidemia.
Algunas personas interpretan esto como que las “Democracias nunca serán
capaces de replicar esta reducción de casos”. Pero es erróneo.
Por varias semanas, Corea del Sur tuvo la peor epidemia fuera de China.
Ahora, está controlada en su gran mayoría. Y lo hicieron sin pedirle a la gente
que se quedara en sus casas.
Lo consiguieron a través del diagnóstico masivo, seguimiento de
contactos, cuarentenas y aislamientos
.
Si un brote como el de Corea del Sur puede ser controlado sin una orden
de aislamiento social, a los países occidentales les puede bastar con un
Martillo para controlar el brote en unas semanas. Es una cuestión de disciplina
y ejecución, y de la población adhiriéndose a las normas.
Esto depende de la dureza de la fase
siguiente al martillo: La Danza.
La
Danza
Si se usa el martillo con el coronavirus, en unas semanas estará
controlado y las condiciones para hacerle frente serán mucho mejores. A
continuación, se requerirá un esfuerzo a largo plazo para mantener el virus
contenido hasta tener un tratamiento o una vacuna.
Este es probablemente el mayor
error de interpretación que la gente de a pie hace con la fase de la danza.
Creen que tendrán que quedarse encerrados en sus hogares durante meses. No es
cierto. De hecho, es posible que nuestras vidas vuelvan a ser casi como antes.
La
Danza en los Países con Éxito
¿Cómo puede ser que países como Corea
del Sur, Singapur, Taiwán y Japón dónde se han registrado casos durante mucho
tiempo –miles de ellos en el caso de Corea del Sur– no hayan aplicado el
confinamiento?
Coronavirus: South Korea seeing a
‘stabilising trend’
South Korea’s Foreign Minister, Kang Kyung-wha, says
she thinks early testing has been the key to South Korea’s low…
www.bbc.com
En este video, la Ministra de
Relaciones Exteriores de Corea del Sur, explica cómo se lograron resultados en
su país. Fue bastante fácil: pruebas y seguimiento eficiente, prohibición de
desplazamientos, aislamiento y cuarentena eficientes.
Este
artículo explica la estrategia seguida en Singapur:
Interrupting
transmission of COVID-19: lessons from containment efforts in Singapore
Highlight. Despite
multiple importations resulting in local chains of transmission, Singapore has
been able to control…
academic.oup.com
¿Adivinan qué medidas tomaron? Las mismas que se tomaron en Corea del
Sur. En su caso, las complementaron con ayuda económica para las personas en
cuarentena y con prohibiciones y aplazamientos de viajes.
¿Es muy tarde para otros países? No. Poner en práctica el Martillo
ofrece una nueva oportunidad, una nueva posibilidad de lograrlo.
Sin embargo, ¿qué sucede si estas
medidas no son suficientes?
La
Danza de la R
Me refiero a la “Danza” como el período de varios meses entre el
Martillo y la vacuna o el tratamiento, porque las medidas duras no serán
permanentes y habrá que ajustarlas a los casos que vayan brotando. En ciertas
regiones se verán nuevos brotes, otras no sufrirán nuevos brotes en períodos
largos. Según evolucionen los casos tendremos que extremar las medidas de
distanciamiento social o no. De eso se trata la danza de la R: una danza de las
medidas entre recuperar la normalidad y extender la enfermedad, una danza entre
la economía y el sistema sanitario.
¿Cómo
se baila esta danza?
Todo gira alrededor de la R. Si
recuerdan, es la tasa de transmisión. Anteriormente, en un país estándar, sin
preparación, al comienzo de una epidemia, esta tasa oscila entre 2 y 3: durante
las pocas semanas en las que una persona está infectada, transmite la
enfermedad a 2 ó 3 personas, de media.
Si la R es superior a 1, las
infecciones aumentan exponencialmente hasta llegar a constituir una epidemia.
Si es inferior a 1, la cantidad de casos van desapareciendo.
Durante el Martillo, el objetivo
es lograr que la R se aproxime a cero tan rápidamente como sea posible para
extinguir la epidemia. Se calcula que en Wuhan
inicialmente la R fue de 3.9 y, después del cierre y la cuarentena
centralizada, ésta se redujo a 0.32.
Sin embargo, en cuanto se pasa a
la Danza, no es necesario seguir con esas normas. Sólo es necesario mantener la
R por debajo de 1. Y se puede conseguir con unas pocas medidas.
Datos
detallados, fuentes y supuestos aquí
Aquí se presenta una aproximación de la forma en que los diferentes
tipos de pacientes responden al virus, y su grado de contagio. No se sabe la
verdadera forma de esta curva, pero hemos recopilado datos de diferentes
estudios para establecer una aproximación.
A partir del momento en que una persona contrae el virus, tiene un
potencial diario de contagio. En conjunto, todos estos días de contagio suman
2.5 contagios de promedio.
Se cree que se producen algunos contagios durante la fase
“asintomática.” Transcurrida esta fase, a medida que los síntomas aumentan,
normalmente las personas consultan al médico, son diagnosticadas y su
posibilidad de contagio disminuye.
Por
ejemplo, en un comienzo, cuando eres portador del virus y no presentas
síntomas, te comportas normalmente. Al hablar con otros, lo transmites. Al
tocarte la nariz y luego abrir una puerta la siguiente persona que abra esa
puerta y se toque la nariz se habrá contagiado.
A medida que el virus se desarrolla en tu interior, es más contagioso.
Una vez que se presentan síntomas, puede que dejes de ir al trabajo, que te
quedes en la cama, que lleves una mascarilla o consultes al médico. Cuanto
mayores sean los síntomas, más te alejas de los demás, y disminuyes la
posibilidad de transmisión del virus.
Una vez que estás hospitalizado, aun siendo un caso muy contagioso, no
transmites tanto el virus porque estás aislado.
Aquí es donde se puede ver el impacto
enorme de políticas como las implementadas en Singapur o en Corea del Sur
:
Si las personas son testeadas masivamente, se pueden identificar todos
los casos muy pronto, incluso los asintomáticos. Si permanecen en cuarentena,
no pueden transmitir nada.
Si se educa a la gente para que pueda identificar los síntomas
rápidamente, se puede poner en cuarentena mucho antes, reduciendo el período
azul, y por tanto el pico.
Si se aísla a las personas en cuanto exhiben síntomas o en cuanto saben
estar infectadas, los contagios en la fase anaranjada desaparecen.
Si se educa a las personas para mantener la distancia entre sí, utilizar
mascarillas, lavarse las manos o desinfectar los espacios, la propagación del
virus será menor en todo el período.
Solamente cuando todas estas medidas fallan debemos
establecer medidas de distanciamiento social más severas.
La tasa de retorno del
distanciamiento social
Si poniendo en práctica todas estas medidas aún registramos una R muy
superior a 1, debemos reducir la cantidad de personas con las que interactúa
cada individuo.
Existen métodos muy económicos para hacerlo, tales como prohibir eventos
que reúnan más de una cierta cantidad de personas (por ejemplo: 50, 500) o
estableciendo el trabajo desde casa en la medida de lo posible.
Otros son
mucho, mucho más costosos, como el cierre de escuelas y
universidades, solicitar a la gente que permanezca en sus hogares, o cerrar
bares y restaurantes.
Este gráfico es producto de nuestra imaginación. No existe. Nadie ha
analizado esto lo suficiente o ha puesto en práctica todas estas medidas como
para establecer una comparación.
Es una lástima ya que éste es el gráfico más importante para los
políticos en su toma de decisiones. Muestra lo que realmente piensan.
Durante el período Martillo, se quiere llegar a una R lo más baja
posible dentro de un marco tolerable. En Hubei, continuaron implementando
medidas hasta alcanzar 0.32. Podemos no llegar a tal extremo, quizás podamos
llegar a 0.5 o 0.6.
Sin embargo, durante el período de la Danza de la R, se desea alcanzar
lo más cerca de 1 que sea posible y mantenerse debajo de esta tasa en el largo
plazo.
Esto significa que los líderes,
conscientemente o no, buscan:
- Enumerar
todas las medidas que pueden tomar para disminuir la R.
- Lograr
una sensación de beneficio al aplicarlos: la disminución en la R.
- Lograr
una idea de su coste: su coste económico y social.
- Clasificar
las iniciativas en función de su coste/beneficio.
- Elegir
aquellas que proporcionan la mayor reducción de la R hasta 1, de la forma más
económica.
El cuadro tiene un propósito estrictamente ilustrativo. Todos los datos
son producto de la imaginación. Sin embargo, hasta donde pudimos establecer,
estos datos no existen. Deberían existir.
Así piensan los políticos y así deberían pensar. Inicialmente, los
números que pongan en esta tabla serán en el mejor de los casos aproximaciones,
y en el peor de los casos completamente inventados.
Pero si formalizan este proceso, pueden ir mejorando los números,
entendiendo mejor el impacto de distintas medidas. Entender que esto es un
juego de números donde debemos aprender tan rápidamente como sea posible cuál
es nuestra R, el impacto de cada medida para disminuir la R y el coste social y
económico.
Sólo entonces podrán tomar una
decisión racional sobre qué medidas poner en práctica.
Conclusión:
Ganemos tiempo
El coronavirus aún se propaga en
casi todas partes. 152 países han registrado casos a día de hoy (hay menos de
200 países en el mundo). Trabajamos contrarreloj. Pero no tiene por qué ser
así: existe una manera clara de atacar este problema.
Algunos países, en especial
aquellos que aún no han sido severamente atacados por el coronavirus, podrían
estar preguntándose: ¿Me va a ocurrir a mí? La respuesta es: probablemente ya
haya ocurrido, pero aún no lo sabéis, porque no han hecho suficientes test y
porque aún hay pocos casos (aunque creciendo exponencialmente). Cuando el virus
explota, el sistema de salud se colapsará aún más que en países más ricos con
sistemas de salud más fuertes. Mejor prevenir que curar. Considere tomar medidas
contundentes inmediatamente.
En el caso de los países donde
el coronavirus ya ha explotado, las opciones son claras.
Una opción es seguir el camino
de la mitigación: crear una enorme epidemia, sobrecargar el sistema de
salud, llevar a miles o millones de personas a la muerte, y contribuir a la
expansión de nuevas mutaciones de este virus.
La otra opción es ¡luchar!.
Cerrar todo por unas pocas semanas para ganar tiempo, diseñar un plan de acción
consciente y controlar este virus hasta que tengamos una vacuna.
Hoy, los gobiernos del mundo,
incluyendo algunos como los EE. UU, el Reino Unido, Suiza u Holanda, han optado
por el camino de la mitigación por el momento.
Eso quiere decir que están
rindiéndose sin luchar. Ven a otros países vencerlo, pero dicen: “¡Nosotros no podemos hacer eso!”
¿Qué
hubiese pasado si Churchill hubiera dicho lo mismo? “Los Nazis ya están en toda
Europa, no podemos vencerlos. Rindámonos.” Esto es lo que están haciendo muchos
gobiernos del mundo hoy: no nos dan una oportunidad de luchar contra este
virus. Hay que exigírsela.
Lamentablemente, aún hay millones de vidas en juego. Compartan este
artículo (o cualquier otro artículo similar) si creen que puede cambiar la
opinión del público o de los políticos. Nuestros líderes deben entender la
situación para evitar una catástrofe. El momento de actuar es ahora.
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Por la implementación de
una estrategia de supresión “Martillo y Danza”.
DANZA MARTILLOS DE GUERRA
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