U2 versus COLDPLAY (CONTINUACIÓN)
BOY (1980)
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"Can't find my way"
1) I
Will Follow; 2) Twilight; 3) An Cat Dubh; 4) Into The Heart; 5) Out
Of Control; 6) Stories For Boys; 7) The Ocean; 8) A Day Without Me; 9)
Another Time, Another Place; 10) The Electric Co.; 11) Shadows And Tall
Trees.
mejor canción: Twilight
U2 - Twilight
Todavía
recuerdo el momento exacto en el que me convencí de que U2 era una gran banda.
Una noche estaba en la casa de mi primo, ociosamente, escrutando sus archivos
de mp3 cuando me topé casi sin querer con I Will Follow. El
volumen estaba alto, y esas tres notas de The Edge martillando el aire sin
tregua me molieron la cabeza a patadas. Había escuchado algunas cosas de U2 con
anterioridad, pero ese fue el instante indicado y la canción indicada para que
en los anaqueles de mi cerebro la banda pasara de la categoría "no-tan-mala-después-de-todo"
a "me-quiero-comprar-este-disco-ya".
Mi sorpresa
fue mayúscula cuando poco después me enteré que I Will Follow era
nada menos que la primera canción de su álbum debut de 1980. Me parecía
increíble que una banda que hasta ese momento no había llamado mucho mi
atención sonara tan ajustada, segura y potente desde la primera nota de su
carrera. La enorme mayoría de los grupos de rock necesitan grabar un par de
discos como mínimo antes de encontrar su propio sonido, pero en el caso de U2
el estilo está ahí desde el primer momento, funcionando a todo vapor hasta en
el último detalle. El riff inicial de I Will Follow, tan
simple como irresistible, tiene el aroma inequívoco de un clásico y anuncia sin
rodeos que estamos ante una banda de envergadura que no tiene ninguna intención
de pasar desapercibida para la historia del rock. Más notable aún es que esta
buena impresión se hace extensible a todo el álbum, el cual es mucho, muchísimo
más que un par de singles rodeados de relleno. Son bastantes los oyentes que
suelen decir que Boy no es más que un debut decente que
prepara los trazos que guiarán hacia Joshua
Tree y otras obras maestras, pero eso es tan sólo un mito
absurdo. No hay ningún elemento que contribuya a la grandeza de U2 que no sea
evidente en Boy: simplemente los tipos iban a por todas, y sabían lo que querían
desde el comienzo.
I Will Follow / U2/ Sub Español/ HD
Boy no es un álbum revolucionario: es decir, no
inventa nada concreto. Aun así, su sonido desborda de personalidad y no
recuerda inmediatamente a ninguna otra banda contemporánea. Hay algo de The Police
en ciertos trucos de las guitarras; hay algo de The Jam en la forma en que
trabaja la sección rítmica; hay algo de The Clash en las canciones más
punkoides; hay incluso reminiscencias claras de Pink Floyd en esas guitarras
pulsantes a lo Another Brick In The Wall. Hay un poco de todo, sí,
pero la alquimia que logran es algo diferente. Una mezcla de melodías pop,
energía punk y texturas new-wave que verdaderamente escapan a cualquier
clasificación específica. Algunos lo llaman "post-punk", pero eso no
significa nada; cualquier cosa surgida después de 1977 es suceptible de ser
denominada "post-punk". Los Talking Heads son post-punk; The Cure es
post-punk; Joy Division es post-punk. Y Boy no suena como
ninguna de esas bandas. Es U2.
La inmensa
personalidad que despliega esta música se canaliza a través de los cuatro
miembros de la banda: La voz de Bono es única, exuberante como pocas, y
no recuerda a ninguno de sus precursores o contemporáneos. Mientras tanto, The
Edge se encarga de darle a su performance de guitarra el balance perfecto
entre energía rockera y seducción sonora, sin extraviarse en ningún tipo de
virtuosismo. La guitarra es EL sonido del álbum: es la que le da potencia, la
que le da profundidad y la que le da interés, a través de distintos tipos de
sonidos dinámicos que siempre tienen alguna grata sorpresa guardada, aun cuando
el mismo estilo se mantiene uniforme a lo largo del álbum. Lo que más me
fascina es el mencionado delay pulsante que, si bien está tomado de David
Gilmour, The Edge le da un uso extensivo que le hace justicia. Por último, el
ritmo de Adam Clayton y Larry Mullen le dan al conjunto una
propulsión devastadora que por momentos se hace incluso bailable; una marca
registrada del primer U2 que se más adelante se perdería casi completamente. A
través de este soberbio tejido musical la banda transmite una vibración nada
sutil de grandeza y trascendencia, aunque todavía sin el contenido marcadamente
religioso y político que caracterizará futuros discos.
A todo esto,
las canciones de este debut son muy, muy, muy buenas, salvando un par de
excepciones. No sólo es sonido y actitud lo que muestran los canallas aquí, y
digo "canallas" porque al grabar este disco apenas tenían entre 19 y
20 años, lo cual sólo hace que mi reverencia sea mayor. Hoy en día una banda
con gente de 20 años, en el 99% de los casos, no podría sonar ni la mitad de
bien, ni por casualidad. Y no es que sólo suenan bien, sino que además escriben
himnos imperecederos con dos cuerdas como I Will Follow, ese temazo
irresistible del cual ya he hablado y que se encarga de inaugurar la carrera de
U2 con uno de los riffs clásicos de su época, de esos que automáticamente te
inyectan una dosis de entusiasmo, aunque lo estés escuchando por enésima vez.
Pero no es lo único: de hecho, con el tiempo me incliné más por Twilight,
un tema menos conocido que si bien no ofrece una intro tan atrapante, es mucho
más dinámico en cuanto a lo musical. ¡Comienza de forma muy típica a lo que es
el disco, pero luego Bono comienza a gritar “TWILIGHT! TWILIGHT!", entra
inesperadamente un riff pesado, aparece la hermosa sección de "In the
shadow..."; todos golpes maestros, uno tras otro, que le dan a la canción
una atmósfera desesperada que solo superarían tres años después con New
Year's Day.
No menos
impresionante es An Cat Dubh (eso vendría a ser "un gato
negro" en galés), una extendida pieza de incierta categorización (¿Es un
rocker? ¿Es una balada? ¿Es new-wave progresivo? ¿Es cumbia neo-tropical?) que
nos muestra a The Edge en plena faena: el riff principal es potente y casi
terrorífico, y las delicadas campanitas le dan un toque de creatividad
extraordinario, especialmente cuando Bono lanza ese “How about yoooouuuuuu"
en falsetto que me estremece de pies a cabeza. La coda de An Cat
Dubh tiene su propia identidad: se llama Into The Heart y
se trata tan sólo de un insistente pulso de bajo sobre el que The Edge toca una
evocativa melodía de guitarra. Es una frase realmente bella, aunque para serles
honesto se me hace un tanto plana. Apuesto a que a cargo de Brian Eno habría
sonado bastante mejor y más profunda; es el tipo de cosas en las que el ex Roxy
Music es un maestro. Ahora bien, cuando los tipos hacen rock realmente no
necesitan trucos y Out Of Control lo demuestra con creces.
Este clásico menor desvela el costado más frenético de la banda y si bien no
tiene ningún gancho espectacular, la sola potencia de su ritmo y la convicción
con la que canta Bono le alcanzan para llamar la atención. Algo similar ocurre
con la adictiva Stories For Boys, que además cuenta con uno de los
mejores riffs de guitarras de la historia de U2; la primera vez que la escuché
pensé: "Ahh, así que The Edge sabe componer riffs de primer nivel".
Claro que sabe, pero no es algo que uno pueda descubrir escuchando The
Joshua Tree precisamente.
U2 - An Cat Dubh / Into The Heart
Si la primera
mitad del álbum es virtualmente perfecta, la segunda se queda sin combustible
(Atención: algo típico de cualquier disco de U2). Además de que el estilo
empieza a hacerse repetitivo, las canciones ya no son tan buenas. La única que
realmente vale la pena es A Day Without Me, una preciosa gema
oculta donde la guitarra de The Edge alcanza su pico absoluto. Escuchen, por
favor escuchen la deliciosa melodía del riff introductorio; siéntanse invadidos
por esa perfecta pulsación, ese latido eléctrico y profundo que impulsa la
canción hacia adelante, haciéndola imparable. ¿Por qué? ¿Cómo se explica que el
tipo que tocó todo esto tuviera 19 años? Maldita sea ¿Qué mocoso de 19 años hace
estas cosas con una guitarra hoy en día? Por favor, que alguien me lo diga. El
resto de las pistas distan de ser malas, y siempre hay algo que les pueda
rescatar sin necesidad de que me pongan un revólver en la cabeza, pero lo
cierto es que hacen poco y nada para que mi memoria las retenga. Another
Time, Another Place suena bien, las guitarras nuevamente imprimen una
especie de trascendencia única en su estilo, pero la melodía vocal no está a la
altura, y siempre tengo que volver a escuchar el tema para recordar cómo iba.
Un poco más impactante es The Electric Co, que suena como un clon
de Out Of Control, solo que un poco más elaborado; su
característico riffeo inicial me recuerda bastante a alguna cosa de The Police
(Deathwish?) y la parte final es un ataque furioso y ruidoso y carnoso
de The Edge que debe ser el momento más heavy de toda la historia del grupo. El
número final Shadows And Tall Trees incorpora guitarras
acústicas como para sonar un poco diferente; aun así, es un tema débil,
soporífero, lento, vago y olvidable. No es que me disguste; simplemente me
aburre. Cuando The Edge no se enciende, U2 aburre, eso está claro como el agua.
Me queda en el tintero el brevísimo interludio atmósferico The Ocean,
del cual no hay mucho que decir, francamente. Solo que es brevísimo, que es un
interludio y que es, ehhhh... atmosférico.
U2 - A Day Without Me - 5/15/1981 - California Hall (Official)
U2 - The Electric Co.
En fin, lo
importante del veredicto es que Boy es sin lugar a dudas uno
de los mejores discos de U2. Quizás un poco repetitivo y quizás un poco
desbalanceado en cuanto a que los temas más fuertes están groseramente ubicados
al principio, dejando cosas como Shadows And Tall Trees como
postre. El sabor que queda en la boca no es tan bueno. Como compensación, tiene
tres o cuatro temazos, dos de ellos auténticos clásicos para la posteridad (I
Will Follow y Twilight) y la dinámica, la energía, el
entusiasmo rebosan por todos los costados casi hasta agotar. ¡Ah! Y la cubierta
del disco, el niño mirando a la cámara con cara de inocente y el gesto de estar
rindiéndose (aunque bien podría estar recostado, tranquilamente tomando el sol).
En algún momento hubo algún imbécil que decidió que esta portada no era
correcta y en su lugar pusieron una foto de la banda que parece una fotocopia
deforme.
Entre todos
los álbumes debuts de la historia del rock, Boy es uno de los
más maduros. La banda, insisto, está a tope de revoluciones y sabe que será
grande como una galaxia. Es uno de esos discos que quieren ser como pequeños
big-bangs. Y éste, en particular, lo logra.
U2 - Shadows And Tall Trees (Live Dublin 26-February-1980)
"I can't change the world, but I can change the world
in me"
1) Gloria;
2) I Fall Down; 3) I Threw A Brick Through The Window; 4) Rejoice; 5)
Fire; 6) Tomorrow; 7) October; 8) With A Shout; 9) Stranger In A
Strange Land; 10) Scarlet; 11) Is That All?
mejor canción: Gloria
El álbum
olvidado de U2. Es muy parecido a Boy, sólo que muchísimo más
pretencioso y, lamentablemente, no tan atractivo. ¡Pero cuidado! Tampoco es tan
malo e inútil como sugieren muchos; de hecho, se nota a leguas que los tipos
quieren crecer artísticamente, se animan a asumir riesgos y algunas cosas, por
suerte, les siguen saliendo muy bien. Otras no tanto, pero igual no pertenezco
a esa mayoritaria secta de oyentes que se apresuran a despreciar a October como
un esfuerzo secundario para después ir a saborear un poco las botas de Joshua
Tree o Achtung Baby. ¡Eso jamás! No
cuenten conmigo.
U2 - Gloria (Live At Red Rocks) Subtitulado Español
Me costó
bastante y no es sencillo determinar el por qué. En parte puede ser porque las
melodías vocales del amigo Bono son de lo más rudimentarias y tardan años en
hacerse tangibles, pero convengamos que éstas tampoco eran muy pegadizas
en Boy, y ese disco me encantó desde el principio. Además,
cualquiera sabe que ningún disco de U2 basa su atractivo en las melodías. Por
su parte, el estilo general es prácticamente el mismo, con esa guitarra
omnipresente de The Edge reverberando por todos lados como si tocara desde
alguna cima del Himalaya, con la voz de Bono casi que anunciando la segunda
llegada de Cristo y con esa ajustada sección rítmica que todavía conserva algún
resabio punkoide. Salvo por la aparición novedosa de algún piano en un par de
temas, October es un Boy revisitado.
U2 - I Will Follow (Milan) Subtitulado en español
October intenta
ser una obra conceptual que trae anuncios trascendentes y espirituales para la
humanidad. Las canciones quieren ser himnos y las letras quieren ser
evangelios. Todo es monumental, todo es trascendente, todo es sublime, y no hay
ni milímetro de modestia o ironía en todo el maldito álbum.
Pero en mi
opinión esto tampoco merece mucho escándalo. Claro que puede parecer demasiada pompa para un segundo álbum, y claro que los ateos militantes, agnósticos
confesos y desalmados sin salvación (como yo) pueden opinar que todo esto es un
delirio místico absurdo carente del más mínimo interés... Y está muy bien. Pero
hay que comprender que una banda como U2 está simplemente destinada a este tipo
de manifestaciones grandilocuentes, ya sean sobre religión, política,
literatura, magia o cocina de microondas. Es decir, nadie que adore discos como Joshua
Tree o The Unforgettable Fire puede salir a
descalificar a October por "pretencioso". Sería una
contradicción bochornosa. Todos los discos de U2 en adelante son pretenciosos
al máximo; October es tan sólo el primero de ellos, el primero
que pone sobre la mesa las ínfulas incontenibles que caracterizan a la banda. Además,
hay que ser justos en un aspecto: U2 sale bastante bien parado de todo esto.
Personalmente, el mensaje mesiánico de October no me conmueve
un pelo, no lo entiendo y no me importa, pero tampoco me provoca urticaria. Y
eso, aunque no lo parezca, es todo un mérito.
U2 - I Threw A Brick Trough A Window (album 'October', '81)
Temas como Gloria o Rejoice o Tomorrow pueden
golpear con toda contundencia sin que el oyente se sienta obligatoriamente
identificado con las predicaciones de Bono y compañía y eso, requiere una
mezcla aceitada de talento e inteligencia.
Así que no,
la pretenciosidad de este disco no es el problema. El sonido no es el problema.
Las melodías no son el problema. ¿Y entonces? ¿Por qué me costó tanto llegar a
disfrutarlo? ¿Por qué, en definitiva, es October inferior
a Boy? Porque a menudo me da la impresión de un álbum un poco
atolondrado. Si Boy destacaba por sus arreglos siempre
pulidos, siempre precisos, siempre exquisitos, aquí no ocurre lo mismo: muchas
canciones se oyen desencajadas, bastante desprolijas y a veces hasta
aleatorias. Es cierto que esto puede verse como una maniobra aceptable para
"afilar un poco las puntas" y buscar un estilo más crudo, pero por
momentos se pasan al otro extremo y acaban sonando como una telaraña
indescifrable de acordes chapuceros, gritos a destiempo y toques de batería
totalmente caóticos.
Aún canciones excelentes como Rejoice o Tomorrow me
dejan una incómoda sensación de haber sido grabadas a mil por hora, sin cuidado
por los detalles; es como que los distintos instrumentos no han terminado de
acoplarse armónicamente unos con otros. Sé que es una sensación muy personal y
quizás muchos oyentes no piensen lo mismo, pero los ejemplos están por todos
lados: ¿Qué me dicen de los descolgados golpes de batería que cierran I
Threw A Brick Through The Window sin tener nada que ver con el resto
del tema, haciéndolo terminar como un engendro? ¿Qué pasa con la apurada coda
de Rejoice, la cual da la sensación de que el ritmo va a una
velocidad y la guitarra a otra? ¿Qué hay de la parte rockera de Tomorrow, en
la que The Edge simplemente larga los acordes que le caen del
cielo sin importarle si se corresponden con la melodía de Bono o no? ¿Por qué
la espantosa With A Shout suena como si Bono, The Edge y
Mullen estuvieran interpretando simultáneamente tres canciones bien diferentes?
No sé. El álbum tiene eso; está sacado medio a las patadas y a ratos parece que
los muchachos se ven desbordados por el entusiasmo y mandan todo al carajo. No
es algo que reste mucho a la potencia del sonido, pero sí es un poco molesto,
especialmente luego de algo tan bellamente construido como Boy.
U2 - Tomorrow
El tema
titular, October se defiende bastante bien; después se hunde y
no sale a flote nunca más. Hay dejar todas las canciones malas para el final,
total a esa altura ya nadie presta demasiada atención y si todo suena más o
menos parecido, está todo bien. Ahí en el medio está la insignificante Scarlet
que, si bien no deja de ser un poco estúpida, suena como un agradable anticipo
del sonido que más tarde desarrollarán en Joshua Tree.
Para
compensar tan poco decoroso final, October ofrece uno de los
clásicos dorados de U2 y probablemente la mejor canción de apertura de todos
sus discos. Estoy hablando de Gloria, claro está, una verdadera gema
que hay que escuchar siempre a todo volumen para aprovechar el monstruoso poder
antémico que es capaz de entregar. Esos latidos de bajo emulan claramente
a I Will Follow, pero el riff es completamente nuevo y excitante,
sin duda entre las mejores creaciones de The Edge, mientras que Bono parece
dejar alma y vida en su plegaria, una de las más melódicas y rompecorazones que
jamás haya cantado: cuando entra casi llorando "I try to sing this song
loud / I try to stand up but I can't find my feet" siento que se me encoje
la garganta. Es la canción perfecta: luego de los primeros versos hay unos
tremendos fuegos artificiales de The Edge y una coda infladísima que realmente
logra su cometido; hacernos sentir más cerca del paraíso. La única canción del
álbum que vuela a la misma altura es la muy similar Rejoice, que
cuenta con otro riff celestial (son los únicos riffs discernibles que hay en
todo el álbum), beneficiado por uno de los tonos de guitarra más sublimes que
haya escuchado nunca y otra exuberante performance vocal. Al igual que Gloria,
rockea cielo, tierra y averno.
U2-Fire (October)
Las demás canciones me gustan moderadamente. I
Fall Down gana con sus preciosos versos acústicos, pero pierde con su
estribillo ramplón y poco inspirado. I Threw A Brick To The
Window desenvaina una de las atmósferas más apocalípticas del álbum y
si bien el canto de Bono es un poco genérico, la potente guitarra de The Edge
brilla con todas las luces. Fire rescata esas hermosas
guitarras pulsantes del estilo de A Day Without Me y con eso
le alcanza. Tomorrow es la única del disco que se constituye como
un crescendo, comenzando con una tradición que más tarde derivará en obras
maestras como Bad; los primeros minutos son absolutamente clásicos,
en parte gracias al ambiente pseudoescocés que logran con esos extraños sonidos
de sintetizador. Y October, a pesar de ser el tema titular, no es
más que un bonito interludio de piano. La melodía es realmente cautivadora,
pero, al igual que Scarlet, me habría gustado más si la
hubieran desarrollado como una canción hecha y derecha.
U2 - October (October)
Así que éste
es nuestro segundo álbum, uno de esos casos en los que las pretensiones superan
a la calidad de las canciones. No obstante, es bueno, se puede escuchar y
todavía hay mucha frescura juvenil que no se deja aplastar bajo la masa de
delirios proféticos. Además, tiene Gloria, que está entre los tres
o cuatro mejores temas jamás compuestos por U2. ¿Vale la pena? Sí.
"How long must we sing this song?"
1) Sunday
Bloody Sunday; 2) Seconds; 3) New Year's Day; 4) Like A Song; 5)
Drowning Man; 6) The Refugee; 7) Two Hearts Beat As One; 8) Red Light;
9) Surrender; 10).
mejor canción: New year's day
¡Miren esa
portada! ¡Es (parece) el mismo niñito de Boy! Sólo que ahora está
bastante enojado ¿No? Esa inquietante mueca de angustia mezclada con odio viene
a representar a la perfección el explosivo estado de ánimo que hierve en este
excelente disco, el tercero de la banda y aquel que les abrió definitivamente las
puertas del éxito. Comparado con el entusiasmo inocuo de Boy y
la ilusa mística de October, War es
un álbum virulento, crudo, sin concesiones. Es aquí donde por fin se despejan
las nubes de charlatanería que teñían el álbum anterior, es aquí donde por primera
vez la banda deposita los ojos sobre este mundo terrible que nos rodea y nota
que ciertas cosas andan bastante mal. Cosas
que enojan, que duelen, que enferman, que obligan a gritar con todas las
fuerzas hasta que las venas se desangren en nuestro interior. De eso se trata War; es
el primer (y, para ser realistas, el único) álbum abiertamente político de U2 y
créanme que, si algo transmiten los tipos con esta música, eso es ira.
U2 - Sunday Bloody Sunday - Slane Castle (Sub. español)
No es nada
fácil indicar qué convierte a War en mi álbum
favorito de la banda. En algunos aspectos, representa incluso un retroceso en
relación a sus dos antecesores. Por ejemplo, ¿Dónde quedó ese lujoso sonido de
guitarra de The Edge? ¿Dónde están esas divinas guitarras pulsantes de A
Day Without Me y Fire? ¿A dónde fueron a parar los riffs
clásicos de I Will Follow, Gloria y Rejoice?
Ni idea, pero aquí definitivamente no están. Solamente New Year's Day y Surrender ostentan
algo de esa magia guitarrera antémica y profunda que caracteriza el sonido de
U2, pero el resto de las canciones son llamativamente planas en este sentido;
en ellas, The Edge no parece hacer nada interesante o, al menos, nada
inmediatamente atractivo con su instrumento. Y esto hace que War sea
un poco más complicado de asimilar que los demás discos. Si la grandeza de U2
pasa en gran parte por los tonos y trucos de The Edge y War es,
en ese sentido, uno de los más pobres... ¿Cómo demonios puede ser su mejor
álbum? Buena pregunta.
U2 - SECONDS
Es el mejor álbum por una razón muy sencilla: es, de lejos, el disco más poderoso y caliente que haya creado U2 en toda su historia. En sus obras más renombradas, como Unforgettable Fire y el celebérrimo Joshua Tree, la banda con frecuencia suena demasiado distante y helada, como si Bono cantara desde la cumbre de alguna montaña acerca de las deidades cósmicas que mueven el universo, mientras The Edge despacha sus cortinas atmosféricas insinuando alguna trascendencia divina que está demasiado lejos de nosotros. War es otra cosa, U2 ya no está especulando con la segunda llegada de Cristo. Nada de eso; está cantando sobre cosas reales, está cantando sobre guerras sanguinarias, revueltas sociales, bombas que explotan e inocentes que mueren. Está cantando sobre el maldito mundo real aquí y ahora, y por eso la furia salta por todos los costados, quemando como un volcán en plena erupción. Tiene que ser así, ¿O acaso se imaginan una canción sobre el Domingo Sangriento cantada con alegría y paz interior? ¿O una canción sobre la represión de los movimientos revolucionarios de Polonia con unos lindos coros doo-wop de fondo? No, ni a palos. Por eso me impresiona tanto War, porque es un álbum propulsivo que te machaca de realidad la cabeza, que te hace palpitar a flor de piel la ira de un mundo donde están tratando de escupirte desde todos lados. Es el único álbum de U2 que podría sonar a todo volumen en huelgas, marchas, piquetes y asambleas de lucha popular para excitar la imaginación de las masas antes de salir a repartir palazos contra las fuerzas del orden, aun cuando el mensaje de fondo, vaya contradicción, sea esencialmente pacifista.
U2 New Year's Day (Studio)
Esto ocurre
porque el poder cinético que logra la banda en este disco es demoledor y, sobre
todo, irrepetible. The Edge no se habrá esmerado mucho en crear
refinadas melodías de guitarra, pero está por todas partes regurgitando
anárquicas masas de sonido distorsionado a todo volumen, mientras que la sección
rítmica de Adam Clayton y Larry Mullen se desencadena como un huracán, como una
incontrolable estampida de rinocerontes capaz de exterminar todo lo que se
interponga en su camino. Nunca van a escuchar un bajo y unos tambores tan violentos y masivos como los que suenan en War. Bono grita,
vocifera y exhala; se le percibe irritado, exaltado, con la sangre en el ojo.
No es un profeta ni un mesías, sino un humano más que sufre y siente como
cualquiera de nosotros. Además, la banda amplía la paleta sonora incorporando
guitarras acústicas, violines, trompetas, voces femeninas y otras cosas
interesantes que hacen del disco algo muy especial. War es el
único álbum de U2 donde el acento no está puesto ni en la atmósfera, ni en la
melodía, ni en la textura, sino en la tensión. Todo el álbum es tenso,
nervioso, catárquico; un derroche de potencia sonora capaz de elevar por sí
sola a cualquier canción.
Otro factor
que ayuda a War es su relativa consistencia. No, no todas las
canciones son joyas ni está libre de relleno. Ningún disco de U2 está libre de
relleno, pero éste tiene la particularidad de que hasta el menos relevante de
los temas tiene algo para ofrecer, o algo que lo distingue. Por ejemplo, la
gente suele despreciar a Red Light, pero que me parta un rayo si
una canción con un riffeo tan explosivo y un espectacular solo de trompeta en
el medio merece ser llamada mala. ¡Ni en sueños! Es una excelente canción, a
pesar de que esa introducción vocal de "tarara, tatara" suena algo
ridícula. La gente también suele despreciar a The Refugee y si
bien acepto que es lo menos memorable del disco, tampoco es mala; su percusión
bombástica puede ser un poco molesta para algunos oídos, pero la canción se
sostiene a través de una fuerza imposible de soslayar. El contraste entre ese
tribal estribillo y las partes más melódicas funciona bastante bien.
U2 - Red Light
The Drowning
Man también suele oler a
relleno las primeras veces, pero luego de un tiempo caí en la cuenta de que se
trata de algo muy especial; las tormentosas guitarras acústicas nos presentan
una faceta sutil de The Edge, desconocida hasta el momento, y la canción, aún
sin una melodía identificable para ofrecer, hace converger a todos sus
elementos en una intensidad oscura capaz de poner a prueba la sensibilidad de
muchos, incluído yo. Casi en las antípodas se ubica la arrolladora Like
A Song, una bestia de siete cabezas que no compra sutilezas de ningún tipo:
golpes de tambor monstruosos, descargas de guitarra apolíneas y un Bono
exultante que se canta la vida de principio a fin. Francamente, no sé qué
tenían los flacos estos en la cabeza para arreglar de semejante forma un tema
pacifista: lo único a lo que me incita Like A Song es salir a
destrozar todo a palazos, sean vidrieras, autos o cabezas de personas. En todo
caso, queda demostrado de qué se trata el álbum: Like A Song es
un temazo, pero solamente porque rockea sin la más mínima piedad, concesión o
reparo.
U2 - Drowning Man (with lyrics)
Esos son los temas secundarios del álbum y ¡Caray!
¡Todos me encantan! Lo que serán entonces los realmente buenos ¿No? Uno de
ellos, sin espacio para las dudas, es Surrender. Una épica masiva
de semejante calibre debería ser considerada un clásico definitivo o, como
mínimo, una joya oculta. La canción dura cinco minutos y medio, pero a mí
siempre se me hacen mucho menos. La intensidad que despliega no tiene nada que
envidiar a ninguna otra de U2; el trabajo de guitarra es uno de los pocos
momentos del disco que muestran a The Edge en toda su gloriosa dimensión, ya
sea en el celestial riff inicial, en esas lacerantes barridas de sonido o en
ese chuga-chuga-chuga salvaje que propulsa los versos. Pero además Bono canta
unas líneas melódicas inolvidables, el bajo de Clayton me sacude y los etéreos
"Sureeeeender" que ofician de estribillo me elevan por los aires,
sumándole una profundidad intangible a la ferocidad del tema. La letra,
mientras tanto, provee todo tipo imágenes desesperadas que me hacen ver una
ciudad iluminada en la noche desde una torre muy alta, mientras las
frustraciones y dolores del alma gritan desde muy adentro invocando el
suicidio.
U2 - HD Surrender (Live At Red Rocks) 1983
Pero hay más, la feroz diatriba contra el armamentismo
nuclear Seconds es la canción más funky de toda la carrera del
grupo y ¡Es excelente! Me fascina ese ritmo de bajo, esos rasguños de guitarra
acústica y esos suaves "oooohhhhh" que agregan dramatismo. Lo notable
de Seconds es que The Edge la canta en parte y es realmente muy
difícil distinguir su voz de la de Bono. Two Hearts Beat As One es
otra gran masa amorfa de puro ritmo y potencia que, otra vez, ejemplifica a la
perfección con qué cartas juega War. Acá no hay melodías pegadizas
ni texturas llamativas de ningún tipo: simplemente un ataque permanente,
infernal, agotador, en el que a Bono le alcanza con repetir una y otra vez
"Can't stop the dance, this is my last chance" mientras bajo, batería
y guitarra machacan sin descanso para infectar de ritmo, pasión y furia a los
oyentes. Pareciera una canción de amor; si es así, debe ser la canción de amor
más brutal jamás concebida en el reino de los mortales.
Lo mismo
ocurre con ese himno increíble llamado Sunday Bloody Sunday que,
aún con los acordes de guitarra eléctrica considerablemente enterrados en la
mezcla, detona como un revoltijo sangriento de horror e ira. "There's many
lost but tell me who has won" se pregunta Bono en medio de una urgente
desesperación ante la matanza de inocentes. El Domingo Sangriento ocurrió en 1972,
la canción fue grabada en 1983 y la escuchamos hoy; nada de eso importa, porque
la terrible angustia de la letra suena tan actual hoy en día como lo fue
siempre. Basta con recordar los bombardeos sobre Irak, los atentados en New
York, Madrid y Londres o la masacre de Osetia del Norte, en Rusia. En
Argentina, en 2001, murieron 25 personas en un día en manos de la represión
policial. El Sunday Bloody Sunday se repite todo el tiempo y
en todo lugar, y siempre hay un motivo para preguntar "How long must we
sing this song?". ¿Alguien puede responder?
Pero el highlight definitivo de War es
la fantástica New Year's Day. No es del todo obvio sobre qué trata
la letra, pero aun así el tema transmite una impresionante atmósfera de
situación límite, de revelación histórica, de drama, tensión y desesperación
colectiva que en realidad no se puede definir con palabras. Es para mí la banda
de sonora perfecta para la víspera de una guerra, un bombardeo aéreo o una
revolución civil violenta. Aunque quizás no tenga que ver con eso. Es probable
que Bono se haya inspirado en el movimiento anti-comunista
"Solidarnosc" de Polonia, que a principios de los 80's fuera varias
veces reprimido por los soviéticos sin poder evitar su victoria, pero como la
composición no es nada específica al respecto, la interpretación es universal. La cuestión es que esa sublime melodía de
piano, el fenomenal pasaje solista de The Edge y la apasionada performance de
Bono (cómo evitar la piel de gallina con esos "I will be with you
again") conforman una experiencia emocional de esas que quedan para
siempre. En cuanto a 40, es un pequeño cierre que incluso parece un
reprise meloso y reflexivo de Sunday Bloody Sunday. Se trata
de un buen tema, pero por su brevedad carece de peso propio.
U2 - New year's day - Chicago (Sub. español) [HQ]
En fin, War es una obra grande. Si lo
pensamos bien, no es muy típico de los ochentas que, mientras todos se
diviertían con el "chiribín chiribín" de Michael Jackson, Prince y
Madonna, una banda tuviera las pelotas para salir a declamar a los cuatro
vientos su disconformidad con el mundo y, si bien a U2 se le puede criticar
muchas cosas, no se los puede acusar de hipócritas. Los tipos creen en lo que
dicen, y la convicción apabullante que salpican estas canciones es la prueba
mayor. El mejor disco de U2.
UNDER A BLOOD RED SKY (1983)

"I will be with you again"
1) Gloria; 2) 11
O'Clock Tick Tock; 3) I Will Follow; 4) Party Girl; 5) Sunday Bloody Sunday; 6)
The Electric Co.; 7) New Year's Day; 8) 40.
mejor canción: New Year's Day.
U2 - Live at Red Rocks ''Under a blood red sky'' (DVD audio rip + I Fall Down)
Hay un detalle que me molesta un poco (por no decir bastante)
de U2: siendo un grupo que se muestra siempre tan preocupado por los países en
vías de desarrollo (o, mejor dicho, en vías de seguir muriéndose de hambre
durante muchos años más), lo cierto es que los podrían visitar un poco más a
menudo cuando salen de gira. ¿Han visto en la página oficial el calendario del
tour que hicieron para promocionar How To Dismantle An Atomic
Bomb? Parece un chiste de mal gusto: primero Norteamérica, después Europa y
después ¡otra vez Norteamérica! Y con los demás tours, excepto el PopMart de
1998, pasó lo mismo.
¿Y el resto
del mundo? ¿Queda demasiado lejos? Porque canciones sobre los desaparecidos en
Sudamérica, han compuesto; temas sobre el intervencionismo militar yanki han
escrito; conciertos para ayudar a los africanos, han dado; reclamos por el desarme
nuclear, han hecho... Pero cuando hacen giras, prefieren no salir de los
centros del poder económico-militar mundial.
¿Cuál es el mensaje exactamente? ¿Para qué se embanderan en causas de
igualdad global si después son ellos mismos los que anidan exclusivamente en
los mercados hegemónicos? ¿Para qué muestran compasión por países que, al
parecer, ni les interesa pisar y a los cuales no llevan su música? No sé, me da
la sensación de que al final todos sus buenos gestos son puro teatro mientras
por debajo susurran: "Con el tercer mundo, todo bien, pero la pasta está aquí,
y nos quedamos con ella".
En fin.
Mientras tanto nos queda este pequeño álbum de 1983 llamado Under A
Blood Red Sky. Tiene ocho temitas y por ende se acaba demasiado rápido,
mucho más rápido de lo que lo haría un concierto verdadero. Pero, por lo menos,
nos brinda una instantánea de cómo sonaban en aquellos años jóvenes y lejanos
cuando se subían a un escenario. Sonaban bien. Under A Red Blood
Sky no es tan interesante en cuanto a que por lo general se limitan a
reproducir fielmente las versiones de estudio, suenan prácticamente igual. Hay
que ser capaz de reproducir los elaborados trucos de estudio encima de un
escenario, y U2, efectivamente, lo logra. Bono no es de esos cantantes que en
estudio la rompe y en vivo son un desastre de lo borrachos, drogados o resfriados
que están. Todo lo contrario; está en plena forma y es capaz de lanzar las
mismas proezas vocales que en los discos. The Edge no se queda atrás, y sus
incansables juegos de ecos y delays brindan la misma claridad que siempre,
hasta el punto de que por momentos lo suyo no se distingue en absoluto de la
performance original (el riff de Gloria, por ejemplo, está idéntico).
Por eso, la
importancia de Under A Blood Red Sky no pasa por la novedad,
sino por el poderoso magnetismo que la banda es capaz de transmitir en vivo a
través de la interacción permanente con el público. Más que un concierto, el
disco tiene la atmósfera de una gran celebración religiosa, en la cual Bono es
solamente el animador que guía una fuerza mucho mayor y trascendente que él. El
griterío masivo del público no alcanza a eclipsar la solvente interpretación de
los temas, pero tiene la suficiente presencia como para agregar toneladas de
adrenalina a la mezcla. El oyente escucha cómo el público enloquece en éxtasis,
y eso da pie para enloquecerse también desde el sillón de casa, el escritorio
de trabajo o donde quiera que se esté escuchando el álbum. Por ejemplo: el riff
de Gloria a todo volumen, por sí solo, es suficiente para
saltar de la silla y romper todo; con el griterío frenético de miles de
personas sintiendo la misma pasión al reconocer la canción. O cuando Bono
arenga al público para que éste grite o haga palmas, hay una inmediatez tan
grande que el impulso a gritar y hacer palmas, a ser parte también de ese
frenesí irracional, aparece hirviendo bajo la piel. Uno se siente unido a esas
personas anónimas, unido a la banda, unido a la música en general... y eso es
lo que convierte a Under A Red Blood Sky en algo más que un
simple álbum. Es una experiencia de comunión espiritual. Todo concierto de rock
en cierta medida es así, pero este disco, en particular, lo transmite muy bien
dándole un rol primordial al público y sus reacciones y el permanente diálogo
gestual con Bono.
La selección
de temas es mayormente predecible; están los que tienen que estar de los tres
álbumes publicados hasta entonces como New Year's Day, Gloria, I
Will Follow y Sunday Bloody Sunday y algunas
elecciones un tanto menos obvias como The Electric Co. y 40,
que en War era poco más que un epílogo pero que acá se
convierte en algo más redondo. Las verdaderas sorpresas son 11 O'Clock
Tick Tock, un excelente single previo a Boy que no aparece
en nigún álbum y Party Girl, originalmente llamada Trash,
Trampoline And The Party Girl, un oscuro lado B (del aún más oscuro
single A Celebration, publicado poco después de October),
cuya versión original se puede escuchar en la edición limitada de The B
Sides que acompaña al The Best Of 1980-1990. El riff
de 11' O'Clock Tick Tock es una de esas cosas que, escuchadas
un par de veces, no podrás sacar de tu cabeza por mucho, mucho tiempo.
No es el álbum
en vivo más relevante jamás lanzado, básicamente porque tiene solo ocho temas y
en definitiva son todos clones de sus versiones de estudio. El plus está en la
posibilidad de escuchar 11' O'Clock y en la
energía vibrante que transmite la música combinada con las reacciones del
público.
THE UNFORGETTABLE FIRE (1984)

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"I'm wide awake, I'm not sleeping"
1) A
Sort Of Homecoming; 2) Pride (In The Name Of Love); 3) Wire; 4) The Unforgettable
Fire; 5) Promenade; 6) 4th Of July; 7) Bad; 8) Indian Summer Sky;
9) Elvis Presley And America; 10) MLK.
mejor canción: Bad
U2 The Unforgettable Fire Tour Live in Dortmund 1984 FULL CONCERT HD
Si hay un
álbum de transición en la discografía de U2, ese es The Unforgettable
Fire pero incluye algunas canciones impresionantes que podrían competir junto a lo mejor jamás
hecho por U2 e implican una versatilidad mucho mayor a la acostumbrada en un
disco de U2.
El aspecto
transicional de The Unforgettable Fire cuenta con una arista
bien conocida: la partida del productor Steve Lillywhite y la llegada de Brian
Eno y Daniel Lanois para hacerse cargo del sonido de la banda. Luego de sus
célebres colaboraciones con David Bowie y Talking Heads, además de una
interesante discografía solista, puede decirse que Brian Eno era el productor
más grosso con el que una banda podía contar en su época. El cambio en la
música, como era de esperarse, es bastante notable. Si este cambio es positivo
o negativo... ¡Ahhhh! Ése es todo un tema que me plantea sensaciones
encontradas; por un lado, Eno y Lanois le dan a U2 algo así como una tercera
dimensión envolvente que los tres discos anteriores no poseían y en cuya
comparación no pueden evitar sonar un poco cuadrados. El nuevo sonido de U2
engendra un espacio vasto, evocativo, donde sentimos que podemos nadar y
perdernos hasta el infinito, en contraste con esa impresión de pared rígida que
daba el tratamiento de Lillywhite. Pero es el mismo U2 de siempre, solo que si
antes estaba en una ciénaga, ahora está levitando sobre una gran nube,
irradiando más que nunca toda su mística.
El asunto es
que, a cambio de esta profundidad, Eno suaviza ostensiblemente todas las puntas
afiladas que tenía hasta ahora la música del grupo, lo cual implica que U2,
poco a poco, ya se deja de morder y provocar como antes, se convierte en una
banda adulta de art-rock puro. Ataques directos, frenéticos, brutales,
como Sunday Bloody Sunday o Like A Song comienzan
a quedar en el recuerdo, con apenas un par de excepciones aliviando cada tanto
la monotonía. Es decir, el cambio me genera aprobación y dudas por partes iguales,
pero creo que, en definitiva, el resultado final es un empate. El sonido que
logra Eno no será tan directo, pero es más atractivo. No será tan explosivo,
pero es más profundo. No será tan excitante, pero es más hermoso. En fin, te
saca algo, pero te da algo a cambio, y por eso la balanza sigue estando
equilibrada.
Igualmente,
esa falta de energía rockera no se extraña tanto en The Unforgettable
Fire. Ocurre que, al ser un álbum de transición, todavía retiene algo de lo
viejo mientras empieza a mostrar algo de lo nuevo. Ergo, es el único capaz de
ofrecer simultáneamente lo mejor de ambos paradigmas y eso, lo convierte en
forma automática en la obra quintaesencial del grupo. Si hay oyentes que
utilizan "la transición" como excusa para declarar a The
Unforgettable Fire un ensayo fallido que no es ni una cosa ni la otra,
yo lo defino como un crisol donde el U2 brutal de los discos anteriores y el U2
etéreo que vendrá conviven de forma totalmente maravillosa. ¿Acaso Pride y Wire no
rockean como dos bestias sedientas de carne humana capaces de competir con los
momentos más intensos de War? ¿Acaso la legendaria Bad no
es la epítome del U2 más atmosférico?
¡Los dos extremos del grupo, el rockero y el pacífico, navegan en el
mismo barco y en su mejor forma! Cómo puede haber gente, me pregunto, que
considera The Unforgettable Fire como uno de los puntos flojos
de la discografía de U2... Es una falta de respeto.
Es verdad,
como claman sus detractores, que no se trata del álbum más consistente del
mundo, pero ningún disco de U2, hasta donde yo sé, es realmente consistente.
Haciendo un resumen veo que tiene cuatro clásicos de otro planeta, dos temas
francamente muy buenos, tres viñetas agradables y un solo bodrio. Claro, otros
dirán que bla-bla-bla With Out Without You, o que bla-bla-bla One... ¡Al
diablo! No hay nada en esas canciones que pueda siquiera aproximarse a la
catarsis devastadora de los dos monumentos que tiene el Unforgettable: Pride y Bad.
Ambas son los momentos definitorios de U2, y tan solo New Year's
Day puede jactarse de estar en el mismo nivel de supremacía. La
célebre Pride (In The Name Of Love), encapsula todo lo bueno
de U2 en su gloria bombástica: la guitarra de The Edge aparece de entrada en su
máxima apoteosis rítmica, enmarcada por toques de batería marcial y una
sencilla pero inolvidable performance de Bono. La letra consiste en un
apasionado tributo a Martin Luther King y no puedo explicar con palabras el clímax
devastador que provee en su sencillez. El primer verso está cantado sobre el
riff regular, pero para cuando entra el segundo verso The Edge introduce una
frase totalmente diferente, mucho más oscura y rockera; ¡Dios! Creo que su
guitarra nunca sonó tan bien. O si no, cuando Bono canta "They took your
life / They couldn't take your PRIDE" con una convicción tan demoníaca,
que me deja hirviendo todas y cada una de las veces. U2 simplemente no puede
volar más alto que esto.
Pero si
hablamos de climax, la última palabra la tiene Bad, una plegaria de
Bono por un amigo adicto a las drogas que se perfila como la máxima épica jamás
grabada por el grupo. Bad es literalmente una secuencia de DOS
acordes estirada hasta SEIS minutos sin variación de tempo... ¡Dos malditos
acordes! Creo que U2 es la única banda sobre la faz del planeta capaz de hacer
un himno emocionalmente aplastante con dos miserables acordes repetidos hasta
el infinito. Les digo que hay que escucharla para poder creerlo; tan solo la
voz de Bono (que alcanza aquí niveles ridículos de resonancia emocional) y los
sutiles trucos ambientales de Brian Eno logran uno de los mayores milagros
jamás vistos en la historia del rock. La canción es un crescendo que comienza
de forma bien suave para subrepticiamente, sin costuras, ir aumentando la
tensión hasta explotar y acabar virtualmente rockeando de la pura potencia que
destilan los tipos. Yo les comunico que cuando entra la percusión y Bono canta
"Let it go, surrender" siento que se me derriten los globos oculares,
y cuando el climax absoluto comienza a desgajarse con esos rutilantes "To
let it go... and so to fade away", siempre tengo la sensación de que no
hay nada más en el mundo; en ese momento, si alguien me dijera que U2 es la
mejor banda de rock de la historia, me lo creería sin problemas. Es una canción
espectacular, insoportablemente buena, y después de escuchar Bad,
todo The Joshua Tree se me hace trivial. Una pena.
Junto a semejantes
opus el resto del disco podría palidecer, pero afortunadamente no es el caso.
Hay más. A Sort Of Homecoming, un poema sobre volver a casa luego
de un largo período afuera, es la introducción más sobria que tuvo
jamás un disco de U2. La única palabra que tengo para definirla es:
"hermosa". Es simplemente hermosa, con una melodía de Bono que fluye
como seda y una producción que instantáneamente alerta sobe la presencia de
Brian Eno. La percusión es nutrida, pero nunca se hace tormentosa como en The
Refugee, y las guitarras crean una perfecta nebulosa de sonido informe que
invitan casi a recostarse sobre ella. El cuarto temazo es Wire, uno de
los últimos en rescatar toda la dinámica tensa de la primera etapa de la banda para
llevarla hasta sus últimos límites. Bono canta demasiado bien y The Edge está inconmensurable.
Es un show pirotécnico fascinante, de lo más electrizante que hayan hecho
jamás.
Otros dos
temas excelentes, pero no tan contundentes, son The Unforgettable
Fire y Indian Summer Sky: La canción titular suena casi
como Phil Collins (lo cual no es un cumplido), pero se salva gracias a la
impecable labor de Eno y Lanois y a los celestiales falsetos de Bono. Por su
parte, Indian Summer Sky, si
bien no es más que una reescritura inferior y domada de Wire, el
drive insistente que imprimen las guitarras no está nada mal y el estribillo de
tintes indígenas ("So wind blow through my heart") es mucho más
pegadizo de lo que todos suelen reconocer. Y lo que queda
es el relleno. El aparatoso experimento Elvis Presley And America es
una monstruosidad atmosférica que arruina bastante el disco y demuestra cómo un
zumbido monocorde no siempre deriva en piezas maestras como Bad. Promenade es
una balada breve, muy tranquila, que si bien no agrega nada muy relevante, es
bastante bella; 4th Of July es una buena frase instrumental
puramente atmosférica que no quedaría mal en algún disco solista de Brian Eno, aunque
fue tocada por Clayton y The Edge sin advertir que estaban siendo
grabados, y MLK es tan solo un cierre reflexivo que pierde la
mitad de su efectividad por culpa de la anti-climática Elvis.
The
Unforgettable Fire es el disco de
la banda que más divisiones genera en sus oyentes. Yo estoy entre quienes lo
ven como una de sus obras maestras, y aunque War me impresiona
un poquito más por su mayor consistencia y su incomparable fiebre revulsiva, su
sucesor bien podría ser el que más claramente retrata la grandeza hímnica de la
banda, ofreciendo su clásico sonido ambiental aún agraciado con ocasionales
brotes de aceptable furia rockera. Aún cuando Elvis Presley And
America sea una completa pérdida de tiempo, canciones de la talla
de Bad, o Pride o Wire no se
encuentran en muchos álbumes y eso, convengamos, aporta su valor añadido.
Wide Awake In America (1985)
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1) Bad; 2) A Sort Of Homecoming; 3) Three Sunrises; 4) Love Comes Tumbling Down.
mejor canción: Bad
Este modesto EP de apenas cuatro canciones es
solamente una excusa para publicar una trascendente versión en vivo de ocho
minutos de Bad, o bien para hacer un poco de cash adicional, ya
que The Unforgettable Fire solamente había sido acompañado con
dos singles (Pride y el tema titular) y bueno, comparado con otros
álbumes eso es bastante poco. Pero la versión epopéyica de Bad, es
una de las tres o cuatro canciones definitivas de U2. Por un lado, la banda
puede tocar en vivo sin sacrificar un ápice de la magnificencia sonora de su
trabajo de estudio, la guitarra de The Edge suena de forma celestial, la
batería suena fantástica y Bono canta con una perfección que asusta. Por otro
lado, el tratamiento ligeramente más angular, más "rockero" que le
dan al tema, es ciertamente mágico. En fin:
"una gozada".
U2 Wide Awake In Earth (Full Concert/Film)
La versión en
vivo de A Sort Of Homecoming también se codea con la
excelencia, brindándonos una introducción climática tan efectiva que te hace
sentir físicamente ahí mismo, en el estadio, cantando con la gente y sintiendo
esa molesta carne de gallina cada vez que vuelves a escucharla. Three Sunrises tiene
algunas bonitas melodías de guitarra, y esos "Sunshine... sunshine on
me" me recuerdan bastante a ¡Yes!, pero en términos de composición, el
tema podría haberse aventurado un poco más allá de repetir
"Looooooooove" "Looooooooove" todo el tiempo. La
otra, Love Comes Tumbling Down, contiene una intro de guitarra casi
clásica, pero la melodía vocal llama poco la atención.
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