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La
Ventana del Hospital
Dos hombres, seriamente enfermos, ocupaban la misma habitación en el
hospital. A uno de ellos se le permitía estar sentado una hora todas las tardes
para que los pulmones drenaran sus fluidos. Su cama daba a la única ventana de la
habitación.
El otro hombre tenía que estar tumbado todo el tiempo. Los dos se
hablaban mucho. De sus mujeres y familiares, de sus casas, trabajos, el
servicio militar, dónde habían estado de vacaciones. Y todas las tardes el
hombre que se podía sentar frente a la ventana, se pasaba el tiempo
describiendo a su compañero lo que veía por la ventana. Éste, solamente vivía
para esos momentos donde su mundo se expandía por toda la actividad y color del
mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un bonito lago. Patos y cisnes jugaban
en el agua mientras los niños capitaneaban sus barcos teledirigidos. Jóvenes
amantes andaban cogidos de la mano entre flores de cada color del arco iris.
Grandes y ancestrales árboles embellecían el paisaje, y una fina línea del
cielo sobre la ciudad se podía ver en la lejanía.
Mientras el hombre de la ventana describía todo esto con exquisito
detalle, el hombre al otro lado de la habitación cerraba sus ojos e imaginaba
la pictórica escena.
Una cálida tarde el hombre de la ventana describió un desfile en la
calle. Aunque el otro hombre no podía oír la banda de música, se la imaginaba
conforme el otro le iba narrando todo con pelos y señales. Los días y las
semanas pasaron.
Una mañana, la enfermera entró para encontrase el cuerpo sin vida del
hombre al lado de la ventana, que había muerto tranquilamente mientras dormía.
Se puso muy triste y llamó al médico para que se llevaran el cuerpo. Tan pronto
como consideró apropiado, el otro hombre preguntó si se podía trasladar al lado
de la ventana. La enfermera aceptó gustosamente, y después de asegurarse de que
el hombre estaba cómodo, le dejó solo.
Lentamente y dolorosamente, se apoyó sobre un codo para echar su primer
vistazo fuera de la ventana. Finalmente tendría la posibilidad de verlo todo
con sus propios ojos.
Se retorció lentamente para mirar fuera de la ventana que estaba al lado
de la cama. Daba a un enorme muro blanco. El hombre preguntó a la enfermera qué
había pretendido el difunto compañero contándole aquel maravilloso mundo
exterior.
Y ella dijo: – Quizás sólo quería animarle.
En Busca de la Aguja Perdida
Una tarde, en un pueblo pequeño donde todos se conocían, un grupo de
jóvenes vio a una anciana llamda Rabiya buscando desesperadamente algo en el
jardín frente a su choza. Todos se acercaron a la pobre anciana para ver si le
podían ayudar.
-Rabiya, ¿Qué le pasa? ¿Qué ha
perdido? ¿Le podemos ayudar? -le preguntaron.
– Perdí mi aguja de oro- contestó la
anciana con tono triste.
Al oírla, los jóvenes se pusieron a
buscar, pero de repente uno de los jóvenes dijo:
-Rabiya, el jardín es muy extenso y
por contra, la aguja es muy pequeña; además pronto anochecerá, ¿Puedes decirnos
más o menos por donde se le cayó y así poder centrarnos en esa zona?
La anciana levantó la mirada, señaló hacia su casa y le contesto: -Sí
tienes razón. La aguja se me cayó allí, dentro de casa.
Esto enfadó al grupo de jóvenes- Rabiya, ¿te has vuelto loca? Si la
aguja se te cayó dentro de casa, ¿Por qué andamos buscándola aquí afuera?
Entonces Rabiya sonrió y les dijo- Es que aquí afuera hay luz, cosa que
dentro de la casa no hay.
El joven que no entendía nada y pensaba que la anciana definitivamente
había perdido la cabeza dijo: -Pero aun teniendo luz, si estamos buscando donde
no has perdido la aguja, ¿Cómo pretendes encontrarla? ¿No es mejor llevar una
lámpara al interior de la casa y buscarla allí, donde la ha perdido?
La anciana volvió a sonreír y contestó: -sois tan inteligentes para
ciertas cosas…. ¿por qué no empleáis esa inteligencia?
Y continuó diciendo: -Sois tan inteligentes para las cosas pequeñas
¿cuándo vais a emplear esa inteligencia para vosotros mismos, para vuestra vida
interior? Miles de veces os he visto a todos vosotros buscando desesperadamente
afuera. Buscando aquello que se os ha perdido en vuestro interior. ¿Por qué
buscáis la felicidad alrededor vuestro? ¿Acaso la habéis perdido allí, o
realmente, la habéis perdido en vuestro interior?
Esto es lo que nos suele pasar habitualmente en nuestras vidas, estamos
tan inmersos en buscar fuera de nosotros que nos olvidamos que la esencia del
bienestar está dentro de nosotros y nada más. Nuestra felicidad o bienestar
auténtico no pueden estar en el exterior, ni en dependencia de las circunstancias,
de otras personas o las relaciones que mantenemos. Este bienestar auténtico
para que sea real, ha de estar por encima de todo esto. Solo se puede mantener
y ser equilibrado si permanece dentro de nosotros.
El Problema
Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un
monasterio. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran
maestro reunió a todos sus discípulos, para escoger quién tendría ese honor. -
“Voy a presentarles un problema- dijo. - Aquel que lo resuelva primero será el
nuevo guardián del templo.
Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre éste un enorme y hermoso
florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: - “Este es el
problema”.
Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían, los diseños
sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor… ¿Qué
representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban
paralizados.
Después de algunos minutos, un alumno se levantó, miró al maestro y a
los demás discípulos, caminó hacia el vaso con determinación, lo retiró del
banco y lo puso en el suelo.
-Usted es el nuevo guardián - le
dijo el gran maestro, y explicó:
-Yo fui muy claro, les dije que
estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean,
los problemas tienen que ser resueltos.
-Puede tratarse de un vaso de
porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que
debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades.
Sólo existe una forma de lidiar con los problemas: afrontarlos. En esos
momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que
cualquier conflicto lleva consigo”.
Afilar el Hacha
En cierta ocasión, un joven llegó a un campo de leñadores con el
propósito de obtener trabajo. Habló con el responsable y éste, al ver el
aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó sin pensárselo y le dijo que
podía empezar al día siguiente.
Durante su primer día en la montaña trabajó duramente y cortó muchos
árboles. El segundo día trabajó tanto como el primero, pero su producción fue
escasamente la mitad del primer día. El tercer día se propuso mejorar su
producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su furia contra
los árboles. Aun así, los resultados fueron nulos.
Cuando el leñador jefe se dio cuenta del escaso rendimiento del joven
leñador, le preguntó: -¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?
El joven respondió: -Realmente, no
he tenido tiempo… He estado demasiado ocupado cortando árboles.
Los Dos Esclavos
Una vez el sultán iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de
cortesanos y soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus
casas para verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos menos
un derviche harapiento.
El sultán detuvo la procesión e hizo que trajeran al derviche ante él.
Exigió saber por qué no se había inclinado como los demás.
El derviche contestó: – Que toda esa gente se incline ante ti significa
que todos ellos anhelan lo que tú tienes, dinero, poder, posición social.
Gracias a Dios esas cosas ya no significan nada para mí. Así pues, ¿por qué
habría de inclinarme ante ti, si soy dueño de dos esclavos que para ti son tus señores?
La muchedumbre contuvo la respiración y el sultán se puso blanco de
cólera.
– ¿Qué quieres decir con eso?! yo
soy sultán indiscutible de todas estas tierras, todo está bajo mis dominios y
todos responden ante mí! – gritó.
– Mis dos esclavos, que para ti son
los señores que dominan tu vida, son la ira y la codicia.
Dándose cuenta de que lo que había escuchado era cierto, el sultán se
inclinó ante el derviche.
La Tristeza y la Furia
En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás
donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta…
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas. Había una vez un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina
y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las
tonalidades del verde se reflejaban permanentemente. Hasta ese estanque mágico
y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y
la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron en el
estanque. La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida, sin saber por
qué, se bañó rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua. Pero la furia
es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda
y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró. Y sucedió que esa
ropa no era la suya, sino la de la tristeza… Y así vestida de tristeza, la
furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar
donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin
conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar
al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa
de la furia.
Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia,
ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien,
encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del
disfraz de la furia, en realidad…, está escondida la tristeza.
Todos Tenemos Grietas
Un hombre cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que
colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de
las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y
conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta
la casa de su patrón; en cambio cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la
mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la
vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para
los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada
de su propia imperfección, y se sentía miserable porque solo podía hacer la
mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le hablo al aguatero: -Estoy avergonzada y me quiero
disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de
mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.
El aguatero le dijo compasivamente: -Cuando regresemos a la casa quiero
que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino- Así lo hizo
la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores a lo largo del trayecto. Sin embargo,
se sintió apenada porque solo quedaba dentro suyo, la mitad del agua que debía
llevar.
El aguatero le dijo entonces: -¿Te diste cuenta de que las flores
solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise
sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo camino por
donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger
estas flores. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no
habría sido posible crear esta belleza.”
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas y en nuestra educación y
experiencia las pulimos. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que
siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener hermosos
resultados.
Diferencia Entre Querer y Amar
-Te amo – dijo el principito…
-Yo también te quiero –dijo la
rosa.
-No es lo mismo –respondió él…“Querer es tomar posesión de algo,
de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de
afecto, de compañía…Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es
adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos
reconocemos carentes”.
“Querer es esperar, es apegarse a
las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no
tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos
corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados”.
“Si quiero a alguien, tengo expectativas,
espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es
que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones,
pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo. Amar es desear
lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es
permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Es un
sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde
el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento”.
Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido
por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede
sufrir, pues nada ha esperado del otro.
Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y
puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este darse,
desinteresado, sólo se da en el conocimiento. Sólo podemos amar lo que
conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y
el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de ti, de tus
alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error.
Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es sólo para
momentos de alegría.
Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no
porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa
compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis
inviernos.
Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre,
madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.
Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de
devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.”
-Ya entendí – dijo la rosa.
- No lo entiendas, vívelo -dijo el
principito.
Un Camino Embarrado
Tanzan Y Ekido iban un día por un camino embarrado. Caía una fuerte
lluvia. Al llegar a un recodo, se encontraron a una joven encantadora con
kimono y faja de seda, que no podía atravesar el lodazal.
-Vamos, muchacha- dijo Tanzan
enseguida, y alzándola en brazos la pasó.
Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron a alojarse en
un templo. Entonces no pudo contenerse más. -Nosotros los monjes, no debemos
acercarnos a las mujeres- le dijo a Tanzan, -especialmente a las jóvenes y
bonitas. Es peligroso. ¿Por qué hizo usted eso?
-Yo dejé a la chica allá atrás-
dijo Tanzan. -¿Usted todavía la está cargando?.
Muchas veces resulta difícil distinguir entre un problema real y uno
mental. El problema real es aquel que, a ojos de mil personas, todos ellos
coincidirían que efectivamente nos encontramos ante un problema, como es el
caso de una enfermedad terminal. En el otro caso probablemente, muchas de esas
mil personas no lo considerarían como tal, pero a ojos de uno, puede llegar a
ser un infierno difícil de superar.
Debemos aprender a diferenciar lo que tus ojos ven de lo que tu mente
quiere que veas y recuerdes. No permitas que un dolor, no te deje ver las
alegrías que, día a día, la vida te vuelve a regalar.
Vivir el Presente
Un hombre se acercó a un sabio anciano y le dijo: -Me han dicho que tú
eres sabio…. Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al
alcance de las demás de las personas.
El anciano le contestó: -Cuando como, simplemente como; duermo cuando
estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.
-Pero eso también lo puedo hacer yo
y no por eso soy sabio- le contestó el hombre, sorprendido.
-Yo no lo creo así- le replicó el
anciano. -Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el
día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando
lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a
preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El
secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así
disfrutar cada minuto del milagro de la vida.
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La categoría de «filosofía oriental» o «filosofía asiática» es un producto de la academia occidental del siglo XIX y no existía en Asia Oriental ni en la India. Esto se debe a que en Asia no existe una sola tradición filosófica unificada con una sola raíz, sino varias tradiciones autóctonas que a veces han estado en contacto. |
Filosofía oriental
La filosofía oriental o filosofía asiática incluye las diversas
filosofías de Asia del Sur y Asia Oriental, incluida la filosofía china, la
filosofía hindú, la filosofía budista (dominante en el Tíbet, Bhután, Sri Lanka
y el Sudeste Asiático), la filosofía coreana y la filosofía japonesa.
Por no alargar mucho esta entrada,
porque abarcar todas las filosofías orientales sería demasiado complejo para
una aproximación al tema, muy interesante, por cierto, quiero centrarme en la
que considero más representativa, sin desdeñar, por supuesto, la relevancia e
importancia de las demás.
Filosofía budista
La universidad budista Nalanda fue un importante centro de aprendizaje
en la India desde el Siglo V d. C hasta el Siglo XIII.
La filosofía budista comienza con el pensamiento de Gautama Buda (entre
los siglos VI y IV a.C.) y se conserva en los primeros textos budistas. En
general se refiere a las investigaciones filosóficas que se desarrollaron entre
varias escuelas budistas en la India y luego se extendieron por toda Asia a
través de la ruta de la seda. El pensamiento budista es transregional y
transcultural. Es la tradición filosófica dominante en el Tíbet, el Himalaya y
en países del sudeste asiático como Sri Lanka y Birmania.
La principal preocupación del budismo es la soteriología, definida como
la libertad desde la dukkha
(inquietud). Debido a que la ignorancia sobre
la verdadera naturaleza se considera una de las raíces del sufrimiento, los
pensadores budistas se preocuparon por cuestiones filosóficas relacionadas con
la epistemología y el uso de la razón. Los conceptos budistas clave
incluyen las Cuatro Nobles Verdades, Anatta (no-yo) - una crítica de una identidad personal
fija, la transitoriedad de todas las cosas, y un cierto escepticismo acerca de
las preguntas metafísicas. Los pensadores budistas en India y posteriormente en
Asia Oriental han cubierto temas tan variados como fenomenología, ética,
ontología, epistemología, lógica y filosofía del tiempo.
Más tarde, las tradiciones filosóficas budistas desarrollaron
psicologías fenomenológicas complejas denominadas Abhidharma. Los filósofos Mahayana como Nagarjuna y Vasubandhu
desarrollaron las teorías de shuniata (la vacuidad de todos los fenómenos) y
«vijñapti-matra» (solo apariencia), una forma de fenomenología o idealismo trascendental.
La escuela de Dignāga
o pramāṇa budista promovió una forma
compleja de epistemología y lógica. A través del trabajo de Dharmakirti, esta tradición de lógica
budista se ha convertido en el principal sistema epistemológico utilizado en la
filosofía y el debate de budismo tibetano.
Después de la desaparición del budismo de la India, estas tradiciones
filosóficas continuaron desarrollándose en el budismo tibetano, el budismo de
Asia oriental y las tradiciones budistas Theravada. En el Tíbet, la tradición
india continuó desarrollándose bajo pensadores como Sakya Pandita, Tsongkhapa y
Ju Mipham. En China, nuevos
desarrollos fueron dirigidos por pensadores como Xuangzang, autor de nuevos trabajos sobre Yogacara; Zhiyi, quien fundó la escuela Tiantai y
desarrolló una nueva teoría de Madhyamaka y Guifeng Zongmi, que escribió sobre
Huayan y Zen.
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Filosofía moderna India
En respuesta al colonialismo y su contacto con la filosofía occidental,
los indios del siglo XIX desarrollaron nuevas formas de pensamiento que ahora
se denominan Neo-Vedanta y el modernismo hindú. Sus ideas se centraron en la
universalidad de la filosofía india (particularmente Vedanta) y la unidad de
diferentes religiones. Fue durante este período que los modernistas hindúes
presentaron un único «hinduismo» idealizado y unido, y ejemplificado por la
filosofía de Advaita Vedanta. También
fueron influenciados por las ideas occidentales.
El primero de estos movimientos fue el del Brahmo Samaj de Ram Mohan Roy
(1772-1833). Swami Vivekananda (1863-1902) fue muy influyente en el desarrollo de los
movimientos de reforma hindú
y en llevar el hinduismo a Occidente. A través
del trabajo de indios como Vivekananda y occidentales como los defensores de la
sociedad teosófica,
el pensamiento hindú
moderno también
influyó
en la cultura occidental.
El pensamiento político del nacionalismo hindú es también otra corriente
importante en el pensamiento indio moderno. Filósofos como Mahatma Gandhi,
Rabindranath Tagore, Aurobindo, Krishna Chandra Bhattacharya y Sarvepalli
Radhakrishnan han tenido un gran impacto en la filosofía india moderna.
El jainismo también ha tenido sus intérpretes y defensores modernos,
como Virchand Gandhi, Champat Rai Jain y Shrimad Rajchandra (conocido como guía
espiritual de Mahatma Gandhi).
Modernismo Budista
El período moderno vio el surgimiento de movimientos llamado «modernismo
budista» bajo influencias occidentales y el desarrollo de un budismo occidental
con influencias de la psicología moderna y la filosofía occidental. El
modernismo budista se refiere a «formas de budismo que surgieron de un
compromiso con las fuerzas culturales e intelectuales dominantes de la
modernidad». Exponentes importantes del
modernismo budista incluyen Anagarika Dharmapala (1864-1933) y el converso
estadounidense Henry Steel Olcott, los modernistas chinos Taixu (1890-1947) y
Yin Shun (1906-2005), el profesor de Zen DT Suzuki y el escritor tibetano
Gendün Chöphel (1903-1951).
Las fuerzas que influyeron en modernistas como Dhammapala y Yin Shun
incluyeron los valores de la Ilustración y la ciencia occidental. En la India,
un movimiento neo-budista fue fundado por el influyente líder Dalit B. R.
Ambedkar en la década de 1950 que hizo hincapié en la reforma social y
política.100
El modernismo budista incluye varios movimientos como el budismo
humanista, el budismo secular, el movimiento vipassana y el budismo
comprometido. El budismo humanista chino o «budismo para la vida humana», que
debía liberarse de las creencias sobrenaturales, también ha sido una forma
influyente del budismo moderno en Asia, particularmente en Taiwan.
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APUNTES SOBRE EL BUDISMO
Autor Erich Fromm
Traductor Dr. Alejandro Córdova C.
I. Mientras que el significado y la
meta del judaísmo, el cristianismo y el islam son relativamente bien conocidos
por los lectores de Occidente, las grandes religiones orientales y en particular
el budismo, son poco conocidos y lo que es peor, lo que se conoce es su forma
corrompida, la cual es totalmente opuesta a lo que realmente es el pensamiento
budista.
II. En qué consiste este cuadro
distorsionado.
1. Que el budismo es una enseñanza
y práctica para llevar la vida a un fin, excepto por el suicidio.
2. Que su espíritu es de extremo
escepticismo, nihilismo, ascetismo y negación de la alegría.
3. Que su enseñanza básica de la
vida como sufrimiento es la expresión de un escape de la vida.
4. Que Buda es un Dios cuyos
mandamientos deber ser aceptados sin cuestionarlos.
5. Que la enseñanza sobre el
renacimiento es el centro del pensamiento budista.
6. Que el budismo se opone al
pensamiento racional.
7. Todos los elementos anteriores o
parte de ellos constituyen el budismo.
lll. En contraste con estas
distorsiones debemos tener en mente algunas ideas generales:
1. El budismo fue un sistema de
pensamiento radical, opuesto a la enseñanza religiosa hindú dominante en su
época. Por esta razón fue perseguido durante generaciones por el sacerdocio
reinante acusándolo de ateísmo y de ser un enemigo de la religión y por lo
tanto peligroso.
2. El budismo era en verdad ateo;
rechazaba el concepto de un dios y la idea de que el hombre debería someterse a
un líder y obedecerlo. Constantemente enfatizó la autonomía del hombre y el
deber de hacer sus propias decisiones y responsabilizarse completamente de
ellas. Buda no es un Dios sino
un gran maestro, que no trata de imponerse sino de convencer.
3. El budismo es un sistema
completamente racional, que no demanda un sacrificio ni del intelecto ni de la
razón, sino que propone iniciar con el análisis de la experiencia humana como
la base de la enseñanza.
4. El budismo es un sistema
filosófico y antropológico, basado en la observación racional. Para los
observadores occidentales esto constituye un obstáculo, el
comprender que existe una religión sin Dios. ¿Puede el ateísmo ser una
religión? ¿Se encuentra la religión necesariamente ligada a la creencia en un
ser superior? Más aun, el pensamiento budista es mucho más radical que el de la
vasta mayoría de hoy, a quienes resulta difícil comprender su radicalismo y
prefieren creer que es un sistema irracional muy inferior a nuestra
racionalidad.
5. El único elemento irracional en
el budismo es la creencia en el renacimiento, cuya idea es que en tanto el ser
humano desea existir o vivir, volverá a renacer y que esto sólo terminará con
la cesación de toda sed de existencia, cuando el nirvana es realizado. Sin embargo,
hay que señalar que la idea de renacimiento y la cesación de éste por la cesación
de la avidez, fue la forma en que el buda expresó su oposición al concepto
hindú de trasmigración del alma, un concepto que significaba que la rueda de
las transformaciones no terminaba nunca.
La negación del budismo toma la forma de que la trasmigración puede detenerse
si la avidez termina. Viviendo en una cultura en la que la creencia en la trasmigración
de las almas era parte importante del sentido común, no podría simplemente
negar este sentido común diciendo lo impensable: “después de la muerte no hay
nada”. El hizo algo que con frecuencia ha sucedido en la historia, expresar la
negación por una revisión de la vieja teoría. Se debe reconocer que mientras el
renacimiento es todavía un dogma válido para la ortodoxia budista, actualmente
se considera un aspecto históricamente condicionado, que no tienenada que ver
con la enseñanza central del budismo.
IV. Cual es lo central en las
enseñanzas de Buda.
Ella es expuesta en la Cuatro Nobles Verdades:
1. Existir significa sufrimiento.
2. El sufrimiento es resultado de
la avidez.
3. La avidez puede ser vencida o
erradicada.
4. La forma de vencer la avidez es
seguir el Óctuple Noble Sendero: recta comprensión, recto pensamiento, recta
forma de hablar, recta acción, recta forma de vida, recto esfuerzo, recta atención,
recta concentración.
Es fácil reconocer que el fin o la meta del budismo – la liberación del sufrimiento
– se logra a través de cierta práctica de vida; en otras palabras, no son un
dogma sino la práctica de vida lo que constituye el factor esencial en la
liberación budista. Sin embargo, ha causado muchas dificultades comprender que
significa sufrimiento y la liberación de él. La palabra sufrimiento denota algo
como dolor, pena, infelicidad, etc., ciertos afectos y emociones que son experimentados
ocasionalmente, por circunstancias extraordinarias tales como enfermedades, la
muerte de un ser querido, estar en prisión; incluso se asume que este
sufrimiento es consciente.
Lo que sufrimiento y liberación significa en las enseñanzas budistas es algo
bastante diferente: ello puede ser expresado de la siguiente manera: si una
persona esta predominantemente motivada por la avidez, la avaricia, si él o
ella está impulsada por la codicia o deseos intensos de más placer (en nuestro
lenguaje si su modo dominante de existencia es el de tener), él necesariamente
será infeliz. Él será impulsado por una cada vez más intensa avidez, nunca se
sentirá satisfecho, será un esclavo de sus deseos. Pero sin embargo él puede deshacerse
– aunque solo hasta cierto grado – de su avidez, si él puede vencer no
solamente su avidez sino también su odio y la ignorancia o engaño, él obtendrá
bienestar, paz y libertad. Hay un tipo de práctica de vida que le ayuda a
lograr este estado de bienestar.
En contraste con la errónea comprensión del budismo, la meta de este es
el bienestar (tal y como éste fue la meta de Aristóteles y Santo Tomás) paz y
alegría o regocijo, pero no placer en el sentido hedonista radical. Incluso el
Nirvana debe ser comprendido en este sentido.
Tanto el Dr. Suzuki, una autoridad en Budismo Zen (Budismo Mahayana)
como Nyanaponika Mahathera, una de las más grandes autoridades del Budismo
clásico han enfatizado en sus conferencias y escritos, este punto, el carácter
de regocijo y alegría del Nirvana, como lo muestra un famoso dibujo zen, un
regocijo en que todos los seres vivientes – humanos y animales – toman parte, Como un antiguo comentario budista dice : “
Nirvana, su característica es la paz; su función es no morir; o su función es
consolar; se manifiesta como sin signos ( sin signos de o marcas de avidez,
odio y engaño o ignorancia) o se manifiesta en no-diversificación. (citado por
Nyanaponika Mahathera en su artículo Anata y Nibbana).
Ahora es el momento de tener una mirada más cercana al concepto central
del budismo, los errores de la avidez, la ignorancia o engaño y el odio. Estos
no son considerados pecados (el carácter antiautoritario del budismo excluye el
concepto de pecado). La avidez y el odio deben ser vencidos con el objeto de obtener
el bienestar, algo que comparte con el judaísmo y el cristianismo. Lo que es
nuevo en el budismo es la idea de que la liberación del engaño o ignorancia es
tan importante como las otras dos metas; o para ponerlo en forma más adecuada,
sin liberación de la ignorancia o engaño ni la avidez ni el engaño pueden ser
vencidos.
¿Qué significa liberación de la ignorancia o engaño? Por ignorancia las enseñanzas
budistas no se refieren a una rara y extraordinaria autodecepción. Por el
contrario, se asume que la mayoría de nosotros vive en la ignorancia: que
tenemos una visión distorsionada, un cuadro falso de nosotros mismos, y de los
otros. Que nuestro sentido común sobre la imagen del mundo y de nosotros mismos
es “común sin sentido.” Que nosotros reprimimos el insight sobre la realidad
(tanto dentro como fuera de nosotros) y tomamos como expresión de la verdad una
visión ficticia de la misma y por tanto actuamos erróneamente.
Para el budismo la penetración de la engañosa apariencia de los fenómenos
y el reconocimiento de la realidad es un factor central en el intento de lograr
el bienestar, y eso es la liberación del sufrimiento con la decepción de sí
mismo (junto con la avidez y el odio) que crea.
La ética budista está íntegramente basada en datos empíricos. Este factor
caracteriza al budismo como un sistema que está lleno de un espíritu
científico, y no hay sistema religioso que pueda compararse con él en este
aspecto. Esto es particularmente notorio con respecto a la psicología. El
conocer la verdad acerca de la realidad interna de uno, así como ir en contra
de vivir con racionalizaciones acerca de uno mismo y los motivos de uno mismo,
lleva al budismo, especialmente al camino de la atención plena, cerca del
psicoanálisis, del inconsciente, sin el factor distorsionante de identificar el
inconsciente con el instinto sexual. La meditación budista es esencialmente
autoanálisis sin la presencia de la teoría instintiva freudiana. Como Douglas
H. Burns, un psicoanalista inglés con profundo conocimiento del budismo,
escribe: “Así la realización del Nirvana requiere la máxima meta del
psicoanálisis, una completa exposición del subconsciente, la remoción total de
la represión, la racionalización y todo otro mecanismo de defensa”. Cuando hice esa misma sugerencia a Nyanaponika
Mahathera hace varios años en conversaciones que tuve con él, estuvo de
acuerdo.
El Buda y los maestros budistas fueron también muy sabios al reconocer
el hecho de que la total liberación de la avidez, el odio y el engaño es
extremadamente difícil de lograr; además el no estar interesados en los
problemas sociales, ellos no tenían la visión de una sociedad radicalmente
diferente, como si la tenían los profetas y Jesús.
Como consecuencia de ésto, ellos no insistieron que solamente hay una
meta valiosa que alcanzar, sino que formularon dos metas; la meta radical de
alcanzar el Nirvana, y la meta limitada de adquirir el bienestar a través de la
óptima, aunque no total, liberación de la avidez, el odio y la ignorancia. Nada
podría mostrar con mayor claridad que el budismo no es un sistema nihilista,
pesimista y falto de alegría que este concepto más amplio de la meta del
budismo. Si uno descarta los elementos dogmáticos históricamente condicionados,
tales como el de renacimiento, me parece que el budismo es el sistema racional
más radical que puede liberar al hombre del malestar producido por el modo de
existencia orientado al tener y conducirlo a un modo de existencia de
bienestar, el modo de existencia orientado al ser. Claro está que también el judaísmo
y el cristianismo, si uno descarta el concepto históricamente condicionado de
Dios, podría tener la misma función; pero con mayor dificultad por que el
sistema total está más impregnado por el espíritu de la autoridad y por muchos rituales
particulares y mitos, mientras que el budismo habla en el lenguaje universal de
los seres humanos, y de la vida.
En el budismo el énfasis en la estructura de ser en oposición a la de tener
es mucho más explícita que en el judaísmo o en el cristianismo. Sin embargo,
para poder reconocer esto, se debe corregir la distorsionada visión que sobre
el budismo tiene la mayoría incluso, muchas personas con altos niveles de
educación.
El budismo con frecuencia se considera una
enseñanza para la vida ascética y que está en contra del disfrute de la vida;
dirigido a terminar con la vida excepto por el suicidio; que Buda es una
especie de Dios cuyos mandamientos deseen obedecerse; que el dogma del renacimiento
y como puede ser prevenido es lo esencial del budismo; que el budismo es
opuesto al pensamiento racional.
Aunque es cierto que el budismo a
través de sus dos mil quinientos años ha sido distorsionado en su práctica a
tal grado que los elementos antes mencionados se pueden encontrar en varias
ramas corruptas del budismo. Pero también es cierto que las enseñanzas
originales del budismo están en completa contradicción con tales ideas.
El budismo es difícil de comprender principalmente porque es una
“religión atea”. Debido a que las religiones occidentales están todas centradas
alrededor del concepto de Dios (como lo fue también el hinduismo), una “religión
sin Dios” es para la cultura occidental una paradoja sin sentido. La “lógica”
demanda que, si un sistema es una religión, debe tener algún tipo de ser
superior; si no cumple con este requisito entonces no es religión.
¿Es el budismo simplemente una filosofía? Esto tampoco puede ser sostenido,
porque su propósito es obtener el bienestar de todos los seres y para ello
ofrece un sistema de reglas y prácticas cuyo objetivo es ayudar al hombre y a
la mujer a obtener un estado de bienestar, alegría y paz. El que el budismo sea
una “religión atea” produce en la mente del occidental un aspecto de
irrealidad.
La dificultad para comprender el budismo se ve aumentada por el lecho de
que casi no se toma en cuenta el carácter radical y revolucionario de sus
enseñanzas. El budismo fue un movimiento revolucionario (en el sentido
intelectual no en el político) dirigido contra el hinduismo, sus creencias y su
poderosa casta sacerdotal. Por estas razones el budismo fue perseguido por la
burocracia hinduista como ateo, materialista y perturbador, y en verdad tales
acusaciones eran acertadas y de hecho no son muy diferentes de las que se lanzaron
en contra de un movimiento revolucionario como era el cristianismo primitivo.
El budismo fue estrictamente antiautoritario; el Buda fue un gran maestro,
cuyas enseñanzas deberían ser estudiadas si uno está convencido de su valía; no
debería ser aceptadas como mandamientos.
Por estas razones el budismo no conoce el concepto de pecado, el cual sólo
tiene sentido cuando se acepta una autoridad suprema; sólo reconoce el concepto
de error como causa del “sufrimiento” (dukkha).
El budismo es un sistema para el logro del bienestar, un sistema que no se
basa en especulaciones metafísicas. Se basa en el estudio de las condiciones de
la existencia humana y como ésta puede superarse, es esencialmente un estudio
antropológico psicológico de la existencia humana, que usa los resultados de
este estudio como fundamento para la ética no autoritaria, no basada en la tradición,
la revelación o el mandamiento divinos.
Al tratar de explicar las dificultades para comprender el budismo, hay que
ir un poco más adelante. Sus enseñanzas son considerablemente mucho más
radicales que cualquier pensador de hoy en día; eliminar a Dios, hacer al
individuo completamente responsable de sus acciones, privarlo de todas sus
ilusiones, trascender toda alianza de clases y naciones en nombre de la verdad,
sólo unos cuantos de los pensadores más radicales actuales se puede decir que
han alcanzado tal grado de radicalismo.
El único elemento dogmático en el budismo es la creencia en el renacimiento.
Esto significa que mientras que en los seres humanos persista el deseo por
vivir, ellos volverán a renacer y que esto terminará cuando se extinga este
deseo de existencia, cuando el Nibbana (en sánscrito Nirvana) se alcanza.
Sin embargo, debe considerarse que la idea budista de renacimiento y su
cesación por la extinción del deseo fue la forma en que el Buda expresó su
oposición al concepto hindú de trasmigración de las almas, un concepto que
significa que la rueda de trasformación de estas nunca se detiene o termina.
Buda vivía en una cultura en que
la creencia en la trasmigración de las almas era parte del sentido común, por
lo tanto, no podía negar ésta simplemente declarando algo impensable: “Después
de la muerte nada hay”. Buda expresó, como ha pasado con frecuencia en la
historia, la negación por la revisión de la vieja teoría. Sin embargo, debe señalarse
que mientras que la idea de renacimiento aún es un dogma válido para el budismo
ortodoxo, en realidad es una pieza de lastre históricamente condicionada que no
forma parte de la enseñanza central del budismo.
Me atrevo a decir lo anterior porque la importancia de las Cuatro Nobles
Verdades y el Óctuplo Camino para la recta conducta no requiere que se asuma la
idea de renacimiento; ellos conservan su vedad sin importar la validez del
dogma.
¿Cuáles son las enseñanzas centrales del budismo? Ellas se encuentran contenidas
en las Cuatro Nobles Verdades.
a)- Existir significa sufrir.
b)- El sufrimiento es el resultado
del deseo.
c)- El deseo pude ser suprimido.
d)- El camino para suprimir el
deseo incluye ocho pasos: recto entendimiento; recto pensamiento; recta forma
de hablar; recta forma de actuar; rectos medios de vida; recto esfuerzo, recta atención;
recta concentración.
Si reflexionamos en lo anteriormente expuesto es fácil darse cuenta que
el fin del budismo, la liberación del sufrimiento, sólo se puede obtener a
través de cierta práctica de vida; en otras palabras, no es un dogma sino una
práctica de vida lo que constituye el factor esencial de la liberación
propuesta por el budismo. Lo que en el budismo significa sufrimiento y liberación
es bastante diferente. Ello pude expresarse de la manera siguiente: si una
persona está predominantemente motivada por la ambición, la avaricia, si él o ella
será impulsado por un constante aumento de la ambición y nunca estará
satisfecho, será esclavos de sus deseos. Sin embargo, él o ella se pueden
liberar, en cierto grado, de su ambición, si pueden superar no solamente la
ambición sino también el odio y las ilusiones, obtendrán bienestar, paz y
libertad. Una cierta forma de vida ayudará a obtener este estado de bienestar.
En el budismo sufrimiento significa “malestar”.
La meta del budismo es el bienestar, (como lo fue también el de Aristóteles
y Tomás de Aquino) la paz y la alegría y no el placer en el sentido del
hedonismo radical como erróneamente se supone. Incluso el Nirvana debe
comprenderse en este sentido. Es un estado de gozo, de paz y de liberación.

Uno de los antiguos comentarios budistas señala: “El Nibbana es paz como
una de sus características; su función es no morir; o su función es confortar;
se manifiesta como ausencia de signos o marcas de codicia, odio e alusión, o se
manifiesta como no diversificación.
Ahora veamos de cerca un concepto central en el budismo, el de pecado o
mejor dicho los errores de la codicia, la ilusión y el odio.
Que es necesario superar la codicia y el odio es un hecho que el budismo
comparte con el judaísmo y el cristianismo. Lo que es nuevo en el budismo es la
idea de que liberarse de la ignorancia es tan importante como los otros dos
objetivos o metas; o para ponerlo en forma más precisa; sin la liberación de la
ignorancia, la codicia y el odio no pueden superarse.
¿Qué significa liberarse de las
ilusiones? Por ilusión el budismo se refiere a un raro y excepcional estado de
auto-decepción. Por el contrario, el budismo asume que la mayoría de nosotros
vive inmerso en las ilusiones; que tenemos un cuadro distorsionado e irreal de nosotros
mismos y de los demás. La imagen común que tenemos del mundo y de nosotros
mismos es esencialmente “sin sentido común”.
Suprimimos el insight de la realidad dentro de nosotros mismos y fuera
de nosotros y tomamos como expresión de la verdad un cuadro ficticio. Notros
actuamos de acuerdo con este cuadro ilusorio y por lo tanto actuamos
erróneamente. Para el budismo la penetración de la apariencia engañosa del
fenómeno y el reconocimiento de la realidad es un factor central en el proceso
de conseguir un estado de bienestar,que es la liberación del sufrimiento que la
auto-decepción crea (junto a la codicia y el odio) crea.


El espíritu objetivamente libre de ilusiones tiene su principal campo de
aplicación en el conocimiento de sí mismo y de los otros. El cómo es la verdad
acerca de nuestra verdad interna como opuesto al vivir con racionalizaciones
acerca de uno mismo y nuestros motivos, acerca del budismo, especialmente el
camino del cultivo de la atención plena, al psicoanálisis de lo inconsciente
sea el elemento distorsión de identificar el inconsciente con la pulsión o el
instinto sexual. La meditación budista es esencialmente autoanálisis sin la
presencia de la teoría freudiana del instinto pulsión.
Buda y los maestros budistas
fueron muy sabios para reconocer el hecho de que la liberación total de la
codicia y las ilusiones es sumamente difícil de obtener; además al no estar
interesados en los problemas focales, ellos no tenían la visión de una sociedad
radicalmente diferente, como los profetas si la tenían. Como consecuencia de lo
anterior, ellos no insistieron en que sólo existe una meta valiosa a alcanzar,
sino que formularon dos tipos de metas: la radical de obtener el Nibbana y la
meta limitada tendente a obtener el bienestar a través de la liberación óptima
no total de la avidez, el odio y la ilusión. Nada puede mostrar con mayor
claridad que el budismo no es un sistema nihilista, ni pesimista, y que rechaza
la alegría, que este amplio concepto de la meta u objetivo del budismo. Esta
meta es para los seres humanos el logro más alto y posible de madurez interior y
llegar a lo que ellos pueden ser.
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La filosofía oriental se encuentra integrada por las diferentes corrientes filosóficas y religiosas que se originaron en Asia del sur y Asia oriental. Es una filosofía que se propagó a partir de las invasiones ejecutadas por Alejandro Magno, dado que en la era helenística, se unieron elementos de la cultura griega y la oriental. |
Si se descartan algunos elementos dogmáticos que no son más que accidentes
históricos, yo creo que el budismo es el sistema más racional que puede liberar
al hombre de una buena cantidad de sufrimiento innecesario producto del modo de
existencia orientado al tener y ayudarlo a desarrollar una existencia centrada
en el ser. También hay que aclarar que el judaísmo y el cristianismo si se
descarta el concepto de Dios, históricamente condicionado, podrían tener la
misma función, pero con mayor dificultad porque todo el sistema está impregnado
por el espíritu de la autoridad y por muchos rituales particulares y mitos, mientras
que el budismo habla en el lenguaje universal del ser humano y la vida.
La meta del budismo es la transformación del carácter a través del
insight y de la práctica metódica y constante. El Budismo Zen no tiene como
meta esencial la transformación del carácter sino una súbita experiencia que
emerge e irrumpe a través de las percepciones de conceptos e ideas y produce una
experiencia “pre-perceptual” similar a la que se obtienen por medio de algunas
drogas o la concentración prolongada en un objeto. A pesar de que su raíz común
es el budismo su desarrollo ha sido en direcciones diferentes. Esto no es
accidental si nosotros consideramos que en Japón el Zen fue una religión de la
clase guerrera. El budismo clásico fue casi completamente cubierto en su
desarrollo histórico por una impenetrable maleza de superstición e
irracionalidad que es difícil saber cuál fue su forma original.
(Erich Fromm)
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