Esta entrada va dedicada a las personas que me cruzo por el camino,
cargadas de rencor por el daño que han sufrido y que por razones que nunca
entenderé se quedan "tiradas", sin capacidad de reacción, instaladas
en la queja. Hablas con ellas, haces de espejo para que se vean desde fuera y
te dicen: "Es que no puedo hacer nada, no me quedan fuerzas, el cansancio
me obliga a permanecer acostado/a, nada me divierte, si salgo todo el mundo me
pregunta al ver mi cara impertérrita, quieren saber y yo no tengo nada que
decir, tengo la mente en blanco, sólo me quiero morir..."
Intentas buscar salidas, pero el protagonismo y la intención de cambiar
la situación lo tienen que recorrer ellas, no sirve de nada sacarlas de su zona
de confort si no quieren salir y argumentan que el esfuerzo es tan grande que
no les merece la pena. Son conscientes de que no pueden seguir buscando
problemas a las soluciones pero no se atreven a dar el paso, ningún paso. La
indefensión aprendida es su inútil herramienta, perpetúan su inacción y desde
la queja manifiestan su insatisfacción, su dolor, su resquemor, su impotencia y
su rabia y es entonces cuando te chantajean con la posibilidad de quitarse de
enmendio, como si te hicieran responsable de su angustiosa situación. Nunca
tiro la toalla, las oportunidades de cambio pueden aparecer en cualquier
momento, sólo se necesita un click que cambia todo, quizás en el momento más
inesperado, a veces cuando aparece un problema de verdad que les obliga a mirar
fuera y se dan cuenta de que no son el ombligo del mundo, que hay más personas
que sufren y por motivos menos fútiles. Pero bueno, cada uno lleva su ritmo y
baja las escaleras como quiere. Como decía el maestro Serrat, yo prefiero un
buen polvo a un rapapolvo, un bombero a un bombardero y el lunar de tu cara a
la pinacoteca nacional.
JOAN MANUEL SERRAT, CADA LOCO CON SU TEMA, 1987.
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LA INDEFENSION APRENDIDA EN LAS
RELACIONES. COMO SALIR DE ELLA
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QUÉ ES LA INDEFENSION APRENDIDA
La indefensión aprendida fue descubierta por Martin Seligman y sus
colaboradores. Significa que, cuando una persona o animal se enfrenta a una
situación negativa de la cual no puede escapar, “aprende” a mantenerse
indefensa, incluso cuando las condiciones cambian y ya se puede ejecutar una
respuesta de huida.
Para ejemplificar el término podemos recurrir al experimento realizado
por Seligman y sus investigadores con perros: se exponía a perros encerrados en
jaulas a unas descargas impredecibles de las que no podían escapar. Las
descargas eran impredecibles en tiempo, los cuales eran aleatorios, con el fin
de que no pudieran generar un patrón de respuesta, puesto que no había un
patrón en las descargas. Los perros, después de varios intentos de escape,
aprendieron que no había forma de predecir ni de huir de las descargas, con lo
que optaron por indefensión: parecían no hacer nada frente al estímulo adverso.
Incluso cuando los investigadores cambiaron los parámetros y los perros podían
escapar de las jaulas, estos se negaban a salir de ellas o a realizar
movimientos para evitar las temidas descargas.
Lo curioso del experimento (sin entrar en la ética del mismo) es que
este fenómeno se produce también en personas. La buena noticia es que Seligman
también descubrió que la indefensión aprendida se puede “desaprender”.
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¿Cómo se manifiesta la indefensión
aprendida en personas?
Las personas que están expuestas a estímulos negativos impredecibles
adoptan un comportamiento y unos pensamientos similares al estudio de Seligman,
ya que pierden la capacidad de ver sus conductas de escape o afrontamiento como
algo útil y eficaz para evitar la situación problemática. Esto hace que una
persona aprenda que debe modificar su respuesta de huida por otras de sumisión,
con el fin de sobrevivir o adaptarse a la situación temida o peligrosa.
Como es fácil de entender estas respuestas pueden aparecer en
situaciones de violencia, ya sean estas puntuales (no poder escapar de un
agresor) o en los vínculos cercanos, como son los comportamientos de sumisión
en las víctimas de malos tratos. La víctima no puede predecir cómo se
comportará su agresor frente a su comportamiento ya que da igual lo que haga,
el maltrato llegará de manera aleatoria.
Se ha comprobado que las personas expuestas a malos tratos al principio
de la relación intentan huir o evadirse, sin embargo, cuando estas estrategias
no frenan al abusador o al maltratador, se modifica su comportamiento y
comienzan a comportarse de manera sumisa como forma de aplacar al perseguidor.
Esto explica por qué adoptan comportamientos de cariño, cuidado, complacencia y
sumisión.
En realidad, estos comportamientos que pueden descolocar a un observador
externo, son estrategias aprendidas para calmar a un otro que puede resultar
dañino e incluso, mortal.
¿Qué situaciones generan
indefensión aprendida?
Un estudio con mujeres víctimas de malos tratos por parte de la pareja
sacó a la luz cuáles son los factores que llevan a una persona a sufrir
indefensión aprendida:
El ciclo de la violencia:
acumulación de la tensión, episodio agresivo y luna de miel o episodio sin
tensión.
La modificación y el aumento en la
intensidad y frecuencia de los malos tratos físicos o psicológicos.
El abuso sexual.
El control, la posesión.
El aislamiento de la víctima.
Malos tratos psicológicos
Abuso de sustancias tanto en el
maltratador como en la víctima.
¿Qué síntomas genera la indefensión
aprendida?
-
Inhibición
en la conducta.
- Mostrar
pasividad: con el fin consciente o inconsciente de cambiar las cosas o la
conducta de un otro que le hace daño.
- Pensamientos
y creencias disfuncionales: La persona cree no tener ningún control sobre una
situación dañina, ya sea una daño físico o psicológico. La persona tiende a
magnificar las cosas que le suceden, este patrón puede continuar aunque la
situación cambie.
-
Sensación
de impotencia: las cosas no se pueden mejorar.
- Depresión:
la indefensión aprendida puede generar cuadros graves si circunstancias no
cambian a tiempo o si no se recibe ayuda profesional.
-
Aprendizajes
y autoconocimiento negativos: La persona creerá que es impotente e
incompetente, que no tiene salida ni recursos para cambiar las cosas. Esto hará
que no intente salir de lo que está viviendo ni pedir ayuda, por lo que entrará
en un círculo vicioso.
-
Aislamiento
-
Estrés
-
Ansiedad.
-
Desgana
y desidia.
-
indefensión aprendida.

1 comentario:
Muy interesante el articulo
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