
Unicornio
Mitologia Griega
Un Unicornio es una criatura
mitológica representada habitualmente como un caballo blanco con patas de
antílope, barba de chivo, y un cuerno en su frente. En las representaciones
modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose en la
existencia del cuerno mencionado.
El unicornio ha sido representado en sellos
antiguos de la civilización del Valle del Indo y fue mencionado por los
antiguos griegos en relatos de historia natural de varios escritores, como
Ctesias, Estrabón, Plinio el joven y Eliano. La biblia también describe un
animal, el re'em, que algunas traducciones interpretan erróneamente con la
palabra unicornio.
En el folclore europeo, el unicornio suele
mostrarse como un animal similar a un caballo o cabra con un largo cuerpo y
pezuñas (A veces barba de chivo). En la edad media y renacimiento, se solía
describir como una criatura del bosque extremadamente salvaje, símbolo de
pureza y elegancia, que solo podría ser capturado por una virgen. En las
enciclopedias se decía que su cuerno era capaz de hacer potable el agua
venenosa y curar la enfermedad. En las épocas medievales y renacentistas, el
colmillo de narval solía venderse como cuerno de unicornio.
Unicornios
en la antigüedad

Sello de unicornio de la civilización del Valle del Indo. Museo Indio.
Los bellos unicornios no se encuentran en la
mitología griega, sino en relatos de historia natural, por la que escritores
griegos estaban convencidos de su existencia, que situaban en la India, un
reino distante y fabuloso para ellos. La representación más antigua es de
Ctesias, en su libro los describía como asnos salvajes, de pies ligeros,
teniendo un cuerno de un codo y medio (70 cm) de longitud, y de colores blanco,
rojo y negro. Aristóteles debió de seguir a Ctesias cuando mencionó a dos
animales cornudos, el oryx (un tipo de antílope) y el llamado "asno
indio". Estrabón decía que en el Cáucaso hubo caballos con
cabeza de ciervo y un cuerno. Plinio el viejo menciona el oryx y el buey indio
(quizás un rinoceronte) como bestias de un solo cuerno, así como un animal muy
fiero llamado monoceros que tenía la cabeza
de un ciervo, los pies de un elefante y la cola de un jabalí, mientras que el
resto era como un caballo; hace un mugido profundo y tiene un solo cuerno
negro, que se proyecta desde el centro de su frente, con dos codos (90 cm) de
longitud". En Sobre la naturaleza de los
animales, Eliano, citando a Ctesias, añade que India produce también
un caballo de un solo cuerno y dice que
el monoceros era llamado a veces cartazonos, que puede ser una forma del árabe karkadann, "rinoceronte".
Cosmas Indicopleustes, un comerciante de
Alejandría que vivió en el siglo VI, hizo un viaje a la India y luego escribió
varias obras de cosmografía. Da una descripción de un unicornio basándose en
cuatro figuras de latón en el palacio del rey de Etiopía. Afirma que "es
imposible capturar viva a esta bestia; y que toda su fuerza reside en su
cuerno. Cuando se encuentra perseguido y en peligro de captura, se lanza de un
precipicio y se gira con tanto acierto, que recibe todo el golpe en el cuerno,
y por lo tanto escapa sano y a salvo".
Un animal de un cuerno (que puede ser solo
un toro de perfil) se encuentra en algunos sellos de la civilización del Valle
del Indo. Se piensa que los sellos con ese diseño pueden ser un símbolo de
alto rango social.
Edad Media y Renacimiento
Jóvenes
montando cabras (un motivo dionisiaco de la antiguedad) en los capiteles del
siglo XII de la abadía de Mozac en Auvernia. Las cabrasson indistinguibles de
los unicornios.
El conocimiento medieval de las bestias fabulosas surgió de las fuentes bíblicas y antiguas, siendo representado como un tipo de asno salvaje, cabra o caballo.

Mujer salvaje con unicornio, c. 1500–1510 (Museo
histórico de Basilea).

Virgen María sosteniendo el unicornio (c. 1480), detalle de la Anunciación con el Unicornio
poliptico, Museo Nacional de Varsovia.
El unicornio también apareció en términos corteses: para algunos autores franceses del siglo XIII como Teobaldo I de Navarra y Richard de Fournival, el amante es atraído a su dama como el unicornio a la virgen. Con el ascenso del humanismo, el unicornio también adquirió significados seculares más ortodoxos, como emblemas del amor casto y el matrimonio fiel.
El sillón del
trono de Dinamarca está hecho de "cuernos de unicornio" casi con
seguridad, colmillos de narvales. El mismo material se usó en las copas
ceremoniales porque se seguía creyendo que el cuerno de unicornio podía
neutralizar el veneno, siguiendo a los autores clásicos.
El unicornio,
domesticable sólo por una mujer virgen, era una leyenda medieval bien
establecida para cuando Marco Polo los describió como “apenas menor que los elefantes. Tienen el
pelo de un búfalo y los pies de un elefante. Tienen un gran y único cuerno
negro en medio de la frente...Tienen la cabeza como un jabalí...Pasan su tiempo
tragando barro y limo. Son bestias feas de mirar. No son para nada como las
describen cuando relatamos que se dejan capturar por vírgenes, sino opuesto a
nuestras nociones". En alemán, desde el siglo XVI, Einhorn
("un-cuerno") se convirtió en un descriptor de varias especies de
rinocerontes.
En la Biblia
del Rey Jacobo
Los unicornios aparecen mencionados 9 veces
en la Biblia del Rey Jacobo: Números, Deuteronomio, Job, Salmos e Isaías. En
traducciones posteriores, se usa la palabra toro o rinoceronte. En la versión
original, se usaba la palabra hebrea re’em, que según la
Guía Asimov para la Biblia, se refería al uro, un ancestro de los toros de gran
fuerza y tamaño que fue desapareciendo paulatinamente hasta extinguirse a
finales del Renacimiento.
El experto en la Biblia, el Dr. Bert
Thompson considera que cuando los griegos tradujeron la Biblia, estos animales
eran ya escasos en Oriente Medio, por lo que no tenían ninguna palabra para
referirse a ellos. La traducción del hebreo de la Septuaginta usa la
palabra monokeros que significa "un cuerno".
Cuando San Jerónimo tradujo la Biblia al latín, usó la palabra unicornis, que no necesariamente se refiere a un
caballo con un cuerno. En 1611, la versión del Rey Jacobo inventó la palabra en
inglés unicorn.
Sin embargo, al hablarse de su fuerza y
naturaleza indomable, como en Job, algunos expertos consideran que se trata de
un rinoceronte. El arqueólogo Austen Henry Lavard, en su libro Nínive y sus
restos (1849), esbozó una criatura con un solo cuerno de un obelisco en
compañía con dos animales bovinos con dos cuernos. Identificó al animal de un
solo cuerno con el rinoceronte indio. El unicornio bíblico pudo ser esa misma
criatura. No obstante, hay descripciones de los uros que les atribuyen las
mismas características.
Alicornio
Se decía que
el propio cuerno y la sustancia que lo componía se llamaba alicornio, y se
creía que el cuerno poseía propiedades mágicas y medicinales. El médico danés
Ole Worm determinó en 1638 que los supuestos alicornios eran colmillos de
narvales. Tales creencias fueron examinadas con ingenio y en profundidad
en 1646 por Sir Thomas Browne en su Pseudodoxia Epidemica.
El falso polvo de alicornio, hecho de los colmillos de narvales o cuernos de
distintos animales, se había vendido en Europa con propósitos medicinales hasta
1741. Se creía que el alicornio curaba muchas enfermedades y tenía la
habilidad de detectar venenos, y muchos médicos hacían "curas" y los
vendían. Los vasos para los reyes se hacían de alicornio y se entregaban como
regalo; estos solían estar hechos de marfil o marfil de morsa. Los cuernos
completos eran muy preciados en la Edad Media y solían ser realmente colmillos
de narvales. Al tiempo este término de Alicornio se puede aplicar a la forma
alada del unicornio que se muestra actualmente debido a la serie de Tv Mi Pequeño Pony: La Magia de la Amistad.


Hipótesis

ilustración
nocturna del unicornio
El unicornio es un animal fabuloso
protagonista de numerosas historias y leyendas. En la Edad Media estaba
considerado como un animal fabuloso capaz de derrotar a animales más fuertes
físicamente, incluso elefantes. Existen cuatro hipótesis que intentan explicar
la aparición de la leyenda del unicornio en Europa: La primera procede de Grecia,
Italia y Reino de Macedonia. La segunda de la India: existían relatos de
criaturas de un solo cuerno, probablemente rinoceronte índicos. Si el
hipopótamo fue llamado "caballo de río" por los exploradores griegos
"caballo" y "río", parece verosímil suponer que igualmente
describirían a un rinoceronte indio como un caballo con un cuerno sobre la
cabeza.
La tercera proviene de los pueblos vikingos
que comerciaban en el interior de Europa con cuernos de narval; las primeras
representaciones artísticas conocidas de este cetáceo en el interior de Europa
eran similares a un unicornio marino. Muy probablemente, y puesto que el mito
está documentado desde la antigua Grecia, los pueblos nórdicos tan sólo
aprovecharon la leyenda preexistente para vender colmillos de narval como si
fueran cuernos de unicornio, asociados a todo tipo de propiedades curativas.
La
tercera tiene su origen en el reciente descubrimiento en el parque natural de Prato
(Toscana- Italia), en junio de 2008,
donde se ha documentado un corzo con un solo cuerno en el centro.
En el valle del
Indo se han hallado unos 2000 sellos, que representan todo tipo de animales de
la zona, en la cuarta parte de ellos 2000, encontramos grabados de animales de
cuerno único y curvo (como cabía esperar, no recto), el resto de grabados no
poseen animales míticos, es más, esta civilización desaparecida no tenía
religión conocida, ni templos ni grandes estatuas, por lo que se descartan la
mitología, dioses o similares.
Origen
Las primeras
versiones del mito del unicornio son del médico griego Ctesias, historiador
griego del siglo V a. C., y datan del año 400 a. C. durante sus expediciones a
la India, quien lo describió como un animal silvestre de la India con la apariencia
de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color
azul intenso.
El cuerno de esta prodigiosa bestia, según la
descripción de Ctesias, era negro con la punta roja y la base blanca, y tenía
propiedades medicinales que permitían sanar problemas estomacales, epilepsia o
envenenamientos. También era descrito como un animal blanco con cuerpo de
caballo, barba de chivo, patas de ciervo y cola de jabalí o de león, con un
cuerno espiral en su frente que crecía recto hacia delante.
El unicornio era un animal de hábitos
solitarios y muy esquivo, pero igualmente agresivo, así que su caza era
particularmente difícil. Los nobles de la Edad Media enviaban cazadores a la India
para dar caza al unicornio, era perseguido por su cuerno ya que brindaba
protección contra todos los venenos así como enfermedades, lo cual lo hacía muy
longevo a quien se le administraba; los nobles y los hombres buscaban estos
dones consumiendo ese cuerno en forma de polvo en la comida y bebida,
preferiblemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este remedio
contra la muerte, los nobles de la antigüedad pagaban cifras astronómicas. De
este modo creían que jamás podrían ser envenenados. En realidad, la materia
prima de estas milagrosas copas debía provenir de los cuernos de algún
rinoceronte o del colmillo del narval, una pequeña ballena cuyos machos
desarrollan tales colmillos a partir de uno de los dos únicos dientes que
poseen.
Se ha especulado mucho sobre la identidad del
animal que pudo haber dado principio a la leyenda del unicornio. La explicación
más plausible es que naciera como un intento de Ctesias y sus ayudantes de
describir el rinoceronte de la India, un animal de hasta cuatro toneladas que,
efectivamente posee un único cuerno sobre su hocico. A su vez simbolizaba la
virginidad, es por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se
simplificaba mucho cuando los cazadores usaban una joven virgen con la que
atraer a la criatura y amansarla, de forma que matarlo resultaba mucho más
sencillo.
Representación artística
El unicornio ha sido representado por múltiples artistas a lo largo del tiempo. Dos de las representaciones más célebres son dos series de tapices: La dama del Unicornio (Museo de Cluny), y La Caza del Unicornio (The Cloisters). También es el caso del famoso álbum del cantautor cubano Silvio Rodríguez: El Unicornio azul, o el libro de poesía de Carlos Alva. Manuel Mujica Lainez publicó en 1965 la novela "El Unicornio", donde recrea un mágico mundo medieval de la época de Las Cruzadas, su protagonista es el hada Melusina quien por una maldición es transformada todos los sábados en una serpiente con alas de murciélago. En busca del unicornio es una novela escrita en 1987 por Juan Eslava Galán, la obra fue galardonada con el Premio Planeta de 1987. El programa de radio "El idioma de la noche" ha parodiado esta situación artística con su radioteatro "Evaristo Giménez, el hombre que le secuestró el unicornio a Silvio Rodriguez". En este radioteatro el ladrón tiene cargo de conciencia pues le gusta mucho la canción de Silvio Rodríguez y quiere devolvérselo; pero nunca puede. De ese modo, se garantiza la eterna pérdida del unicornio y la continuidad de la canción.
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