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El león alado es el poder, el fuego del deseo que nos arrastra hacia el conocimiento. |
El león alado, guardián del poder interior
El león alado es una figura que se ha repetido varias veces a lo largo de la
historia y las distintas civilizaciones. Representa el poder, el fuego del
deseo que nos arrastra hacia el conocimiento. Ese fuego que permitirá alcanzar
cualquier objetivo.
Para
algunos pueblos de la Antigüedad el León representaba al Sol.
Aparece en Egipto como la Diosa Sekhmet, la poderosa, mujer con
cabeza de Leona. En la mitología clásica, tras superar Hércules su primera
prueba, estrangulando al León de Nemea, Júpiter/Zeus, su padre,
crea la Constelación de Leo. La Diosa Rea/Cibeles, metamorfoseó en leones a dos
amantes, Hipómenes y Atalanta, que son los que tiran de su carro.
En la mitología egipcia la
esfinge es una estatua masculina con cuerpo de león, el torso de un hombre y, a
veces, con alas. Las cabezas humanas eran representaciones de reyes. Una de las
esfinges más admiradas es la que se le atribuye al rey Khaf-Ra. En ella se
representa al rey con el cuerpo de un león tumbado.
En la mitología griega la
esfinge era un demonio que presagiaba mala suerte, muerte y destrucción. Su
descripción sigue siendo la de un león alado con torso humano pero, en este
caso, se trata de un torso femenino y con cola de serpiente. Esta esfinge se
tumbaba en las rocas y lanzaba acertijos a quien pasase por allí. Si el
transeúnte no acertaba el acertijo era estrangulado por la esfinge con su cola.
El nombre de esfinge viene del griego ‘sphingo’ y significa “la
estranguladora”.
Los etruscos y antes
los asirios representaban dioses primero y figuras mitológicas
después que se correspondían con un león alado. Los romanos incluso
lo utilizaron como elemento decorativo y más tarde en la edad media con los
famosos bestiarios del cristianismo (libros ilustrados sobre animales fantásticos,
para ayudar a predicar el evangelio).
En la tradición cristiana, el
León crinado fue todo un emblema de realeza y justicia divina. En la escalinata
que llevaba al trono del rey Salomón, el más sabio, había doce leones de oro en
cada lado ya que a la dinastía davídica se la llama “el León que es de la tribu
de Judá”.
El león de Venecia: El León de San Marcos ha sido el símbolo
tradicional de Venecia; además es utilizado por numerosos organismos e
instituciones civiles y militares de Italia. Fuera de este país también puede
observarse como elemento central en los escudos de algunas poblaciones. A lo
largo de la historia el León de San Marcos ha aparecido representado en
estatuas, monedas, banderas e insignias con mucha frecuencia. La representación
de San Marcos en forma de león alado es uno de los elementos más conocidos de
la iconografía cristiana. San Juan Bautista es representado portando una piel
de león y la frase evangélica de la voz que clama se ha asociado con un rugido
realizado en el desierto. La figura del león también se ha convertido en
símbolo el poder de la palabra del evangelista, sus alas representan la
elevación espiritual, mientras que la aureola es un símbolo tradicional del
Cristianismo, asociado con la santidad.
Para la heráldica el león alado también ha representado
la majestad y el poder (sobre todo en aquellas representaciones en las que
aparece con su cola alzada), el libro se asocia con la sabiduría y la paz y la
aureola del león con la piedad. La espada representa la fuerza, pero también es
el símbolo de la justicia. Estos elementos reflejan los valores cívicos y
religiosos con los que se ha identificado la ciudad de Venecia.
El grifo o
Griffin
Los grifos son seres mitológicos con cabeza, pico y alas de águila,
mientras que el resto de su cuerpo es de león y, en algunas ocasiones con cola
de serpiente. El plumaje alrededor de su cabeza, cuello, pecho y cola es
dorado, mientras que el resto de su piel es de león. La creencia en estos seres
se remonta al antiguo Egipto alrededor del 3300 A.C; sin embargo, hay quienes
afirman que son más antiguos y existen referencias en las culturas babilónica,
asiria y persa. Plinio el Viejo creía que los grifos provenían del norte de
Rusia; Esquilo, por su parte, pensaba que provenían de Etiopía, mientras que
Bulfinch afirmaba que sus orígenes se encontraban en India. Heródoto, por su
parte, creía que la leyenda del grifo provenía del pueblo mítico de los Isedones
que vivían en los Montes Urales. Existe, sin embargo, una teoría donde el
origen real del grifo puede encontrarse en los restos fósiles de dinosaurios de
la familia Ceratopsidae (cuyas características físicas coinciden con la
descripción del grifo mitológico) hallados en los desiertos de Asia Central, en
especial en Mongolia.
Dado que, para muchas culturas antiguas, el león era considerado el rey de las
bestias y el águila la reina de los aires, entonces se entiende que el grifo
fuera considerado como una criatura especialmente majestuosa y poderosa. Se
decía también que el grifo era tan rápido como el águila y tan feroz y
majestuoso como el león. Sus enemigos naturales sólo eran los caballos, pero
también algunas serpientes y basiliscos podían convertirse en sus enemigos en
la medida que estos personificaran fuerzas malignas.
Se creía además que vivían en grupos de entre 5 y 30 seres con una organización
jerárquica muy similar a la de los leones, donde el más grande y viejo era la
cabeza de la manada. Conforme a un documento escrito en el siglo IX por el
irlandés Stephen Scotus, los grifos son monógamos e incluso, si un miembro de
la pareja muere, el otro grifo pasará solo el resto de su vida sin necesidad de
buscar un nuevo compañero. Por otro lado, los hábitos de la hembra fueron
descritos por Santa Hildegarda de Bingen en el siglo XII, quien afirmaba que la
grifo hembra buscaba una cueva donde pudiera poner a salvo a sus
huevos y cuidarlos hasta que éstos eclosionaran.
La energía de
un líder
El
León es poder, sabiduría, justicia, orgullo, seguridad en sí mismo, padre, juez
y soberano, éxito y triunfo. El León nos enseña la magia de la
interacción en grupo, la energía y el liderazgo. También nos enseña los
secretos del silencio y de la paciencia. Paciencia para prestar atención a los
detalles. Este animal nos recomienda observar pausadamente para entender
nuestras fortalezas y debilidades, y esperar el momento propicio para actuar y
aprovechar plenamente una situación. Aprender del león es la manera apropiada
de utilizar el poder y la fuerza del alma…
León de Nemea
Fábula de Androcles y el león
(Esopo)
León de Nemea
El León de Nemea era una criatura monstruosa
de la mitología griega, los mortales no podían hacerle daño ya que
las armas de metal, madera ni las piedras lo herían porque su pelaje era
invulnerable y sus agarras eran más afiladas que cualquier armamento, tanto que
acababa con las armaduras de los mortales.
Era un monstruo que aterrorizaba los alrededores de Nemea, un pueblo ubicado entre Argos y Corintio. Éste se comía a las personas, mataba a los rebaños y arruinaba la siembra.
![]() Enfrentamiento de Hércules contra el León de Nemea |
Matar
al gran León de Nemea fue el primero de los doce
desafíos que propuso Euristeo primo y
rey de Micenas, a Hércules los cuales él aceptó.
En ese momento solamente tenía 18 años.
Sin mostrar miedo alguno, Hércules tomó camino hacia Nemea. Cuando llegó a la localidad, comenzó con la búsqueda de su objetivo por todas partes, durante ese tiempo hizo unas flechas para dispararlas a la criatura, sin tener el conocimiento de que el pelaje dorado del león era inaccesible.
Cuando por fin dio con el animal, le disparo las flechas con el arco y al ver que estas rebotaban descubrió los poderes protectores de su melena. Al transcurrir un tiempo consiguió que el león volviera a la cueva.
Algunas versiones dicen que Hércules acorraló al león dentro de la cueva y aturdiéndolo con su garrote, usó su gran fuerza sobrenatural para estrangularlo hasta matarlo. Sin embargo otros dicen que le empezó a disparar muchas flechas hasta que le dio con una en la boca que era el único lugar que no tenía protegido.
Después de matar al monstruo trató de cortarle la piel pero ésta era impenetrable por lo que la diosa Atenea le dijo que usara las garras del león para despellejarlo. Con la piel se hizo una armadura y con la cabeza un casco.
Cuando regresó con la piel de la fiera, Euristeo, aterrado, le prohibió la entrada a Micenas. Desde entonces tuvo que esperar a realizar los otros trabajos que le mandó hacer el rey para poder volver.
Zeus convirtió al león en una constelación que representa la gloria eterna y lucha tenaz que tuvo Hércules.
En Roma vivía una vez un pobre esclavo llamado
Androcles. Su amo era un hombre cruel, y lo trataba tan mal que al fin
Androcles se fugó. Permaneció en una selva muchos días, pero
no encontraba comida, y se debilitó y enfermó tanto que pensó que moriría. Así
que un día entró en una caverna y se acostó, y pronto se durmió profundamente.
Al rato, un gran ruido lo despertó. Un león había entrado en la cueva, y rugía
furiosamente. Androcles sentía mucho miedo, pues estaba seguro de que la bestia
lo mataría. Pronto vio que el león no estaba enojado, sino que cojeaba como si
le doliera una pata.
Androcles tuvo la osadía de tomar la
pata coja del león para ver qué le pasaba. El león se quedó quieto, y frotó la
cabeza contra el hombro de Androcles. Parecía decirle: "sé que me
ayudarás". Androcles alzó la pata y vio que una espina larga y filosa
causaba ese dolor. Tomó el extremo de la espina con los dedos, dio un tirón
rápido y fuerte y la extrajo. El león estaba feliz. Saltaba como un perro, y
lamió las manos y los pies de su nuevo amigo. Androcles ya no le tuvo miedo a
partir de entonces. Y cuando anochecía, él y el león dormían uno al lado del
otro. Durante largo tiempo, el león le
llevó comida a Androcles todos los días, y ambos se hicieron tan amigos que
Androcles se sentía muy dichoso con su nueva vida.
Un día unos soldados que pasaban por
el bosque encontraron a Androcles en la cueva. Sabían quién era, así que lo
llevaron de regreso a Roma. La ley de esa época establecía que todos los
esclavos que escaparan de su amo debían luchar contra un león hambriento. Así
que encerraron un tiempo a un fiero león sin comida, y se fijó un momento para
la lucha. Cuando llegó el día, miles de personas se apiñaron para ver
el espectáculo. Se abrió la puerta, y el pobre Androcles salió a la arena.
Estaba medio muerto de miedo, pues ya oía los rugidos del león. Miró hacia
arriba, y vio que no había piedad en los miles de rostros que lo rodeaban. Entonces entró el hambriento león. De un solo salto llegó hasta el pobre
esclavo. Androcles soltó un gran grito, no de miedo, sino de alegría. Era su
viejo amigo, el león de la caverna.
La gente, que esperaba ver cómo el león mataba
al hombre, se quedó maravillada. Vio que Androcles echaba los brazos al
pescuezo del león, que éste se tendía a sus pies y se los lamía, y que la gran
bestia frotaba la cabeza contra el rostro del esclavo, como si quisiera que lo
amara. Nadie entendía lo que sucedía. Al cabo de un rato pidieron a Androcles
que contara su historia. Androcles se plantó ante ellos y, rodeando el cuello
del león con el brazo, contó que él y la bestia habían vivido juntos en la
caverna: Yo soy un hombre, dijo, pero ningún hombre ha sido mi amigo. Este
pobre león ha sido el único que fue amable y nos quisimos como hermanos.
La gente se apiadó del pobre
esclavo. ¡Vive en libertad! exclamaron todos. ¡Vive en libertad! Otros
gritaban: ¡Que también liberen al león! ¡Que ambos sean libres!
Así liberaron a Androcles, y
le entregaron al león. Y vivieron en Roma por muchos años.
Moraleja:
"Los buenos actos siempre son recompensados".
El Águila en la Mitología
Águila es el nombre dado a las mayores aves
depredadoras. Las diversas especies y subespecies de águilas pueden encontrarse
en casi cualquier parte del mundo excepto en la Antártida. Por su vuelo, su
porte, su fuerza y su precisión implacable en la caza, ha sido considerada la
más poderosa de las aves, reina de las rapaces, símbolo celeste y solar
es decir, un atributo de la deidad.
El águila es un animal espiritual importante
en multitud de culturas, desde Oriente a Occidente. Desde el Extremo
Oriente hasta el Norte de Europa, el águila es el animal asociado a los dioses
del poder y de la guerra. Tiene una historia relacionada con la cultura
militar que se extiende a los largo de miles de años. Desde el más poderoso de
los dioses del panteón griego, Zeus, al gobierno de los Estados Unidos, el
águila ha sido universalmente adoptada como símbolo en prácticamente todas las
culturas. Así como el león es el señor de la tierra, el águila es el ser
supremo del aire. Como emblema, ondeo sobre los campos de batalla de toda
Europa.
En
Egipto, el águila (día) y la lechuza (noche) encabezan una serie de opuestos
jeroglíficos. En el lenguaje de los jeroglíficos, la letra A se representa con
la imagen del águila.
Para
los chinos el pájaro altivo es vigor, fortaleza; al aparecer sentado sobre una
peña simboliza al luchador que aguarda con la visión audaz y la bravura, un
combate decisivo. Representa autoridad, fuerza, victoria y orgullo. En
China simboliza el principio masculino yang.
El
águila corresponde a lo que la doctrina hindú denomina Buddhi: el intelecto,
que es el principio informal y trascendente de toda manifestación. Algunas
civilizaciones de la India, representan al dios Visnú sobre un cordel con la
figura del Águila.
Para
los Celtas era el emblema sagrado del Dios más importante de los Druidas “El
Todopoderoso” que observaba desde su reino en las alturas los destinos de los
hombres. Era el símbolo de renacimiento y renovación. Es el ave más poderosa,
vinculada con el Dios Sol, temida y respetada porque también estaba relacionada
con los dioses de la muerte. Cuando sobrevolaba el lugar por donde pasaba un
ejército, significaba la victoria.
Según
Homero, el águila es el cumplimiento de los agüeros más seguros (Ilíada VIII,
247). A Zeus se le representaba como un águila en numerosos mitos
griegos como el de Ganímedes por ejemplo. Por ello Roma heredó su emblema en
las legiones romanas identificándola con el dios Júpiter victorioso. Era la
enseña de las legiones, se decía: “un Aquila por legión y ninguna legión sin Águila”.
En general la enseña se componía de un Aquila con las alas desplegadas que
mantenía un rayo entre las garras. Así se encuentra confirmado el simbolismo
olímpico: el signo de la fuerza de Júpiter se une con el animal que le es
consagrado, pues es con el rayo que el dios combate y extermina a los titanes.
Dice la Tradición, que el Emperador Juliano,
el “último emperador romano”, en su última noche, antes de morir por una herida
de guerra en Persia, tuvo una visión: vio el Águila del Imperio de Roma (signo
de Zeus-Júpiter) que volaba hacia Oriente, hacia el Asia, para refugiarse por
casi dos milenios en las montañas más altas del mundo (el Himalaya). Tras lo
cual, el águila, volvía a Occidente con el símbolo sagrado (la esvástica) en
las patas para que el Imperio lo aclamara. Aquí queda explicado el significado
del águila nazi portando el signo sagrado de la esvástica en sus patas. De esta
forma, el nacional socialismo alemán pretendía hacerse depositario de la
Tradición imperial, reivindicando para sí, el derecho de ser legítimo heredero
del Imperio Romano y del águila de Zeus-Júpiter.
El
águila bicéfala es un símbolo presente en la iconografía y heráldica de varias
culturas indo-europeas y mesoamericanas. En Europa, procede del águila bicéfala
hitita, llegando a la Edad Media occidental a través de Bizancio. El águila
bicéfala tan conocida que aparece en el escudo de armas de Carlos V emperador
del sacro imperio entre 1519 y 1558, representa los imperios de Roma y
Bizancio: una cabeza mira a Occidente y la otra a Oriente. EL águila
aparece como símbolo heráldico de muchos imperios y naciones desde Roma hasta
Rusia (que tras el paréntesis de 1917 a 1989, ha recuperado el Águila
bicéfala), el Imperio Germánico, Polonia, Rumania, Albania, USA, México, España
(Hasta el año 1982), etc. En la segunda guerra mundial, el “águila teutónica”
fue el temible emblema de la Alemania nazi.
Cuando
la Biblia menciona al águila se refiere al águila dorada. Se considera el
águila más veloz de todas, ya que puede alcanzar velocidades que sobrepasan los
225 kilómetros por hora. En la Biblia con mucha frecuencia Dios emplea la
figura del águila para referirse a sí mismo como el que cuida, provee y protege
a su pueblo: “Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos,
extiende sus alas, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió, y con él no
hubo dios extraño”. Deuteronomio 32:11-12. “Con sus alas te cubrirá, y debajo
de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad” Salmo 91:4.
En el Salmo 102:5 tiene otra perspectiva: “Tu juventud se renovará como la
del águila”. Los primeros cristianos conocieron una antigua leyenda en la que
el águila renovaba su juventud al lanzarse tres veces a una fuente de agua
pura. Los cristianos tomaron el águila como símbolo del bautismo, fuente de
regeneración y salvación.
El águila de San Juan, como símbolo del
evangelista, se convierte en heráldica en una parte importante de algunos
blasones. No debe confundirse con el águila imperial que aparece en otros
muchos como los de los Austrias españoles o los zares de Rusia que derivan del
escudo de los emperadores bizantinos. El más conocido de los diseños del
Águila de San Juan es el que incorporó Isabel la Católica como soporte a su
escudo personal, y más tarde integrada en el escudo de los Reyes Católicos. Lo
hizo ya que tenía gran devoción al Evangelista y es anterior a su proclamación
como reina. Hay un magnífico tapiz con este blasón en el salón del trono del
Alcázar de Segovia.
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Águila de San Juan Iglesia de San Manuel y San Benito (Madrid) |
El águila es una figura heráldica natural
femenina, pero como se identifica con el sol y la idea de la actividad
masculina, fecundante de la naturaleza materna, el águila simboliza también el
padre. Cómo amuleto totémico, el águila es muy útil a los hombres
especialmente, porque les otorga poder, energía y virilidad.
Las
águilas son un motivo masculino de tatuaje clásico, que podemos encontrar en
multitud de estilos y géneros, y también tenernos que tener en cuenta la
importantísima la influencia de la imagen del Águila americana en la moderna
cultura de tatuaje.
Sin
embargo, lo que hay que decir es que por muchos significados, símbolos y emblemas que le hayamos dado su
verdadera belleza e importancia radica en la maravilla del animal en sí, un ave
que sin duda habrá que conservar a toda costa para generaciones futuras.
EL ÁGUILA – SÍMBOLO DE TRASCENDENCIA
En la iconografía universal el águila y la
serpiente aparecen siempre en lucha. Ciertos autores justifican esta
conjunción simbólica asegurando que ambos animales son complementarios, más que
opuestos, ya que uno representa al principio celeste (del Cielo), y el otro al
principio ctónico (de la Tierra). No en vano en varias culturas nativas
se le ha contrapuesto a otro emblema terrenal, el jaguar. Y es que, como
afirma Fulcanelli (uno de los más renombrados autores de libros de alquimia),
águila significa brillo, claridad, viva luz y antorcha. Así, ‘hacer volar el
águila’ es – según la expresión hermética – encender la luz, liberándola de su
envoltorio oscuro y llevándola a la superficie. Por eso que en el
esoterismo siempre se la ha considerado un símbolo de trascendencia.
Generalmente asociada con el Sol, y a veces
también al rayo y al trueno, los rasgos que más la distinguen son su fuerza y
resistencia, y la altura y audacia de su vuelo. Como ‘reina de las aves’
alude a la realeza y a la divinidad desde épocas muy remotas.
Ya en la Antigüedad grecorromana siempre aparecía acompañando
las imágenes de Zeus (Júpiter), el padre de los dioses. De allí su
utilización en heráldica (escudos y blasones) y numismática (billetes y
monedas).
Pero para los romanos
también era el alma del soberano que emprendía el vuelo, o le servía de soporte
espiritual conforme su cadáver se iba quemando en la pira.
En la Biblia
encontramos el águila como imagen del poder divino que todo lo abarca, o del
vigor de la fe. El Physiologus (milenario manuscrito redactado en griego
por autor desconocido) le atribuye las misma cualidades legendarias del Ave
Fénix – mítico animal, capaz de renacer de sus propias cenizas – y de allí su
significado medieval como símbolo de renacimiento y bautismo, y su ocasional
presencia en la ornamentación de las pilas bautismales. Incluso a veces se le
utiliza conectada con el propio Cristo, especialmente en su faz de revelador de
la serpiente, o como símbolo de su Ascensión (por el vuelo).
Así que después de todo
tenía sus razones el célebre psiquiatra suizo C.G.Jung cuando, por su lado,
decidió relacionarla con la figura y el rol del estricto pero a la vez
sustentador padre…
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