Apolo, hijo de Zeus y de Leto, dios de
las artes, la medicina y la música, fue maldecido por el joven Eros (Cupido en la
mitología romana) después de que se burlase de éste por jugar con un arco
y flechas.
“Dime, joven afeminado: ¿Qué
pretendes hacer con esa arma más propia de mis manos que de las tuyas? Yo sé
lanzar las flechas certeras contra las bestias feroces, como la serpiente
Pitón, a la que maté a pesar ser tal larga como la ladera de una colina, y poseer
cien cabezas con sus correspondientes bocas. Conténtate con avivar con tus
candelas un juego que yo conozco, el del amor, y no pretendas equiparar tus
victorias con las mías”,
El irascible Eros
tomó dos flechas, una de oro y otra de plomo. La de oro incitaba el amor, la de
plomo incitaba el odio. Con la flecha de plomo disparó a la ninfa Dafne y
con la de oro disparó a Apolo en el corazón. Apolo se inflamó de pasión por
Dafne y en cambio ella lo aborreció. En el pasado Dafne había rechazado a
muchos amantes potenciales y a cambio había demostrado preferencia por la caza
y por explorar los bosques. Su padre, un dios-río, Peneo, le
pidió que contrajera matrimonio para que así le diese nietos. Sin embargo, rogó
a su padre que la dejase soltera, como la hermana gemela de Apolo, Artemisa. A pesar de esto, su padre le
advirtió que era demasiado hermosa como para mantener por siempre lejos a todos
sus pretendientes.
Apolo la hostigó
constantemente, rogándole que se quedara con él, pero la ninfa siguió huyendo
hasta que los dioses intervinieron y ayudaron a que Apolo la alcanzara. En
vista de que Apolo la atraparía, Dafne invocó a su padre. De repente, su piel se
convirtió en corteza de árbol (un laurel), su cabello en hojas y sus brazos en
ramas. Dejó de correr ya que sus pies se enraizaron en la tierra. Apolo abrazó
las ramas, pero incluso éstas se redujeron y contrajeron. Como ya no la podía
tomar como esposa, según cuenta Ovidio en Las Metamorfosis, le prometió que la
amaría eternamente como su árbol y que sus ramas coronarían las cabezas de los
héroes. Apolo empleó sus poderes de eterna juventud e inmortalidad para que
siempre estuviera verde.
PSIQUIATRÍA
El "complejo de Dafne" se da en mujeres
jóvenes y consiste en tener miedo exagerado a las relaciones sexuales, especialmente
a la penetración. Por ello se le llama también "angustia de penetración". Por tanto este complejo se puede
corresponder con el vaginismo psíquico
que se define como el espasmo doloroso de la vagina causado por la contracción
involuntaria de la musculatura vaginal, que suele ser de suficiente intensidad
como para impedir el coito, y su causa es psicógena. El vaginismo también puede
ser de causa orgánica, secundaria a alguna causa local de dolor.
Cada vez que hay una competición deportiva, o simplemente observando antiguas representaciones de ganadores, siempre hay algo en común: una corona de laurel en la cabeza del vencedor.
Apolo era un dios
muy apuesto de gran belleza y aspecto muy joven. En muchas imágenes era
representado sin ninguna barba pero siempre acompañado de una corona de laurel
así, como en una de sus manos, una lira (regalada por Hermes) o una
Cítara. Él, era un gran defensor de la poesía y la música, y siempre iba
acompañado por las Musas. Otros relatan que también durante su tiempo de
destierro, fue un gran pastor como también un gran ganadero y deportista. Tenía
el don de la clarividencia que transmitía a otros.
Garcilaso de la Vega -poeta español del siglo XVI- que utilizó la
historia de Apolo y Dafne para dar cuenta del amor no correspondido. Este es el
soneto que escribió:
A Dafne
ya los brazos le crecían
Y en luengos ramos vueltos se
mostraban;
En verdes hojas vi que se tornaban
Los cabellos que al oro oscurecían
De áspera corteza se cubrían
Los tiernos miembros que aún bullendo
estaban;
Los blancos pies en tierra se
hincaban,
Y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
A fuerza de llorar, crecer hacía
El árbol que con lágrimas regaba
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
Que con llorarla crezca cada día
La causa y la razón por que lloraba.
Apolo y Dafne de Antonio Del Pollaiuolo - témpera - 30 x 20 cm - National Gallery (London, United Kingdom) |
El mito de Apolo y Dafne ha sido interpretado como un enfrentamiento
entre la virtud –Dafne- y los deseos sexuales –Apolo-. Mientras Apolo persigue
a Dafne lujuriosamente, ella se salva a través de la metamorfosis y el
confinamiento a un árbol de laurel, que puede considerarse como un acto de
castidad eterna. Dafne se ve forzada a sacrificar su cuerpo y convertirse en
árbol de laurel como única escapatoria a las presiones y constantes deseos
sexuales de Apolo.
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"Apolo y Dafne", de John William Waterhouse. |
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Apolo persiguiendo a Dafne 1636 - 1638. Óleo sobre lienzo,
193 x207cm.
Cornelis de Vos. Museo del Prado, Madrid.
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Ejemplar de Las Metamorfosis de Ovidio, que contiene entre otras historias mitológicas, su visión del mito de Apolo y Dafne |
1 comentario:
Bonito relato mitológico. Gracias Petrus
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